Puede que no sean los protagonistas, puede que muchos de ellos pasen desapercibidos, puede que se vean reducidos a mero atrezo. Sí, quizá en las series de televisión los coches tienen un papel secundario, pero cualquier aficionado a los coches que se precie no dejará de fijarse en los automóviles que conducen los personajes.
Lo habitual en este tipo de reportajes es hacer un recorrido por las series más míticas. Por supuesto, lo hemos hecho, pero además de analizar los clásicos también hemos querido hacer un repaso por las series actuales. ¿Alguno de vosotros tiene claro cuál es el coche que conduce Tony Soprano? ¿Os habéis fijado en el Pontiac Aztek de Walter White, el protagonista de Breaking Bad? ¿Y qué hay del Volkswagen Golf Cabrio de primera generación de Penny, la protagonista de The Big Bang Theory o de la ‘Dharmaneta’ de Perdidos? Preparad las palomitas y acomodaos en el sofá, hoy toca tarde de series.
Mujeres, drogas, extorsión, clubes de striptease, asesinatos, la familia, spaghetti a la boloñesa, buen café italiano… una ensalada tan heterogénea como tradicional es la que se retrata en Los Soprano, la serie que cuenta las desventuras y vicisitudes de Tony Soprano. El italoamericano interpretado por James Gandolfini no solo es el jefe de la ‘Cosa Nostra’ en Nueva Jersey, además es padre, cabeza de familia y acude al psicólogo desde que unos patos comenzaron a atormentarle en sus sueños.
No pueden faltar en este entorno los coches, que en el caso de Los Soprano, abundan los mastodónticos todo terreno que no son sino una metáfora del mafioso medio. Poder materializado en un automóvil: cuanto más grande y más gasolina consuma, mejor. Además, es importante es no llamar mucho la atención: así que nada de conducir superdeportivos de precios astronómicos. Tony Soprano conduce un Cadillac Escalade ESV de 2003 aunque, cuando se enamora de uno de sus innumerables affairs, lo cambia por un Mercedes-Benz S 550. La culpable es una guapa italiana que trabaja en un concesionario de la marca alemana. Carmela Soprano, su sufrida mujer, prefiere los clásicos de dimensiones más reducidas: un Cadillac Series 62 de 1953. Aunque Tony, avanzadas las temporadas la acaba regalando un flamante Porsche Cayenne S.
Diametralmente opuestos a la familia Soprano son los Fisher, dueños de una funeraria en Los Ángeles. Aunque la muerte forma parte de sus vidas, lo hace de una manera muy distinta. Los automóviles que conducen los protagonistas tienen mucho que ver con su personalidad. Y, por supuesto, el más característico es el coche de Claire, la pequeña de los Fisher: un Cadillac Funeral Coach de 1971 pintado de verde chillón. El automóvil ideal para una adolescente aspirante a artista que se siente al margen de la superficial sociedad que le rodea. Claire odia los todo terrenos y lo que representan –se lía a golpes contra uno en un capítulo- y acaba por comprarse un Toyota Prius de segunda generación. Un coche diferente y, por supuesto, respetuoso con el medio ambiente.
Por su parte, otro de los coches habituales en A dos Metros Bajo Tierra es el de Nate Fisher. El hijo desaparecido que se pone al frente del negocio familiar tras la muerte de su padre conduce un anodino Ford Thunderbird, mientras que su extravagante y hedonista novia, Brenda Chenowith, tiene un Volkswagen Golf rojo de cuarta generación. Coches poco de moda en EE.UU. para una familia nada tradicional.
Volvemos a la costa este y lo hacemos con la mítica facción de investigación criminal en su variante Miami. Y lo hacemos porque el Hummer H2 que conduce el arrogante Horatio ya forma parte de nuestras vidas. Ver al jefe de la división bajarse de este todo terreno, echar un vistazo a la escena del crimen y dar con la clave en tres segundos mientras se quita las gafas es, posiblemente, la escena estrella. Da igual que no sigas la serie, sabes quien es Horatio y sabes que tiene un H2. Su compañera no tiene un coche tan llamativo, se contenta con Range Rover de 2006, mientras que su equipo hace gala de Cadillac Escalade. Que quede claro quien manda.
Walter White representa lo menos glamuroso del sueño americano. De clase media baja, tiene dos trabajos para poder mantener a su familia: profesor de Química por las mañanas y lavacoches por las tardes. Su aura de perdedor le acompaña desde que se levanta hasta que se acuesta. Una sensación que se traslada a su coche: un Pontiac Aztek de 2004, posiblemente uno de los coches más feos del mundo. La vida de White, ante todo un buen hombre, cambia cuando le diagnostican un cáncer terminal. Obsesionado con que a su familia no le falte de nada tras su muerte, entra en el mundo del narcotráfico. Como experto en química, es capaz de sintetizar la mejor droga del mercado. Eso sí, su Aztek no deja de acompañarle.Universos paralelos, mutaciones genéticas, cambia formas, teletransportación, empresas millonarias que monopolizan el avance tecnológico… el universo de la división Fringe es muy complejo, pero en esencia, no deja de ser una facción del FBI. Y ¿cuáles son los coches habituales de los federales? No obstante, a diferencia de CSI y demás ejemplos de su género, en la serie producida por J.J Abrams (Lost, Person of Interest) los agentes cambian de vehículos como de chaqueta, no hay duda que ha publicidad de por medio. La protagonista de Fringe, Olivia Dunham, estrena un coche nuevo cada temporada: la hemos visto con un Ford Escape de 2008, un Nissan Armada de 2010, un Ford E-Series de 2009 y un Lincoln Navigation de 2007. Todos modelos SUV, por supuesto. No obstante, también hay lugar para el romanticismo: la mente creativa, y algo lisérgica, de la división, el doctor Walter Bishop, está orgulloso del coche que le ha acompañado toda su vida, un Oldsmobile Vista Cruiser de 1970. Así mismo, ese aura 'freak' que rodea la serie nos ha sorprendido con algunas curiosidades, como el clásico Mercedes-Benz 280 con el que uno de los tantos ‘adversarios’ hipnotizaba a sus víctimas.Seguimos con J.J Abrams y la serie que le hizo famoso: Perdidos. Aunque los automóviles no han estado muy presentes, eso de estar perdido a la mano de Dios en una isla del Pacífico es lo que tiene, sí que encontramos algún que otro compañero sobre ruedas. ¿El primero que nos viene a la mente? La ‘Dharmaneta’, por supuesto. Se trata de un Volkswagen Station Wagon de 1971, en color azul claro y blanco, que sustituye el logo de la marca alemana en su frontal por el emblema de la Iniciativa Darma y protagoniza bastantes escenas en La Isla. Tampoco nos olvidamos del Hummer H2 amarillo que se compra Hurley tras ganar la lotería con los misteriosos números -4, 8, 15, 16, 23, 42- que se repiten hasta en el código de barras de los cereales a lo largo de sus seis temporadas. ¿Más coches? El Volkswagen Beetle clásico de John Locke o el Volvo S60 de Kate Austen.Un poco de producto nacional no puede faltar en esta lista. Y, sin duda, la serie más reseñable en lo que a automóviles se refiere es la incombustible saga de la familia Alcántara. Al igual que Cuéntame repasa la historia de nuestro país a través de los ojos de los Alcántara, los coche que desfilan en ella hacen lo propio.
El primer coche de Antonio y Merche fue el más popular de los automóvilevehículo que fue sustituido más tarde por el Seat 800 o el Citroën GS Brake. Son dignos de mención los clásicos taxis madrileños, como el Seat 1500, o los coches con los que sueña Antonio: el Alfa Romeo Spyder en el que seduce a Merche o el Seat 124 Sport de Don Pablo. Pero quizá el más mítico de la serie sea el destartalado camión Mercedes-Benz del descampado.
- Porsche 911 Carrera Cabrio (1990): el coche de David Duchovny en Californication, la montura ideal para un ligón de altos vuelos.Pontiac Fiero: el adorado coche de Marshall Eriksen, Cómo Conocí A Vuestra Madre, es el protagonista en uno de los capítulos de la serie.
Volkswagen Golf Cabrio (I): el primero de los Volkswagen en su variante descapotable es el coche de Penny en The Big Bang Theory. Lo hemos conocido en varias ocasiones: siempre que Sheldon Cooper ha necesitado a su paciente vecina de taxista. El coche es conocido por ese piloto rojo que nunca se apaga y que le pone de los nervios a Sheldon.
Rolls Royce 40-50 Silver Ghost: terminamos con una joya clásica. En Boardwalk Empire, la serie ambientada en la época de la Ley Seca en EE.UU, su protagonista, Nucky Thompson (Steve Buscemi) conduce esta maravilla. Todo un dechado de lujo para el corrupto alcalde de Atlantic City.
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Ford Mustang 1968: la guapa protagonista de la recién estrenada Alcatraz, otra de J.J Abrams, conduce nada menos que un Ford Mustang clásico. Muy buen gusto tiene Rebecca Madsen.
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El Coche Fantástico y otros clásicos