Durante todo el año, un periodista de motor tiene que pasar por uno o varios salones del automóvil. Los hay más discretos y de dimensiones contenidas, como los de Madrid y Barcelona, pero también enormes y, a veces, desesperantes, como los de Frankfurt y París. En un punto intermedio se encuentra el Salón del Automóvil de Ginebra, que he vuelto a cubrir en esta edición 2016. Para muchos, hablamos del considerado como el mejor salón de coches que puedes visitar en toda Europa e incluso, posiblemente, a nivel mundial. Tanto si eres periodista como si eres un fanático del automóvil, la cita suiza es la que más te permite disfrutar de la visita.
Acreditarse para el Salón de Ginebra no siempre es tarea fácil. Hay una fecha tope para hacerlo y suelen pedirte que justifiques el trabajo que haces, con URL’s de tus publicaciones en web y/o páginas escaneadas de alguna revista y que estén firmadas por ti, tu carné de periodista y cualquier otro requisito que se les ocurra de un año para otro. Si vas como periodista por primer año, lo mejor es que escuches alguno de los sabios y experimentados consejos de los veteranos. Si vas sin acreditarte, Ginebra y su salón te darán la bienvenida con una cola de unas tres horas de espera.
Visitando el Salón de Ginebra 2016
Los días de visita para la prensa (suelen ser los dos días previos a la apertura al público) comienzan temprano, especialmente el primer día, en el que te ves a las 7:15 de la mañana haciendo cola para entrar y con el frío suizo azotando. Aunque en esta edición la climatología nos ha respetado bastante, todo se diga.
Una vez en el interior, tras algún que otro empujón y en una cola en la que más bien no se respetan órdenes de llegada, hacerse con el salón es más bien sencillo. Aunque es bastante amplio, los coches suelen ser concentrarse en dos plantas de gran tamaño, pero que se pueden recorrer a pie –en Frankfurt y París hay que recurrir a algún medio de transporte o transfer si quieres pasar de un hall (espacio o edificio) a otro-. Nada más entrar, nos esperan ruedas de prensa de las distintas marcas, normalmente con preferencia a la que nos ha invitado y con la que viajamos a Ginebra.
Este año la expectación con la rueda de prensa de Volkswagen ha sido máxima, más después de la intervención de un espontáneo que boicoteaba el discurso de Jürgen Stackmann, responsable de ventas de Volkswagen. El personaje, vestido de mecánico y con las siglas de VW en su mono de taller, interrumpió al alemán y llevó a cabo su particular protesta por el controvertido asunto de las emisiones de los coches Diesel de la marca, más conocido como Dieselgate. Merece la pena ver el vídeo. Los que estábamos allí no entendíamos lo que había pasado. Casi parecía que formaba parte del ‘show’ y nadie supo responder a tal actuación durante los primeros minutos.
Prácticamente puedes pasar toda la jornada yendo de la presentación de un automóvil a otra. Pero aquí prima sacar el trabajo esperado desde la redacción en Madrid y mientras unos nos dedicamos al material fotográfico y de vídeo, otros lidian con compromisos como mesas redondas y entrevistas con directores, ingenieros o jefes de prensa de las distintas marcas que inundan el salón.
Mientras luchas contra el tiempo y contra el resto de gente que hay allí –todos queremos sacar la mejor foto y estar lo más cerca posible-, te cruzas con algunos de los mejores y más potentes coches del mundo, como el Lamborghini Centenario (el más potente jamás creado por la marca), el Bugatti Chiron (sustituto del Bugatti Veyron) o ediciones limitadas como el Porsche 911 R; también de otras firmas no tan conocidas para el público general –no aficionado al automóvil-, como el Koenigsegg Agera R o el Rimac Concept One (de más de 1.000 CV de potencia). La mayoría de ellos son espectaculares en persona, aunque hay otros que son muy fotogénicos y luego te decepcionan un poco.
También encuentras novedades del mundo del automóvil, como el tan esperado Seat Ateca, el nuevo Audi Q2, el Renault Scénic de cuarta generación o el Toyota C-HR. Los concept y prototipos tienen su encanto y, en muchas ocasiones, nos dan un avance de lo que podremos ver en unos meses o al año siguiente como modelo de producción en serie. Ha pasado este año con el Honda Civic Hatchback Prototype y el Skoda Vision S, entre otros.
Se dejan ver por allí otros automóviles que despiertan cierta curiosidad e incredulidad, como el Range Rover Convertible definitivo o el Volkswagen T-Cross Breeze, este último también un SUV descapotable, con una carrocería que algunos no terminamos de entender en el segmento, pero que busca su oportunidad. Sobre gustos no hay nada escrito…
Los preparadores de automóviles ocupan una parte importante de las salas, con Caractere, Brabus, MTM, ABT y Mansory, entre otras, atreviéndose con modificaciones –algunas de ellas demasiado horteras- a coches de la talla de Lamborghini, Aston Martin o Ferrari. Son ya conocidas las atractivas y explosivas chicas que acompañan a muchas de estas marcas, como las de ABT, nada discretas y atrapando muchas miradas y objetivos de cámaras de fotos.
Entre foto, apunte y carrera a pie para llegar a los distintos puntos de encuentro, paras a saludar y a charlar con la gente de prensa que conoces y también para presentarte a aquellos con los que no habías coincidido. De estos encuentros se pueden sacar algunos detalles y claves que marquen la diferencia en tu trabajo al final del día o de la semana.
Llegadas las 17:00 horas –hora de vuelta al hotel para muchos, donde a algunos les toca seguir escribiendo-, prácticamente no hemos tenido tiempo de pararnos a disfrutar del Salón de Ginebra. Algunos coches los hemos visto desde el objetivo de la cámara o desde muy atrás, por la gente que ocupa las primeras filas. Un rato antes de dar por finalizada la visita, toca revisar que hemos mandado correctamente a Madrid todo el material que hemos recopilado, más que nada, porque hay momentos en los que conectar el ordenador al WiFi (de la marca que nos preste su conexión) -y que la velocidad y la banda nos permita mandar un volumen de trabajo amplio- no siempre es fácil. Por suerte, siempre hay alguien dispuesto a echarte un cable, nunca mejor dicho.
Este año he tenido suerte y he podido contar con dos horas al día siguiente para visitar los distintos sectores con calma, parándome a observar cada detalle de algunos coches y disfrutando de una experiencia única que, seguramente, podremos volver a disfrutar dentro de un año.
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