En la DGT nunca llegaron a negarlo y, como esperábamos, ya tenemos en nuestra página web la noticia: los drones de la DGT ya están preparados para multar. De momento, son 3 de los 11 drones que el organismo tiene en su poder para vigilar el tráfico, con aparatos que pueden monitorizar la velocidad de los vehículos a 500 metros de distancia y 120 metros de altura.
Así, los drones entran en el saco de los llamados “radares móviles" como método para controlar que los conductores no se salten los límites permitidos de velocidad. Es decir, ahora cuando circulemos tendremos que prestar atención a los cinemómetros fijos, los veloláser o los drones.
Y especialmente atentos tendrán que estar quienes circulen por las carreteras que tienes más abajo. Utilizando los datos aportados por la DGT, la web epdata.es ha analizado esta información y nos trae cuáles son las carreteras con mayor número de radares de nuestro país.
Gracias a este gráfico observamos que las carreteras con mayor número de radares son vías secundarias, especialmente peligrosas en caso de accidente. De ellas, dos superan los 30 radares, la N-232 y la N-332. De las 30 carreteras más vigiladas, 21 de ellas son nacionales y, entre las que tienen mayor tráfico, la A-7 es la más controlada.
Radares fijos y móviles
Sin embargo, en epdata.es también han discriminado los datos entre radares fijos y móviles.
En el caso de los radares móviles, las carreteras españolas más vigiladas siguen siendo vías nacionales. De hecho, entre ellas no hay ninguna gran autovía de gran volumen de tráfico. De radares móviles, la calzada más vigilada es la N-232, una vez más, con 25 cinemómetros móviles detectados.
Pero al contrario de lo que ya hemos visto, las carreteras más vigiladas con radares fijos sí se corresponde con las grandes autovías. Así, entre las 10 vías más controladas, sólo 2 son nacionales. Es cierto que estas carreteras, como la A-6 (la que presenta más radares de velocidad), son más largas y, por tanto, la probabilidad de que cuenten con más cinemómetros es más alta, pero tampoco sigue la línea reiterada de la DGT de un mayor control de las vías secundarias.