La empresa de alquiler de coches Hertz tiene permanentemente alquilada su flota de coches eléctricos en Baleares: "Son los primeros que se alquilan, porque los clientes los prefieren", señala Ricard Puiggross, director de Desarrollo de Negocio del Coche Eléctrico en su empresa. En Baleares, como en otros tantos lugares, un coche eléctrico permite acceder a sitios en los que los coches de combustión están vetados.
Baleares incluso quiere ir más allá, limitando la entrada de coches Diesel en 2025 y con motor de gasolina en 2035. Estas intenciones están recogidas en la Ley de Cambio Climático que ha presentado la presidenta del Gobierno Balear, Francina Armengol, al ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal. No están solos en el empeño: aunque más tímida, Barcelona pretende que en 2030 toda la flota municipal sea eléctrica y en 2040 todos los taxis sean de cero emisiones. Con los pies en el suelo, Puiggross reconoce que Hertz solo tiene 50 coches eléctricos en su flota, de los 15.000 que tiene en territorio insular, y que "un simple cambio a coche eléctrico no es sostenible, el problema de tráfico sería el mismo; incluso de cara al turismo, hace falta reinventar la movilidad".
Turismo eléctrico
"El turismo quiere disponer de aquel nivel de confort al que está acostumbrado, los visitantes de países del norte de Europa irán pidiendo más vehículo eléctrico en los destinos, con sus puntos de recarga, como antes exigía wifi en el hotel", señala Luis Sánchez, operador turístico en Baleares, durante una de las mesas redondas organizadas por la corporación tecnológica Tecnalia. Todo esto supone un problema y un desafío, porque Baleares plantea a la vez el cierre de las plantas de carbón en la isla, mientras crecerá la demanda de electricidad debido al transporte. Aquí reside la importancia de la reunión con el Gobierno central, que se ha comprometido -sin hablar de fechas concretas, sino de hitos- a reforzar la interconexión energética de Baleares y Península, y la transición a las energías renovables. Esto significa que Baleares puede ser un referente y una guía para otros en la electrificación del transporte, habida cuenta de que también se debe crear la infraestructura.
Para los usuarios, el coche eléctrico en Baleares tiene ventajas, como recibir energía gratis en los puntos de recarga públicos, en el intento de la Administración de impulsar el cambio al vehículo eléctrico. "Está muy bien, pero habría que cambiar este esquema de que todo es gratis, porque, si no, se puede echar para atrás a la inversión privada", opina Pedro Rodriguez, cuya empresa, Efimob, ofrece soluciones a la carta para movilidad eléctrica. "Tiene que haber para casos puntuales postes de recarga públicos, pero el 90 por ciento de las recargas se hacen en la base (en casa o la empresa), que en el caso del turismo serán hoteles".
Eléctrico y compartido
En muchas ocasiones la electricidad se regala, porque resulta difícil cobrarla. Para poderlo hacer, hay que estar constituido como un "gestor de carga", un trámite complejo que obliga a cambiar los estatutos de las empresas. Los ayuntamientos, por su parte, ni siquiera estarían autorizados a ser gestor de carga. Sí existe la posibilidad de que un aparcamiento público atribuya una tarifa mayor al estacionar en una plaza dotada de punto de carga, pero no directamente por la electricidad consumida. "La figura del gestor de carga tenderá a desaparecer, pronto se va a cambiar y, con una simple comunicación, ya bastaría", añaden desde Efimob.
"Un hotel no te va a cobrar ese euro por cada 100 km que puede costar la recarga del eléctrico, lo asumen como un servicio más, como el jabón de la habitación", apunta el operador turístico Sánchez. "El papel de las administraciones es muy importante, porque hace falta una masa crítica de puntos de recarga, tienen que saber lanzarlos, pero también cuándo frenar y dejar paso a la inversión privada, porque, si se regala la energía, nunca tendrían el retorno de su inversión".
Para los organizadores de este foro, el eléctrico está a punto de su eclosión, "llevábamos años predicando en el el desierto". No dan fechas, pero Alberto Peña, director de Innovación en Tecnalia, añade que "son los clientes los que forzarán el cambio de los motores de combustión". Clientes que no serán necesariamente compradores de coche particular: "Hay que dar acceso a los modos compartidos, porque los nuevos hábitos de consumo y el comercio electrónico harán que suban las emisiones", vaticina Juan Azcárate, Subdirector General de Energía del Ayuntamiento de Madrid.
Hacen una política proactiva hacia el vehículo eléctrico, pero “sin una política para fomentar la movilidad compartida, ahora Madrid dispone de tres operadores de moto compartida y tres de coche compartido (Car2go, emov y Zity) -por supuesto, eléctricos- y esperamos un cuarto en verano (en referencia a Wible)”, reconoce Azcárate. "La situación ha propiciado que surja el modelo privado y nos está poniendo en la vanguardia".
“Las ciudades no tienen toda la fuerza regulatoria que se imagina en este caso”, señala Jaime Briales, jefe de servicio de Innovación, Energía y Nuevas Tecnologías del Ayuntamiento de Málaga. En Málaga, desde 2010 hasta 2017, se llevó a cabo la iniciativa ZeM2all con vehículos eléctricos de recarga rápida o el proyecto Victoria para la recarga inductiva, “que parece que tiene sentido en el futuro, en rutas fijas como las que siguen los autobuses urbanos”.
Málaga se aprovecha de un clima propicio, con un mix muy favorable en la producción de electricidad. Incluso han incorporado el coche eléctrico al Plan General de Ordenación Urbana: “Esto te da fuerza regulatoria, lo hemos incorporado como anexo y va a favorecer el descarbonizado de la ciudad”.
También te puede interesar:
2018, el año del coche eléctrico: toda la oferta de compra, sus ventajas y cómo funcionan
En menos de 10 años, los coches eléctricos podrían ser más baratos que los gasolina