Salimos hacia Lisboa el 28 de diciembre y, para calentar motores, nos han dejado familiarizarnos con el Land Cruiser KXR. Bacquets (menos mal que soy pequeña y me sobra sitio), arneses de cuatro puntos, barras… Vamos equipadísimos, aunque a primera vista no parece muy cómodo y vamos a pasar muchísimas horas dentro del coche, ¡hay etapas de más de 800 kilómetros!Toyota ha organizado una comida en sus instalaciones para presentar a los pilotos que estarán en carrera y para que todos los que vamos a participar en esta aventura nos conozcamos. A fin de cuentas, van a ser 20 días en los que tendremos que convivir casi cada minuto. Entre plato y plato, las anécdotas de los “veteranos" han acabado de convencerme de que la experiencia va a ser inolvidable. No paran de recordar lo mucho que se han divertido y las “batallitas" no tienen desperdicio. Por ejemplo, cierto piloto japonés abandona sus coches año tras año y éstos no son retirados. De hecho, la organización los aprovecha… ¡como puntos de referencia en los libros de ruta de los años siguientes! Son algunas de las indicaciones más claras, ya que existen otras del tipo: “Al llegar al cruce, siga recto, hacia las montañas negras". A primera vista, parece fácil, pero… ¿qué hacer cuando llegas a ese cruce en plena noche? “Imagínate lo que es aparecer en ese punto a las dos de la madrugada y con las nubes tapando la luna. No ves nada y tienes que ‘tirar’ hacia donde te guía el instinto", nos contaba uno de los presentes en la comida. “A veces tienes que pasar por un punto de control que está a 200 metros frente a ti, pero hay un lago o un obstáculo. El navegador te dice que sigas en línea recta, pero tienes que buscar el modo de llegar sin perder demasiado tiempo y sin que el GPS te vuelva loco, porque seguirá insistiendo en que la mejor manera de alcanzar tu objetivo es seguir recto", nos cuenta otro de los comensales.También hablan de los momentos más duros: las averías, los abandonos, el esfuerzo… “Hay veces en las que tienes que poner las planchas de aluminio para que el coche pase por encima y evitar así que se hunda en la arena. Resulta agotador y, además, hay que tener la previsión de atar las planchas al vehículo con unas cuerdas largas, ya que la arena, literalmente, se las traga. Si las pierdes así, puedes buscarlas el resto de tu vida, pero no las encontrarás. Y, si las necesitas más tarde…Lo mejor es no ponerte nervioso y aguantar, ya que ‘tirar de la baliza’ para que vengan a buscarte significa el abandono y eso es algo muy duro", nos cuenta Nacho Salvador, director de la revista Autoverde 4x4 y copiloto de Marc Blázquez. Por muchos sinsabores que haya, las opiniones son unánimes: merece la pena. Siempre he oído que “todo el que va al Dakar hace lo imposible por volver". Os diré si es cierto el 15 de enero, cuando lleguemos al Lago Rosa. Hasta entonces, me esperan tantos preparativos y tantas noches en los campamentos –menos mal que ya he pasado por todas las vacunas- que no puedo ni imaginarme lo que se me viene encima. Pero la verdad es que no veo el momento de coger la única maleta que la organización nos dejará llevar y de marcharme. Mis compañeros en la redacción ya se están repartiendo las cosas que hay en mi mesa, ¿por qué lo harán…?
Primeros pasos
Resulta que me voy al Dakar, una carrera mítica, que siempre me ha llamado la atención. Toyota ha propuesto una invitación que no podíamos rechazar y ya hemos conocido al equipo apoyado por la marca. También nos han enseñado los coches con los que los representantes de la prensa recorreremos Portugal, España, Marruecos, Sáhara, Mali, Senegal y Mauritania. En total, más de 9.000 kilómetros junto a otro periodista y al conductor de nuestro vehículo.