Enrique García-Ojeda y Bryan Bouffier, los pilotos de Peugeot Sport España, tenían una motivación especial en el Rally de Antibes. El primero estaba convencido de sus posibilidades y sabía que hacerse con la victoria no era impensable. El segundo participaba en la prueba “de casa” y quería cerrar la temporada con un buen resultado.
Aunque la elección de neumáticos fue difícil, ambos acertaron con sus decisiones. Durante la primera etapa, celebrada el viernes, Ojeda se hizo con cuatro “scratches” (mejor tiempo). Logró cuatro más el sábado y, cuando finalizó la jornada, la ventaja sobre su compañero de equipo superaba los 20 segundos.
Cómodamente instalado en el primer puesto, el cántabro se dispuso a afrontar la última etapa. Sin embargo, la suerte no estuvo con él. Cuando sólo faltaba un tramo para finalizar el rally, el motor de su 206 se averió y fue imposible repararlo, diciendo adiós así a un triunfo seguro. El liderato pasaba a manos de Bouffier, que venció en la cita gala. Peugeot, a pesar de la decepción que supuso perder el doblete, hizo una lectura muy positiva, tanto de la carrera, como de la temporada, en la que la progresión ha sido constante.
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