Hace unos años que Peugeot tomó el camino más corto para tener sus propios SUV: asociarse a la especialista Mitsubishi. Antes que ponerse a desarrollar su propio sistema de tracción integral y poner en marcha una gama de vehículos con aptitudes off-road, Peugeot prefirió aprovecharse de la experiencia de una marca reconocida en la materia. Así, del Mitsubishi Outlander surgió el Peugeot 4007 y ahora el Mitsubishi ASX se ha convertido en el Peugeot 4008, apenas matizando su imagen y la puesta a punto del chasis (suspensión, electrónica, ruedas, etc). Incluso el motor Diesel 1.8 HDI del 4008 proviene de Mitsubishi.
Por su parte, los SUV son una constante en la surcoreana Hyundai también desde hace unos años. Aun sin el historial 4x4 del socio de PSA, hoy día Hyundai es especialista en la materia, con una amplia, exitosa y "pudiente" gama (iX-35, Santa Fe e iX-55) y que como curiosidad, vende más iX-35 que i30, el compacto equivalente convencional, en España.
Turismos altos
Vistos y conducidos, así lo parecen también estos 4x4, pero cada uno remarcando su personalidad. El Hyundai iX-35 es un coche con un tacto general más suave. Desde la suspensión, a la dirección, pasando por el cambio y los pedales, todo se siente más "algodonado", frente a un Peugeot 4008 con un hilo más duro de todos esos elementos; el del cambio, por cierto, gustoso si valoras sentir las inserciones.
Lo que puede significar todo esto en la dinámica de cada coche, son dos propuesta válidas por una simple cuestión de gustos, pero al Hyundai iX-35 lo percibes siempre más cómodo rodador, de la misma manera que el Peugeot 4008, más sujeto de carrocería, te puede aportar más confianza, además de sentirlo más a mano conduciéndolo rápido. De hecho, el Hyundai no esconde un enérgico control de estabilidad (ESP) que entra tajantemente en acción incluso antes de que vislumbremos entrar en zona de peligro, cuando el 4008 te deja explorar más allá.
Estas "puesta a punto" también deberías tenerlas en cuenta por otros aspectos. Si la elección por las versiones 4x4 (el 4008 no cuenta con versiones 4x2) está justificada por las salidas fuera del asfalto o por frecuentar carreteras dejadas de la mano de Dios, los baches en el iX-35 no "duelen" tanto como en el 4008, que transmite no sólo mayor sequedad en la absorción, también puede llegar a transmitir "golpeteos" en la dirección. En este sentido, se echa en falta la calidad de rodadura de referencia de modelos propios Peugeot, como los 308 o 3008.
Como 4x4 ambos tienen muy buena motricidad (y razonable distancia libre al suelo) y disponen de los recursos necesarios para circular con eficacia y seguridad sobre superficies deslizantes y en mayor medida con unos neumáticos específicos para ello. En el Hyundai iX-35, el reparto de par entre ejes está siempre totalmente automatizado. Manda el eje delantero, al que asiste el trasero si detecta pérdidas de motricidad. Funciona muy bien, si implicaciones por tu parte, salvo que quieras inducir, a toque de tecla, un reparto fijo 50/50 por ciento entre ejes para afrontar las peores situaciones de adherencia (barrizales y abundante nieve).
En el Peugeot 4008 dispones de un modo más trabajo: también a toque de tecla (mando giratorio) puedes anular el diferencial central y rodar exclusivamente con dos ruedas motrices (las delanteras). Sobre el papel, aparecen menos rozamientos mecánicos que debieran reducir el consumo de combustible, una opción interesante en largos viajes de autopista en condiciones favorables o en ciudad, donde el plus que implica la tracción integral no debe ser determinante. Como el iX-35, los otros modos de tracción del 4008 son 4x4 variable ó 4x4 bloqueado, para condiciones extremas.
Diesel en acción
Sus motores Diesel también tienen mucha responsabilidad en cómo sentimos a cada uno de estos coches. El 2.0 CRDi del Hyundai trabaja con mayor suavidad y sobre todo despreocupación, ante un 1.8 HDi del Peugeot 4008 más potente en la zona alta del cuantarrevoluciones (150 CV por 136), pero claramente menos capaz a bajo régimen (30,6 mkg por 32,6), una franja de trabajo vital cuando hablamos de agrado de conducción.
Cuando Peugeot reconoce haber adaptado otro turbo para mejorar el bajo régimen del 1.8 de origen Mitsubishi, es que conoce sus debilidades. Una apuesta muy fuerte cuando los motores propios de PSA pueden ser suficiente justificación como para apostar por un Peugeot o un Citroën. El motor Mitsubishi es muy moderno, de hecho es el único Diesel del mundo que dispone de distribución variable, y cuenta con Stop-Start, pero por debajo de 2.000 rpm se siente débil y acusa mucho retraso el llenado efectivo del turbo. Con todo esto, en ciudad, la combinación del 4008, por su mayor firmeza, pesadez de dirección y respuesta del motor, no resulta muy gratificante que se diga.
Todo es más fluido y refinado en el Hyundai iX-35, que aun con menos potencia, le sirve para ser testimonialmente más rápido, pero sobre todo significativamente más agradable que el 4008.
Valor de marca
Dada la percepción global de cada modelo, este Peugeot 4008 lleva a preguntarte si vale lo que su factura indica. Cuando Hyundai avanza a pasos agigantados en su credibilidad, al Peugeot 4008 le cuesta defender su mayor precio. Cierto que viene muy bien equipado, pero no mejor que el iX-35. No sabemos si hay una calidad industrial que lo justifique, pero por la percibida en materiales y de funcionamiento, no. Cuando además hay otros aspectos (maletero, asientos, garantía de 5 años sin límite de kms) también favorables al Hyundai.