Al tratarse del primer rallye de tierra de la temporada, la jornada se iniciaba con la celebración del denominado “Tramo de Calificación”, donde el piloto más rápido de los denominados “prioritarios” tiene el privilegio de elegir la posición de salida, tras él elige el segundo y así sucesivamente. El orden de salida en una carrera de tierra y en una de nieve, como Suecia, resulta de capital importancia porque si los tramos tienen tierra o nieve suelta en superficie y se prevé que se vayan limpiando con el paso de los participantes, elegir un puesto retrasado en el orden es una clara ventaja a la hora de luchar contra el cronómetro.
Si, por el contrario, se prevé un progresivo deterioro de las especiales, bien porque esté lloviendo y el barrizal sea cada vez más grande, o bien porque en el caso de rallyes sobre nieve, haya poco hielo o se esté derritiendo, pueden salir “raíles” de tierra, la amenaza número uno para los tacos de las ruedas que se emplean aquí. En el caso de los rallyes de tierra, muchas veces los pilotos prefieren “barrer” la pista, ante la amenaza de que se quede polvo en suspensión con el paso de los primeros y termine dificultando la visión a los siguientes, algo que puede suponer un hándicap aún mayor.
En suma, que el “Tramo de Calificación”, introducido el año pasado, se ha convertido ya por derecho propio en un foco de atención muy grande en la víspera de la carrera.
En esta ocasión, por si a alguien le había quedado alguna duda de la competitividad del Volkswagen Polo WRC tras su debut en Montecarlo, Sébastien Ogier y Jari-Matti Latvala se encargaron de despejarlas del todo en la mañana de hoy jueves. Ogier, concentrado en su doble objetivo de ganar el título en el año del debut de su nuevo coche y de tratar de batir a su archi rival Sébastien Loeb en las tres oportunidades que le quedan este año, salió a por todas en la pequeña especial utilizada, Rada (3,99 km). Bordó el tramo y paró el crono en 1:51.3, registro al que solo pudo acercarse el noruego Mads Ostberg con su Ford Fiesta WRC, nueve décimas más lento. Ostberg figura en todas las quinielas para disputar la victoria en este rallye, pues a su condición de piloto local (el itinerario del rallye se adentra en territorio noruego el domingo para disputar dos tramos), hay que sumarle el nada despreciable dato de que pilota el coche que se ha impuesto aquí en las últimas dos ediciones, preparado por M-Sport, que ha ganado las últimas seis en Suecia. Verse segundo dejó satisfecho a Ostberg, aunque no tanto el hecho de que quien le batiera fuera un francés, lamentándose de que había pecado de prudente: “en las dos pasadas de prueba me dio la impresión de que el tramo patinaba más de lo que luego ví en la disputa de la calificación. Me he quedado corto en algunos sitios, por los que podía haber pasado más deprisa, pero estoy satisfecho. Podré elegir una buena posición de salida”.
El trio de cabeza lo cerraba Mikko Hirvonen, segundo en Suecia el año pasado y también claro favorito a pelear por lo máximo. Hirvonen se declaró algo sorprendido por el crono de Ogier, que le aventajó en 1,6 km, cerca de medio segundo por kilómetro más rápido…
Pero para sorpresa, y de las buenas, la del sueco Pontus Tidemand. Suecia vive desde hace unas cuantas temporadas una verdadera sequía de talentos, para amargura de los muchos aficionados de este país, que además hace mucho tiempo que viven condenados a aguantar a sus vecinos finlandeses, cuya cantera parece no tener fondo. Así que ver a su joven compatriota (22 años), habitual de la WRC Academy hasta el año pasado, batirse el cobre sin complejos con los mejores volantistas del planeta fue todo un premio para ellos.
El sexto registro de Latvala aparentemente fue discreto, aunque a este respecto había que saber que al finlandés se le caló su Polo WRC en la línea de salida, perdiendo unos segundos preciosos. El equipo chequeó la adquisición de datos del coche de vuelta a la asistencia y comprobó que su crono hubiera sido muy similar al de Ogier, algo que el propio piloto confirmó amablemente a Autopista.
Por su parte, Dani Sordo no tuvo una mañana precisamente “limpia”. Con anterioridad a la disputa de la calificación, al tramo se le podían dar dos pasadas de prueba. En la primera, un problema con la bomba de freno le hizo quedarse sin pedal en una recta en sexta. Pasado el susto, en la asistencia tuvieron que chequear el conjunto de los frenos y Dani se perdió la valiosa segunda pasada, ya que si pilotos como Ostberg o Novikov se habían quejado de que no evaluaron bien el agarre del tramo con dos pasadas, qué decir de Sordo, que solo le había dado una…
Así, el español prefirió jugar la carta de la seguridad, marcando el décimo mejor crono, a solo 1,3 segundos de Sébastien Loeb, que tampoco se lució, clasificándose octavo.
Estas eran las impresiones de Sordo sobre la accidentada mañana y sobre lo que venía por delante.
La jornada se cerraba con la disputa del primer tramo de la carrera, la habital superespecial trazada en las pistas del hipódromo de Karlstad, más anecdótica que otra cosa y uno de cuyos principales alicientes residía en ver si Ogier podía con la pareja que le tocaba en “suerte”: Sébastien Loeb.
El mejor crono era para Sébastien Loeb, que batía al ruso Novikov y a Latvala, empatados, por medio segundo. Sébastien Ogier tocaba con un talud y finalizaba noveno. Por su parte, Mads Ostberg se lo tomaba con calma y firmaba el cuarto mejor tiempo, por delante de Hirvonen, Neuville y Dani Sordo. El español, séptimo, se fijaba como objetivo más realista un puesto entre los cinco primeros al final del rallye.
Mañana a partir de las 7 de la mañana el rallye “de verdad” emprende su marcha para disputar siete tramos cronometrados.