Todos con el cinturón

Poco a poco nos vamos concienciando de la importancia que tiene ponerse el cinturón cuando vamos en el coche, si bien todavía un tercio sigue sin usarlo, especialmente detrás. Pero debemos saber que se ha demostrado como elemento de seguridad pasiva más eficaz. Un simple gesto que puede salvarnos la vida.

Todos con el cinturón
Todos con el cinturón

Aparte de ser obligatorio su uso, el cinturón de seguridad es, desde el nacimiento del automóvil, el elemento que más vidas ha salvado. Ninguno ha salvado tantas vidas ni ha sido tan eficaz para proteger a sus ocupantes. Tanto delante como detrás o adaptado a los más pequeños, sea en carretera o ciudad, no hay excusa, es necesario que todos vayamos bien atados. Más de medio siglo contemplan al cinturón de seguridad de los automóviles, un invento, por cierto que surgió en la aviación,- como tantos otros que incorporan los coches. y en este tiempo se han ido introduciendo modificaciones –cinturones con airbag, con pretensores-. Si bien su función sigue siendo la misma: retener al conductor en caso de impacto evitando que golpee con el salpicadero. Todos los automóviles que se venden en nuestro mercado disponen de cinturón de seguridad de tres puntos en cada una de las plazas. Por Ley están obligados. Antes era muy frecuente ver cinturón de dos puntos en la plaza central trasera, si bien este sistema se ha revelado menos óptimo que el de tres puntos. Ahora bien, para que el sistema sea eficaz es necesario ponerse bien el cinturón. Es importante no dejar holguras, ni utilizar pinzas, ni nada que puedan restar eficacia al mecanismo. La banda inferior debe ir sobre las caderas y la superior entre ambos pechos.

En las plazas traseras no hay airbags frontales, de momento, pero muchos ocupantes se olvidan de ponerse el cinturón de seguridad cuando viajan en ellas. La sensación de ir más seguros por tener los asientos de delante puede ser un motivo. No utilizarlo en las plazas traseras no sólo es un riesgo para los propios ocupantes sino para los de delante, en caso de impacto su peso le aplastará y de poco servirá que el de delante lleve el cinturón.

Y hablando de airbag, prácticamente todos los coches que se venden en nuestro país disponen de airbag, tanto del conductor como del acompañante. Una excusa para no ponérselo es considerar que como tiene airbag no es necesario. Nada más lejos de la realidad. El airbag está preparado para actuar conjuntamente con el cinturón y nunca en su lugar. Ambos se complementan y cada uno cumple con su función. En caso de impacto, parte de la energía de un choque la absorbe el cinturón y el resto el airbag.

Pero cuando se trate de pequeños en el coche, debemos prestar una especial atención a que éstos vayan bien atados. Los niños no son ni mucho menos adultos en pequeñito. Presentan una desproporción entre el tamaño de la cabeza y el del resto del cuerpo, especialmente los más pequeños. Por su morfología necesitan por tanto, su propia sillita de seguridad, específica en función de su tamaño y peso. Podemos diferenciar tres grupos en función del peso del niño.

Los cucos o capazos del grupo 0 sólo nos valdrán hasta que el niño pese 9 kg como máximo. Sin embargo, si optamos por uno que sea del grupo 0 será válido hasta que pese 13 kg. Estas sillas portabebés las compramos con el carrito de paseo. Tanto unas como otras van en el sentido contrario a la marcha, -la musculatura del cuello del niño especialmente en los primeros años de vida todavía es débil- en los asientos traseros o delantero –siempre que desconectemos el airbag-. El cambio a una sillita en el sentido de la marcha debe realizarse lo más tarde posible.

Las sillas para bebés de este grupo van en el sentido de la marcha y deben ir en las plazas traseras. Generalmente con el cinturón del vehículo y/o con el sistema Isofix vamos a anclar la silla al coche, sujetando al niño con el propio arnés de la sillita. Debemos informarnos en el concesionario, en el caso de que nuestro coche tenga airbags laterales traseros, de si podemos colocar la silla en estas plazas o en la central. Un consejo, es importante ir ajustando el arnés de la silla al tamaño del niño a medida que este crezca para que no se produzcan holguras.

Con este tamaño, lo más adecuado son los cojines elevadores, preferentemente con respaldo. Permiten al niño llegar a la altura óptima para utilizar el cinturón. Decimos que preferentemente es bueno utilizar elevadores con respaldo porque los niños van a ir mucho más cómodos –todavía son pequeños se quedan dormidos en el coche y la cabeza se les va para los lados-, y más seguros, ya que no se va a producir el llamado efecto submarino, esto es que el elevador salga por debajo del niño.

Las mujeres embarazadas no tienen excusa para no utilizar el cinturón de seguridad en el vehículo. Bien usado es una garantía para ellas y para sus futuros bebés. Pero eso sí deben hacerlo de una forma especial. La banda pélvica que va de lado a lado debe ir situada sobre los muslos, a la altura de las ingles y por debajo del abdomen. De esta forma, en caso de colisión, la fuerza de la inercia va directamente a los huesos pélvicos y no se daña el útero. La banda superior debe situarse entre los senos. Nunca debemos situar la banda inferior sobre el abdomen. Tampoco debe utilizarse sólo la parte superior del cinturón prescindiendo de la inferior, porque, en caso de colisión, el ocupante puede deslizarse por debajo del mismo con el consiguiente peligro.