Neumáticos de invierno: una posible alternativa a las cadenas

Con la llegada del frío -aunque no nos demos cuenta en ocasiones- el contacto de los neumáticos de nuestro coche con el asfalto se compromete mucho más de lo normal. Una buena alternativa a las aparatosas cadenas es el uso de neumáticos de invierno, que nos pueden ahorrar más de un susto.

Neumáticos de invierno: una posible alternativa a las cadenas
Neumáticos de invierno: una posible alternativa a las cadenas

Los desconocidos neumáticos de invierno
Los neumáticos de invierno están preparados especialmente para su uso a bajas temperaturas, con la consecuente posible presencia de agua, nieve o incluso hielo. Con este último, no tendremos más remedio que usar las cadenas (recuerda, con una limitación de 30 km/h) si su presencia es considerable –para ir totalmente seguros-, pero la presencia de agua, nieve o pequeñas placas de hielo en el pavimento puede contrarrestarse mediante el uso de este tipo de neumáticos. Su uso es frecuente en zonas como el norte de Europa o Rusia, pero en España casi se desconoce totalmente su existencia.

Estas ‘gomas’ soportan condiciones extremas, gracias a su fabricación con compuestos distintos a los habituales y a un diseño especial. Éste último, consiste en un dibujo más profundo y un mayor número de laminillas y poros –todo ello para evacuar el agua, nieve o hielo más rápidamente y facilitar una mayor adherencia-. Se pueden reconocer por la marca que llevan en el lado, indicando que son del tipo M S –mud (barro) and snow (nieve)- y un dibujo de una montaña con un copo de nieve al lado.

Su uso se recomienda cuando la temperatura baja de los y su eficacia se empieza a perder cuando la banda de rodadura es inferior a los cuatro milímetros. Además, son incompatibles con las cadenas. Debido a su compuesto especial para unas condiciones especiales, se deben retirar cuando la temperatura aumente y guardarlos en un lugar fresco y seco, en el que la luz del sol no pueda hacer mella en su superficie.

Qué nos ofrecen estos neumáticos
Los neumáticos de invierno garantizan el guiado del vehículo –cosa que no ocurre con las cadenas-, mejoran la tracción, disminuyen la distancia de frenado y no precisan del uso de cadenas adicionales –en muchos casos difíciles de poner-.

También presentan claras ventajas respecto a los neumáticos con clavos, que tienen un uso limitado a lugares expresamente autorizados en la mayoría de los países (por el daño que producen en el asfalto) y porque sólo es posible montarlos cuando el pavimento está totalmente helado.

De invierno, no sólo 'de nieve'
Según las pruebas que se han realizado, los neumáticos de invierno permiten reducir hasta en un 25 por ciento la distancia de frenado en condiciones invernales. En la comparativa con unas gomas ‘normales’, los ‘especiales de invierno’ conseguían frenar en piso mojado -a una velocidad de 80 km/h- en 34 metros, mientras que los otros lo hacían en 40 metros. En la frenada sobre nieve –a 50 km/h- los neumáticos estándar frenaron en 63 metros, una distancia excesiva si la comparamos con los 32 metros que se recorrieron hasta frenar con los de invierno.

El principal inconveniente de los neumáticos de inverno es su precio, situado entre un 8 y un 15 por ciento por encima de los ‘normales’. Eso sí, el consumo de combustible no está afectado por este nuevo ‘calzado’. Otro de los problemas, podría ser la falta de espacio en casa para guardar los que no estemos usando en ese momento. A cambio, olvídate de quitar espacio en el maletero con las cadenas, olvídate de guantes, de parar a montar –algo que harás tras un situación ya delicada- y de parar a desmontar –lo que no harás hasta estar seguro de no tener que volver a usarlas-, de mancharte… Si vives en zonas con agua y riesgo ocasional de nieve, si las pruebas, repites.

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