El de Bahrein fue el GP más caluroso en años. Y una vez más se cumplió la ley de Murphy, ya que a Fernando se le volvió a estropear el sistema de bebida en la carrera que más lo necesita. Ya le sucedió en Malasia hace cuatro años cuando casi se desvanece en el podio. En esta ocasión, y tras atender a las televisiones, Alonso tuvo que ser llevado a su box tras estar a punto de desvanecerse por deshidratación. Por suerte solamente fue un susto, y Fernando pudo volver con los medios sin ningún problema de salud para comentar su carrera.Acabó octavo, lo que le permite sumar solamente un punto, que no es suficiente para los objetivos que se ha marcado el piloto español este año. Sin embargo, Alonso se marchó contento con su actuación en Bahrein. Pilotó como si tuviese que completar 57 vueltas de calificación seguidas, sacando el máximo rendimiento del R29. Con lo cual la conclusión es bien sencilla. El Renault no es lo suficientemente bueno. Ahora mismo hay varios coches por delante del francés, con lo que urgen mejoras si se quiere pelear por el campeonato. Al menos se sabe que el problema es el coche, ya que el mismo motor le ha permitido a Sebastian Vettel vencer en China y acabar segundo en Bahrein. Y de no ser por el incidente con Kubica en Australia y su posterior sanción en Malasia, el joven alemán estaría rondando el liderato del mundial.La salida desde la séptima posición no fue buena, sobre todo teniendo en cuenta que el R29 sí llevaba el KERS en Bahrein. Perdió una plaza con Kimi Raikkonen, que luego no podría recuperar, con lo que entre unas cosas y otras, Fernando estuvo octavo durante prácticamente toda la carrera. Cerca de los monoplazas que le precedían, pero sin poder atacarles. El problema es que el propio Alonso ha reconocido que en el GP de España no estrenarán una evolución espectacular, mientras que el resto de los equipos sí lo harán. Con lo cual es previsible que los equipos que ya estaban delante, se marchen un poco más, y los que estaban a la par superen en rendimiento al R29.
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