Ya hemos tenido ocasiónde rodar con la nueva generación Mercedes Sprinter y para esta primera toma de contacto hemos elegido un furgón de casi seis metros de longitud, con techo sobre-elevado y un volumen de carga de 10,5 metros cúbicos, que estrena la nueva tracción a las ruedas delanteras y de cuyo movimiento se encarga un propulsor de 2,1 litros con una potencia de 143 CV.
Se trata de la potencia intermedia de las tres disponibles con esta bancada, con dos opciones de 114 y 163 CV, siempre con sistema SCR con adicción de aditivo AdBlue para cumplir la norma anticontaminante Euro 6.
Pero no ha sido el motor el que nos ha hecho decidirnos por este modelo, si no la nueva caja de cambios automática de nueve marchas que incluye su cadena cinemática.
Este equipo manifiesta la escalada en el número de velocidades que se ha emprendido en el segmento de las furgonetas y que al final las situará con el mismo número de relaciones que emplean los camiones pesados, lo que se traducirá en un comportamiento dinámico muy similar.
Mercedes Sprinter 314 CDI BlueEfficiency: sensaciones de conducción
La verdad es que nos ha sorprendido muy positivamente el rendimiento que ofrece la Mercedes Sprinter 314 CDI BlueEfficiency con este cambio de 9 relaciones, que siempre cuenta con una marcha acorde al esfuerzo que le solicitamos al motor en cada momento y a la velocidad que circulamos.
En la práctica este cambio tiene un funcionamiento muy suave y rápido en los saltos entre marchas y permite gestionar el rendimiento del motor sea cual sea el nivel de exigencia que le solicitemos, pues siempre dispone de un desarrollo para responder con soltura.
En conducción normal los cambios se producen entre las 1.500 y las 2.000 vueltas, con saltos casi constantes en función del ritmo que nos marque el tráfico, pero una vez estabilizada la velocidad a 100 km/h la consecuencia más directa es que el régimen del motor baja en 250 revoluciones respecto al equipo de siete marchas que montan otras versiones, situándose en 1.700 vueltas.
No hay problema si enfrentamos una subida, porque sin apenas darnos cuenta el sistema bajará una marcha o dos de forma inmediata, manteniendo la inercia en el empuje y pasar a engranar nuevos desarrollos ascendentes cuando la pendiente se suavice.
El comportamiento de la nueva tracción delantera es igualmente muy equilibrado en la respuesta, aunque pensamos que tan solo en condiciones de adherencia exigentes o en conducción por carreteras con trazados revirados podremos apreciar las diferencias con respecto a la propulsión.
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