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Cuando vayas a abrir la puerta del coche ten cuidado con no encontrarte con uno de esos bolardos instalados en las aceras. Están a la orden del día y muchas veces son tan pequeños que son difíciles de ver. Incluso si nuestro coche dispone de sistema de ayuda al aparcamiento, puede que no sea capaz de detectarlo.
Cuidado con los bordillos de la acera. Ya sea aparcando o en marcha, estos escalones son el principal causante de los destrozos en los neumáticos y rozaduras en las llantas. Es recomendable mantener una distancia prudente con la acera para evitar males mayores.
Sería interesante que supieras la altura exacta de tu coche, sobre todo si llevas barras portaequipajes o se trata de una furgoneta. No todos los coches entran por altura en cualquier párking. Si no tienes esto en cuenta o te confías demasiado, podrías dañar el techo del vehículo.
Ante cualquier incidente con tu coche, acude a un taller de confianza, ya sea oficial o independiente. No te dejes embaucar por los que te dan el precio más bajo porque ya sabemos que muchas veces lo barato sale caro.
Recuerda que no son para toda la vida. Con el tiempo, las escobillas se endurecen y con el uso, se desgastan. Esto provoca arañazos en el cristal. Cambiarlas es sencillo, barato y necesario porque es de vital importancia tener la mejor visibilidad posible para conducir, sobre todo con lluvia.
A la hora de lavar el coche, elige un lavadero en buen estado y, si no, lávalo a presión o a mano. Muchas veces los túneles de lavado no están bien conservados y lo único que conseguimos es que se nos raye la pintura del coche. Esto no pasa cuando lo haces a presión o a mano.
Cada vez es menos habitual, pero puede ocurrir si el coche es de alquiler o prestado. La mejor manera de evitar la confusión es colocar una pegatina en el tapón del depósito por dentro.
No sólo comprobar las presiones una vez al mes, sino mirar el desgaste de los mismos y si están dañados. De nada sirven los sistemas de frenado ABS o EBD si el neumático no está en las mejores condiciones.
Si conduces de forma progresiva, manteniendo una velocidad constantes, sin acelerones y frenazos bruscos, además de conseguir ahorrar combustible, estarás cuidando la mecánica de tu coche.
No demores la visita a un especialista si tu parabrisas ha sufrido un chinazo. Si pasa el tiempo y el pequeño impacto se convierte en una raja mayor, en lugar de poder arreglártelo en unas horas por poco dinero (incluso gratis según lo que cubra tu seguro), tendrán que cambiarte el parabrisas entero, es decir, quedarte más tiempo sin tu coche y desembolsar algunos euros más.
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