Los defectos graves en autobuses de pasajeros detectados por las ITV han experimentado un significativo incremento en el periodo comprendido entre los años 2011 y 2015, según explica Top Truck, la red de talleres multimarca para vehículo industrial. En estos cinco años, los defectos leves han crecido un 12,38 por ciento. Por su parte, los defectos graves, constitutivos de rechazo en la ITV, han aumento un 25,39 por ciento. En general, los rechazos de estos vehículos tienen que ver con cuestiones de seguridad vial o de impacto medioambiental.
Al igual que ocurre con la antigüedad del parque de turismos, “el envejecimiento del parque de autobuses, unido al deterioro del estado de las carreteras, aconsejan ser más insistentes que nunca en la necesidad de que los conductores y propietarios de autobuses para pasajeros sean responsables y rigurosos con su mantenimiento periódico”, ha comentado José Moreno, directos de Top Truck. Durante 2015 se produjeron en nuestro país un total de 2.085 accidentes de autobús con víctimas de diversa consideración, dos de ellas mortales. En 2016 aumentó el número de fallecidos en 16 personas.
Autobuses más viejos
Los factores que explican este nivel de siniestralidad son la antigüedad del parque de autobuses y el mal estado de las carreteras. El parque de autobuses ha pasado de tener una edad media de 8,7 años en 2010 a 10,4 en 2015. De hecho, a pesar del mayor dinamismo en la renovación del parque que se viene dando desde 2012, ahora mismo hay menos autobuses circulando por nuestras carreteras que hace 10 años. A todo ello hay que añadir el deterioro de la red viaria y el significativo incremento de los defectos detectados en las ITV durante los últimos cinco años.
En 2015, último año con datos cerrados, el parque de autobuses, compuesto por 60.252 unidades, presentó 86.364 defectos leves y 53.579 defectos graves. Cinco años antes, se habían identificado 69.102 defectos leves y 42.727 defectos graves, lo que representa un incremento, entre 2011 y 2015, del 12,38 por ciento y el 25,38 por ciento, respectivamente. Además, en esos cinco años, el porcentaje de autobuses rechazados en primera inspección ha pasado del 23 por ciento al 25 por ciento. Los rechazos en siguientes inspecciones también han aumentado, del 8,42 por ciento en 2011 al 11,42 por ciento en 2015.
Circular con un autobús en mal estado puede ser sancionado. Si en un control en carretera los agentes de tráfico consideran que las deficiencias de mantenimiento que presenta un autobús son importantes, pueden calificarlas de infracción grave, y esto lleva aparejada una multa de 200 euros, o muy grave, que se sanciona con 500 euros, además de poder decidir inmovilizar el vehículo.
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