Los dos son veteranos y experimentados en el Rally Dakar. Los dos lo han ganado en dos ocasiones; de diferente forma, pero lo han hecho. Los dos son los únicos españoles que lucharán por la victoria absoluta. Y ahora, los dos defienden los mismos colores: los de Mini. Carlos Sainz y Nani Roma volverán a ser protagonistas en el próximo Dakar 2019, acompañados un año más por Lucas Cruz y Álex Haro, respectivamente.
Eso sí, ambas parejas se subirán en coches Mini totalmente distintos. En el caso de “El Matador" y Lucas, lo harán en el Mini John Cooper Works Buggy, de dos ruedas motrices, por primera vez. En la edición 2018 fueron los flamantes ganadores, en el último año de Peugeot en el Dakar. Momento que muchos pensaron que sería ideal para que Carlos Sainz, de 55 años, pensase en colgar el casco en lo más alto. Pero no: el madrileño reconoció que Mini fue el equipo que más interés puso en él, y finalmente terminó firmando con Mini X-Raid –la estructura de la marca en el Dakar– un contrato de un año, con opción a un segundo.
El bicampeón del mundo de rallyes y del Dakar no acepta un reto si no pensase realmente que tiene opciones de estar arriba. Por ello, desde sus primeros test con el Mini JCW Buggy en el pasado mes de junio, no ha dejado de colaborar en la puesta a punto del coche, que tuvo un debut discreto en la edición del 2018. “Desde el primer test a hoy la evolución ha sido brutal. Hay que tener en cuenta que el coche es muy nuevo, debutó el año pasado. Y eso es algo que, si algo me preocupa, es que pueda ser el tema de la fiabilidad. No por la falta de trabajo, pero sí por la falta de experiencia del coche en la competición".
“Sólo hay un objetivo, que es ganar… y divertirnos. La preparación ha sido buena. No tenemos altura, entonces hay menos trabajo de hipoxia como el año pasado. Pero al final es un poco la misma fórmula. Quizás este año haga más calor, y hemos enfocado más la preparación en ese sentido. Físicamente estoy viendo, con pequeñas molestias en una rodilla, pero la preparación ha ido bien", aseguró Carlos Sainz a la prensa española.
Nani Roma y Álex Haro, con un Mini 4x4
En la estructura Mini John Cooper Works Rally se encuentran Nani Roma y Álex Haro, que tuvieron una edición 2018 más corta de lo esperado al sufrir un accidente. El catalán se pondrá al volante de la segunda versión, tras debutar también el pasado enero, del Mini JCW Rally con tracción 4x4.
Será la edición 23 en el Dakar para Nani, de 46 años. Media vida disputando el Dakar, buscando revalidar la victoria que logró sobre cuatro ruedas en 2014 (en motos, en 2004). Llegará a Perú tras haber ganado 3 de las 4 pruebas que ha disputado este año como preparación para el próximo Dakar: Hungría, Turkmenistán y Portalegre. “Llegamos con mucha confianza, con el trabajo bien hecho durante todo el año. Hemos trabajado mucho con el coche y creo que es competitivo".
“Va a ser un Dakar complejo, en un contexto muy diferente a lo que conocemos. Arena, dunas… durante 10 días. No podemos caer en el error que va a ser un Dakar corto, que lo es… pero van a ser muy intensos. El día a duro va a ser duro hasta el último kilómetro. Está abierto para todos y será intenso. Sabes que pasarás todos los días 3 horas en las que no vas a ver nada en las dunas, con el sol alto, lo que va a complicar las cosas y será necesario tener mucha concentración".
Los grandes rivales de ambos los tienen dentro y fuera de casa. Dentro de la estructura X-Raid de Mini en la que está Carlos Sainz, también han recalado desde Peugeot Stéphane Peterhansel y Cyril Despres. Sébastien Loeb volverá al Dakar, y de nuevo con un Peugeot 3008 DKR Maxi, pero en manos de un equipo privado. Defendiendo los intereses de Toyota con los Hilux 4x4 estarán Nasser Al-Attiyah y Giniel de Villiers.