Las palomas tienen una gran agudeza visual y, de hecho, son capaces de distinguir los colores (incluso perciben las radiaciones ultravioleta), pero no tienen tan mala uva como para incrementar ni su cantidad de heces sobre unos coches determinados, especialmente los blancos; ni tampoco para confabularse para actuar en grupo concentrando sus deposiciones sobre objetivos determinados. Lo que realmente ocurre, como puedes imaginar, es que sobre el coche blanco se hacen considerablemente más evidentes sus heces.
Por cierto, las heces más copiosas pueden provenir de las palomas hembras antes que de los machos. No es cuestión de tamaño (las hembras son más pequeñas), ni de sexismo, sino más bien un síntoma de pulcritud: mientras están incubando retienen sus deposiciones para evitar manchar con ellas el nido, de modo que cuando salen de él se alivian con excrementos más abundantes y plastosos.
Ah, y por lo general, como ocurre con los humanos, la cantidad de líquido que contengan, su textura o color pueden ser indicativos del estado de salud de esa paloma, de modo que las más líquidas nos permitan identificar un cuadro de estrés, mientras que las diarreas verdosas indiquen que el individuo tiene salmonelosis, las mucosas enfermedades respiratorias, etc.
¿Cómo limpiar bien las heces de las palomas de los coches?
¿Cómo se eliminan de la carrocería del coche las heces de las palomas? Seguro que alguna vez te lo has preguntado, sobre todo cuando tu vehículo está muy sucio como consecuencia de la acción fisiológica natural de este ave.
Lo primero que tienes que hacer, cuanto antes mejor, es actuar sobre las heces lo más rápido posible para evitar que queden marcas permanentes. Y como las de cualquier otra ave, hidratándolas con agua.
El peligro no está en que sus componentes ataquen la pintura, tales como ácidos, sino porque partículas de esas deposiciones pueden penetrar en la capa exterior de nuestra carrocería. Así, con el tiempo, se convierten en parte de ella.
¿Qué cómo? Pues ocurre cuando, por efecto del calentamiento del sol, y especialmente en verano, la pintura se expande. Por cierto, como seguro sabes, cuanto más oscura sea el color del coche, mayor será la cantidad de calor que recoja… Si sobre la pintura hay una hez, ésta puede penetrar en los microporos que se producen en la pintura con esa expansión y, cuando la carrocería se enfría por las bajadas de temperatura exterior, esas partículas quedan incrustadas en ella.
Así que nada de rascar, y menos en seco. Hay que mojarlas abundantemente, incluso con un trapo o papel mojados sobre ellas y, cuando ya han absorbido el agua, ya se pueden retirar con facilidad y la tranquilidad de que no dañaremos la pintura. Si están secas y las frotamos incluso pueden rayar la superficie sobre la que hayan caído.
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