Noruega, ¿por qué aquí sí triunfan los eléctricos?

Ningún país del mundo puede presumir de tener circulando un coche eléctrico por cada 160 habitantes. Bueno, sí, sólo uno, Noruega. Te explicamos por qué.

Juan Carlos Payo. Twitter: @PayoAutopista

Noruega, ¿por qué aquí sí triunfan los eléctricos?
Noruega, ¿por qué aquí sí triunfan los eléctricos?

Los gases de efecto invernadero generados por el transporte se sitúan en el 10 por ciento del total emitido en los países nórdicos. El deseo de reducir esta cantidad ha obligado a sus dirigentes a potenciar el uso del coche eléctrico como solución a las emisiones, sobre todo, de dióxido de carbono en Noruega.

El resultado no se ha hecho esperar y son ya 32.000 los coches eléctricos que circulan por las carreteras noruegas para una población que supera, por poco los cinco millones de habitantes.  Extrapólalo a la población de España y tendríamos ya un parque rodante eléctrico de casi 300.000 unidades. Pero esta “fiebre” por el coche eléctrico del pueblo noruego tiene buena parte de su razón de ser en los incentivos públicos a la hora de usar esta tipología de vehículo.

Derecho a poder utilizar el carril bus, aparcamiento gratuito en párkings públicos y recargas de electricidad sin coste, peajes gratis para el acceso a ciudades importantes y, sobre todo, exención impositiva del 25 por ciento en la compra frente a los coches alimentados por combustibles fósiles, son los principales reclamos para que el comprador noruego apueste por el eléctrico.

Sabías que... los coches eléctricos en Noruega vienen con el prefijo 'EL' en su matrícula para tener un mejor control de los privilegios a los que tienen derecho

Los subsidios, cuestionados

Pero no todo es tan sencillo y, por ejemplo, ya son numerosas las voces que se alzan contra medidas como la democratización del carril bus porque al final, ante la proliferación de coches eléctricos, también terminan colapsados, lo que se traduce en retrasos para el transporte público y tiempo perdido por miles de pasajeros de estos modos de transporte. Y es que los coches eléctricos ya suman hasta el 85 por ciento del tráfico en las principales arterias de transporte cerca de Oslo, la capital, en horas punta según la Dirección Nacional de Carreteras de Noruega. Esto está obligando a restringir el tráfico de eléctricos por carril bus para evitar efectos colaterales hacia los usuarios del autobús. Incluso los gobernantes de este país se plantean ya si mantener unos incentivos que ellos pretendían que se dilatasen en el tiempo hasta 2017 o cortarlos en cuanto se llegue a las 50.000 unidades de eléctricos en circulación, algo que de seguir este ritmo podría llegar a principios de 2015. Y es que este ritmo supone una política de exenciones fiscales o pérdidas de ingresos para el estado- de 500 millones de euros con las que no contaban los responsables de la economía noruega. Incluso, el primer ministro noruego, Erna Solberg, ha manifestado que “podría ser que hagamos ajustes a la baja en el futuro y, lo que está claro, es que no siempre habrá beneficios fiscales para todo aquel que conduzca un eléctrico”.

En el acumulado del año, el número de coches eléctricos vendidos en Noruega alcanza el 13 por ciento del total, cuando en nuestro país el mercado es testimonial –según datos de ANFAC, el 1,3 por ciento del total de matriculaciones agrupan híbridos y eléctricos-. Tesla, por ejemplo, atesora el honor de haber logrado ser el modelo más vendido en Noruega en marzo, y eso que su Model S no es precisamente barato -60.000 euros al cambio en Noruega, aunque un modelo de similares prestaciones con motor de combustión costaría casi el doble-.  Tomando datos de este mes de marzo, en ese mes las matriculaciones de eléctricos representaron un 20 por ciento del total del mercado noruego. En ese mes, el Tesla S matriculó 1.493 unidades, por delante del Golf (624 unidades) y del Nissan Leaf (425 unidades; 4.604 operaciones en 2013).

Un 48 por ciento de los compradores de coche eléctrico en Noruega dicen que han comprado este tipo de coches para ahorrar dinero, mientras que el 27 por ciento afirman haberlo hecho por preocupación ambiental, y el 12 por ciento para ahorrar tiempo en sus desplazamientos.