Si crees que ciudades como Madrid tienen muchos Toyota Prius, porque la mayoría de los taxis los han adoptado, no has visto nada. La californiana San Francisco (con sus poblaciones limítrofes) es el paraíso del Toyota Prius y el paraíso de los coches compartidos.
Además de Uber o Lyft, en cada aparcamiento o estación de servicio existen plazas reservadas para empresas de coches compartido. Entre la naturalidad con que allí se toma un Uber y el bullicio creativo del vecino Silicon Valley, la decisión de Toyota de hacer allí una prueba piloto de coche compartido es natural.
¿Y por qué Toyota no actúa en solitario, sino con Getaround? En nuestra opinión es sencillo, pues desde los tiempos de los vetos al coche importado, aprendieron que había que ir de la mano de empresas establecidas locales. BMW tuvo que cerrar su empresa conjunta con también alemana Sixt de coche compartido en San Francisco, una ciudad que disponía de ¡900 plazas de aparcamiento reservadas para estos vehículos! (para hacerse una idea, 2.000 tiene una ciudad como Madrid para minusválidos en la zona de estacionamiento limitado). El problema es que DriveNow no tenían asignada ninguna de esas plazas de estacionamiento.
Nuevos modelos de negocio en Toyota
Mucho antes que en Europa, Japón ya sentía y abordaba el problema de que la gente joven no compraba coches. Querría, pero... no podía con las implicaciones. Puede que ahora, más cerca de 2020, entendamos mejor esa frase de la "Visión Global de Toyota para 2020" que proclamaba "desarrollaremos nuevas formas de transporte y perseguiremos nuevas formas de conectar tecnología con personas". Poco a poco se va materializando, lo vemos con este acuerdo con la empresa de coches compartidos Getaround, pero antes han ido sembrado las raíces. Así entenderás los anuncios de que sus coches se comunicarán entre sí en 2020, que los Toyota aportarán datos para actualizar en tiempo real la cartografía con precisiones de 5 cm, que Toyota haya creado Toyota Connect su propia "nube" con tecnología de Microsoft, que colabore con la inteligencia artificial de Nauto (junto con BMW) para "comprender" cómo piensa y reacciona un conductor, que tenga un "nube" con Microsoft para que se podamos sentir (más que ver) los rallies del WRC en 2017, que en mayo firmase un acuerdo con Uber... y ahora asome la lupa en el coche compartido.
Este de Toyota y Getaround es solo el fascículo más reciente de marcas intentando entender el coche compartido. General Motors firmó un acuerdo con Lyft, VW ha hecho lo propio con Gett, todos quieren conocer un mercado de quienes usan coche, pero no tienen coche propio. BMW o Daimler les llevan alguna ventaja, porque ellos mismos crearon por distintas ciudades sus propias empresas de coche compartido, DriveNow/ReachNow y Car2go.
¿Espera Toyota ganar dinero con el coche compartido?
Por ahora, seguro que Toyota no. Llámalo estudio de mercado. Ya han sembrado los medios para capturar datos de los coches que pongan en juego, analizarlos, reconocer patrones y conseguir aprendizaje sobre el coche compartido aplicando inteligencia artificial. La rentabilidad debería ser circunstancial para Toyota por ahora.
¿A quién sirve el coche compartido?
Al fabricante de coches, que venderá menos, parecería que no (en condicional, por eso le están buscando el sentido y la manera futura de rentabilizarlo). Socialmente es interesante para evitar que haya coches detenidos, ocupando espacio en vías públicas, durante un 90 por ciento del tiempo sin servir a nadie (aunque ya hay ingeniosos estudios para que buscar nuevos usos al coche aparcado, de repetidor telefónico, de iluminación de vía pública, etc). Con ellos rodando, las administraciones locales tendrán que prever menos servicios públicos. Al propietario, sea una empresa o el particular que cede el coche, le podrán interesar los ingresos.
¿Mejorará la contaminación en la ciudad?
No directamente, mientras que no bajen las necesidades de desplazamiento de la gente. Sin embargo, el coche compartido supondrá un desgaste más acusado de cada vehículo y una renovación más frecuente. En lugar de un parque con once años o doce años de edad media, con ineficaces sistemas de limpieza, en tres años un coche debería renovarse. Endurecer con más rapidez que hasta ahora -como parecer ser- las sucesivas reglamentaciones de emisiones, aceleraría un parque menos contaminantes. No, no pienses en el coche eléctrico como paradigma de la limpieza, que tiene ruedas o frenos que también se desgastan y van a... Exacto, los legisladores ya tenían enfocados estos otros aspectos de la contaminación, pero los Diesel de Volkswagen los han distraído, antes de darse cuenta de que ni sus ciclos de homologación en laboratorio servían, de que el resto de fabricantes también se preparaba para el examen... Con la cabeza fría, el coche compartido, de última hornada, puede aportar mucho al buen uso del espacio y el aire de la ciudad. Por eso lo apoyaban los urbanistas y ahora se están dando las circunstancia para que encaje.
¿Y los profesionales del transporte público, como los taxistas? La facilidad de conducción no hizo desaparecer la profesión de chófer, pero requirió una reconversión de los que quedaron. Nuevos servicios, una reinvención de la profesión (como están haciendo los fabricantes de coches), parece lógica a la velocidad que está cambiando la movilidad.
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