Renault saca sus baterías de los coches eléctricos para reutilizarlas
Renault sigue investigando cómo darle nueva vida útil a las baterías de los Renault Zoe cuando éstas ya no se consideran aptas para mover el vehículo.
Cuando en Renault retiran de la circulación las baterías de sus Zoe, con el 75 por ciento de capacidad útil todavía, aún cumplirían muy bien para otras aplicaciones. Utilizándolas en una segunda vida, la contribución de las baterías del vehículo eléctrico al CO2, a la utilización de materias primas y de energía en su fabricación y sus necesidades de reciclaje resultan mucho menores. Algo que también aportará a la robustez del ecosistema eléctrico. Estos son ejemplos de su uso fuera del mundo de las cuatro ruedas.
Renault espera que sus baterías "gastadas" para el automóvi (pero aún llenas de posibilidades en otros usos) favorecerán la producción eléctrica a partir de renovables. Por ejemplo, la empresa británica PowerVault pretende que la energía solar de la casa se recoja en sus equipos, que en su interior alojan baterías de “segunda vida” de Renault. Según las necesidades eléctricas de la casa, se pueden instalar módulos de 2, 4, 6, 9 kWh dentro del equipo o conectar varios equipos. El sistema PowerVault permite también la recarga las baterías directamente de la red eléctrica, en momentos de tarifas bajas. Está en pruebas (se presentó hace un año con el modelo de color blanco de la foto, que inicialmente almacenaba en baterías nuevas) y se comenzará a comercializar en 2018 en Gran Bretaña.
Renault es uno de los líderes mundiales del coche eléctrico, pero saben que aún falta mucho para convencer: “los coches eléctricos solo se generalizarán si el ecosistema del coche eléctrico es suficientemente robusto para apoyar su desarrollo”, dice en la web de Renault Gilles Normand, director de la división de eléctricos: “en Renault, nunca dudamos de sobrepasar nuestro rol de fabricantes de coches”. Así se explica el camino emprendido para reutilizar sus baterías usadas.
También en cooperación con la compañía holandesa de electricidad Jedlix, Renault Innovation también ha desarrollado una aplicación para el teléfono móvil. La aplicación interacciona con el ecosistema eléctrico para gestionar el mejor momento para la carga de Zoe u otros Renault eléctricos, tanto porque las tarifas sean menores (ventaja para el usuario), como hacerlo en el momento en que la electricidad provenga en mayor medida de renovables (ventaja para la compañía eléctrica). Además, podrá decidir que nivel de carga desea aportar a la batería (más allá de 80 por ciento se hace ineficiente) y a qué hora tiene que estar cargada. Esta app ya está en funcionamiento en los Países Bajos, y en 2018 se espera poner en marcha en otros países como Francia y Alemania.
En un segundo paso con Jedlix, Renault pretende que las baterías del Zoe sirvan para dar “respaldo” a la red eléctrica en momentos de alta demanda y sea la empresa eléctrica la que descargue la batería, si el cliente da su aprobación. Según fuentes de Renault, sus investigadores han encontrado que, bien gestionado el proceso de carga y descarga (en intensidad y temperatura de la batería) en lugar de acortar la vida de la batería consigue alargarla. De paso, hacer participar activamente el coche en la red eléctrica y no solo como consumidor, el usuario obtendrá beneficios económicos (aún por determinar) al entrar él mismo en la cadena de valor.
Renault Innovación ya presentó recientemente un concepto de carga rápida en vías públicas basado en baterías de segunda vida, que van dentro de un contenedor y suplementan la potencia necesaria en puntos de recarga. Pueden servir también para aportar en momentos de alta demanda local, con varios vehículos recargando simultáneamente. Todo el sistema se puede trasladar con relativa facilidad, porque es modular y con toda la electrónica necesaria dentro del propio contenedor. Hay dos en pruebas actualmente, en puntos de recarga a 50 kilovatios, uno en Francia y otro en Alemania.
También investigan con la aplicación en edificios de baterías en su segunda vida, dado que aún gozan de grandes capacidades de almacenamientos. Gracias a las baterías se puede aportar la potencia necesaria en momentos de pico de consumo en el interior de los edificios, como los ascensores en el momento de abrirse las oficinas o de cerrar. Todo ello, permitiría contratar una tarifa eléctrica más barata, por no tener que cubrir esos momentos puntuales de muy alta demanda de potencia. Las baterías se recargan en momentos de tarifas más económica, normalmente nocturnas. En el edificio en el que se están realizando estas pruebas, las baterías también permiten la recuperación de energía de los ascensores durante la fase de frenado al descender.