4x4

BMW X3 20d xDrive y Land Rover Freelander 2.2 SD4 4WD

Uno por deportivo. Otro por 4x4... Y, ambos, por calidad de ejecución. X3 y Freelander representan ya el papel más extremo como deseados SUV medios. Desmarcados del grupo, hoy buscan dominar la manada: BMW con más confort; Land Rover con nuevo gran Diesel de 190 CV. ¿Quién guía?

BMW X3 20d xDrive y Land Rover Freelander 2.2 SD4 4WD
BMW X3 20d xDrive y Land Rover Freelander 2.2 SD4 4WD

Dos mecánicas renovadas, modernas... y nuevamente dos reflejos del espíritu de cada SUV. Mientras el Diesel 20d de BMW representa hoy la variante inferior del X3, con la última evolución del gran 4 cilindros de dos litros (ahora con 184 CV en vez de 177), el nuevo SD4 de Land Rover es en nuestro mercado ya la versión superior del Freelander, elevando el rendimiento de su conocido 2,2 litros hasta 190 CV (antes 160).

Ambos motores poderosísimos, no demasiado finos en la puesta en marcha y sonoridad, aunque con el SD4 de Land Rover imponiéndose en los primeros giros por su mayor par y cilindrada. Se siente así algo más lleno el Freelander, que también se apoya en un muy suave y cómodo (aunque no rápido) cambio automático de 6 relaciones y convertidor de par (único disponible), con los que obtiene grandes recuperaciones y adelantamientos. Aun así, las prestaciones del BMW X3 son también fantásticas (el mejor en aceleración), beneficiado por su menor peso y por un empuje soberbio alcanzadas las 2.000 rpm.
Lástima que el cambio manual de 6 marchas del BMW X3 (con desarrollos algo largos, algunas vibraciones y no muy preciso en las inserciones) no sea el mejor complemento: recomendamos apostar por el opcional automático ZF de 8 relaciones (2.664 €), referencia ya en el mercado por rapidez y confort, y que elevaría al X3 20d a lo sublime. Claro que si por poderío el SD4 gana a los puntos al 20d, en eficiencia se invierten los papeles.
Y es que el BMW X3, ayudado de serie por el paquete Efficient Dynamics (con sistema Stop/Start -algo brusco de funcionamiento-, activación de grupos secundarios sólo cuando es necesario y frenada regenerativa), registra un consumo desconocido en un SUV de su tamaño, potencia y tracción 4x4: sólo 7,2 l/100 km de media según nuestras propias mediciones. El menor entre sus rivales y en contraste con los 8,7 l/100 km que registra un Freelander, por el contrario, entre los más "gastones" de la categoría.
Vida a bordo

Analizando en profundidad el nuevo BMW X3 queda claro que, tras su profunda renovación, ha estado el Audi Q5. BMW se ha propuesto atacar hoy al líder de ventas mejorando donde éste hasta ahora se erguía: en confort y espacio. Muy crecido, el BMW X3 no sólo muestra ya gran habitabilidad; también una mejora en calidad percibida y tecnología para agasajar al conductor... Y también detalles muy funcionales. Algunos con cargo, como los nuevos asientos traseros abatibles en tres sectores (231 €) o el portón eléctrico (567), todo muy práctico; y otros de serie, como las salidas traseras de aire, la multitud de huecos por el habitáculo o la bajada del plano de acceso para facilitar la entrada y salida de ocupantes (muy alto en cambio en el Land Rover Freelander).

Así, en funcionalidad, al BMW X3 sólo le faltaría, como sí ofrece el Audi Q5, fila trasera deslizante para ganar espacio para piernas o maletero, según necesidad. Mientras, ante el BMW X3, Land Rover prescinde de ambiente recargado o guiños tan prácticos, pero ofrece gran calidad de realización y una simpleza que no impiden que delante sus ocupantes viajen como señores (grandes butacones y útil apoyabrazos), ni ofrecer detrás el mayor espacio de la categoría: si el X3 es bueno, el Freelander es aquí muy bueno.
Imbatible el Land Rover Freelander en anchura (tres viajarán mejor) y espacio para piernas... aunque con un lunar: el maletero. En capacidad de carga (395 dm3) se sitúa como el más escaso (eso sí con rueda de repuesto normal bajo el piso frente a un BMW X3 -455 dm3 de capacidad- sin equipo de reparación por sus ruedas antipinchazo Run Flat), y también con una gran altura de boca (10 cmmás que BMW) que dificulta la introducción de equipaje. Nos quedamos en el apartado de vida a bordo con el práctico y llamativo X3.
Inversión
Por último, hay que reconocer que ni BMW X3, ni Land Rover Freelander, son modelos baratos. Sus precios de partida son altos, como también su calidad de realización y muchas satisfacciones que generan al volante. Entre ellos, si equiparamos al X3 con cambio automático, su tarifa le acercaría a un hoy más caro Land Rover Freelander de acabado superior HSE. Es verdad que el BMW sin buena parte del generoso equipamiento de serie con el que, de igualar, Land Rover invertiría situación (en BMW habría que añadir asientos eléctricos, faros de xenón, navegador o tapicería de piel), pero también es cierto que con posibilidad en el X3 de incluir más tecnología y elementos muy prácticos inexistentes en todo caso en Land Rover. Además, la clara mejor economía de marcha del X3 también es valor a destacar. Conclusión, ¿qué necesitas?

En marcha

Dos mecánicas renovadas, modernas... y nuevamente dos reflejos del espíritu de cada SUV. Mientras el Diesel 20d de BMW representa hoy la variante inferior del X3, con la última evolución del gran 4 cilindros de dos litros (ahora con 184 CV en vez de 177), el nuevo SD4 de Land Rover es en nuestro mercado ya la versión superior del Freelander, elevando el rendimiento de su conocido 2,2 litros hasta 190 CV (antes 160).

Ambos motores poderosísimos, no demasiado finos en la puesta en marcha y sonoridad, aunque con el SD4 de Land Rover imponiéndose en los primeros giros por su mayor par y cilindrada. Se siente así algo más lleno el Freelander, que también se apoya en un muy suave y cómodo (aunque no rápido) cambio automático de 6 relaciones y convertidor de par (único disponible), con los que obtiene grandes recuperaciones y adelantamientos. Aun así, las prestaciones del BMW X3 son también fantásticas (el mejor en aceleración), beneficiado por su menor peso y por un empuje soberbio alcanzadas las 2.000 rpm.
Lástima que el cambio manual de 6 marchas del BMW X3 (con desarrollos algo largos, algunas vibraciones y no muy preciso en las inserciones) no sea el mejor complemento: recomendamos apostar por el opcional automático ZF de 8 relaciones (2.664 €), referencia ya en el mercado por rapidez y confort, y que elevaría al X3 20d a lo sublime. Claro que si por poderío el SD4 gana a los puntos al 20d, en eficiencia se invierten los papeles.
Y es que el BMW X3, ayudado de serie por el paquete Efficient Dynamics (con sistema Stop/Start -algo brusco de funcionamiento-, activación de grupos secundarios sólo cuando es necesario y frenada regenerativa), registra un consumo desconocido en un SUV de su tamaño, potencia y tracción 4x4: sólo 7,2 l/100 km de media según nuestras propias mediciones. El menor entre sus rivales y en contraste con los 8,7 l/100 km que registra un Freelander, por el contrario, entre los más "gastones" de la categoría.
Vida a bordo

Analizando en profundidad el nuevo BMW X3 queda claro que, tras su profunda renovación, ha estado el Audi Q5. BMW se ha propuesto atacar hoy al líder de ventas mejorando donde éste hasta ahora se erguía: en confort y espacio. Muy crecido, el BMW X3 no sólo muestra ya gran habitabilidad; también una mejora en calidad percibida y tecnología para agasajar al conductor... Y también detalles muy funcionales. Algunos con cargo, como los nuevos asientos traseros abatibles en tres sectores (231 €) o el portón eléctrico (567), todo muy práctico; y otros de serie, como las salidas traseras de aire, la multitud de huecos por el habitáculo o la bajada del plano de acceso para facilitar la entrada y salida de ocupantes (muy alto en cambio en el Land Rover Freelander).

Así, en funcionalidad, al BMW X3 sólo le faltaría, como sí ofrece el Audi Q5, fila trasera deslizante para ganar espacio para piernas o maletero, según necesidad. Mientras, ante el BMW X3, Land Rover prescinde de ambiente recargado o guiños tan prácticos, pero ofrece gran calidad de realización y una simpleza que no impiden que delante sus ocupantes viajen como señores (grandes butacones y útil apoyabrazos), ni ofrecer detrás el mayor espacio de la categoría: si el X3 es bueno, el Freelander es aquí muy bueno.
Imbatible el Land Rover Freelander en anchura (tres viajarán mejor) y espacio para piernas... aunque con un lunar: el maletero. En capacidad de carga (395 dm3) se sitúa como el más escaso (eso sí con rueda de repuesto normal bajo el piso frente a un BMW X3 -455 dm3 de capacidad- sin equipo de reparación por sus ruedas antipinchazo Run Flat), y también con una gran altura de boca (10 cmmás que BMW) que dificulta la introducción de equipaje. Nos quedamos en el apartado de vida a bordo con el práctico y llamativo X3.
Inversión
Por último, hay que reconocer que ni BMW X3, ni Land Rover Freelander, son modelos baratos. Sus precios de partida son altos, como también su calidad de realización y muchas satisfacciones que generan al volante. Entre ellos, si equiparamos al X3 con cambio automático, su tarifa le acercaría a un hoy más caro Land Rover Freelander de acabado superior HSE. Es verdad que el BMW sin buena parte del generoso equipamiento de serie con el que, de igualar, Land Rover invertiría situación (en BMW habría que añadir asientos eléctricos, faros de xenón, navegador o tapicería de piel), pero también es cierto que con posibilidad en el X3 de incluir más tecnología y elementos muy prácticos inexistentes en todo caso en Land Rover. Además, la clara mejor economía de marcha del X3 también es valor a destacar. Conclusión, ¿qué necesitas?
En marcha