En general, la postura de los pilotos de cara al año que viene ha sido agarrarse al asiento por lo que pueda pasar. La F1 está en una dinámica muy convulsa en el aspecto de pilotos. Tras ver lo que ha pasado con Nico Rosberg, que tiene que dar gracias a Berger de poder seguir en Mercedes con quien ha prorrogado su contrato por dos años más hasta 2018, los equipos tienen la sartén por el mango.
En el caso de Frank Williams, su premisa siempre fue pagar poco a los pilotos y mucho a los ingenieros. “Teniendo el mejor coche ya vendrán los mejores pilotos a llamar a la puerta y además con dinero”, ese era su razonamiento. Ayrton Senna fue al equipo Williams en 1994 porque entonces era el mejor coche y por la misma razón no fue a Ferrari, ellos no eran competitivos en ese momento.
Con las ampliaciones de contrato de Nico Rosberg en Mercedes y Kimi Raikkonen en Ferrari, el mercado principal queda bloqueado, pero aún puede haber alguna que otra sorpresa. McLaren tiene a Stoffel Vandoorme, aunque a Fernando Alonso le gustaría que siguiera Jenson Button, por lo que aporta al equipo, ante todo su madurez. En Williams pueden pasar muchas cosas, cambiar a los dos pilotos de golpe, y en Renault más aún. Red Bull, con Pierre Gasly en plena ascensión e la GP2, seguro que hace cambios en Toro Rosso, mientras que otros equipos como Haas o Manor son una incógnita.
Sauber tiene seguro a Marcus Ericsson, que fue clave para encontrar el comprador de la escudería, mientras que Felipe Nasr y su dinero parece que seguirán un año más allí. Checo Pérez es uno de los que todavía puede mover el mercado. Vijail Mallya, dueño de Force India, dice que ya firmó el contrato que le unía a la escudería el año que viene, y Checo en cambio dice que aún no. La verdad la tiene el piloto, que baraja otras opciones, como Williams y Renault.
Precisamente la marca francesa, que mejoró mucho su rendimiento en Hungría, ayudada por el trazado, será la caja de sorpresas. Los dos pilotos –Kevin Magnussen y Jonathan Palmer- es casi seguro que se queden fuera y busquen un primer espada y un joven de talento. El problema de la marca francesa es que a nivel de inversiones están muy retrasados respecto a los equipos grandes, y eso pasa factura en la F1, donde el rendimiento es proporcional a la inversión en el momento adecuado (casi siempre). Renault puede ofrecer un proyecto de futuro, aunque de inmediato no sean aspirantes a la victoria. Checo Pérez y Carlos Sainz tienen esa opción encima de la mesa. ¿Puede Renault esperar a estos pilotos un año más? Teóricamente sí, pero quieren cimentar el equipo desde abajo. Los pilotos sin embargo miran con recelo un año en el limbo ahora que se han habituado al podio (Pérez) o a los puntos (Sainz). Ese es el gran dilema que tienen que resolver durante el verano.
En el caso de Carlos Sainz, Helmut Marko lo quiere usar de moneda de cambio con los motores, pero Frédéric Vasseur, ahora que ha ascendido en el equipo, no está por la labor de descuentos. Veremos si se impone el criterio del francés o interviene su jefe, el otro Carlos (Ghosn), y toma las riendas como Sergio Marchionne en Ferrari. Renault tendrá importantes patrocinadores el año que viene para reforzar las inversiones, ya que Carlos Ghosn optimiza todas las empresas que gestiona con éxito y el equipo de F1 no va a ser menos. Esa es la gran incógnita que queda en el “mercadillo” actual.
Los aspirantes al título, salvo sorpresa como en 2009, serán los Mercedes, que están muy por delante del resto. McLaren progresó, como estaba previsto en este circuito, pero Fernando Alonso terminó a una vuelta. De ahí a luchar por el título queda un trecho demasiado grande como para intentar afrontar con los pies en el suelo una temporada de éxitos. El éxito sería lograr algún podio en una carrera normal, ese sería el gran objetivo de McLaren para el 2018, el resto es ilusionismo. No hay más que bajar a pie de pista y ver cómo van unos y otros, eso al margen de la fiabilidad. No hay milagros ni soluciones que den un vuelco espectacular.
El que puede poner la categoría patas arriba es Pirelli, que el año que viene tiene un reto importante. El que mejor se adapte a sus ruedas puede compensar otras carencias. Los italianos quieren hacer la pretemporada con calor para no hacer el ridículo, así que Montmeló puede despedirse de los test, y seguramente irán a los Emiratos o a Sudáfrica, que ya fue inicio de temporada en alguna época en el mes de enero. Maurizio Arrivabene ya dio las claves el domingo por la tarde en Hungría: “hay que tener un súper motor el año que viene, pero sobre todo acertar en el chasis”, y esa es la mayor incógnita. Dijo que Ferrari tiene ya un motor a la altura de Mercedes, pero que les falta el resto.