Seat Mii 1.0 75 CV 3P

La jungla urbana se agita con la llegada del nuevo Seat Mii. Amplio, ágil y muy estable, el urbano español estrena un pequeño motor de 1 litro, 3 cilindros y, aquí, 75 CV de potencia. ¿Suficiente para comerse a sus rivales?

Seat Mii 1.0 75 CV 3P
Seat Mii 1.0 75 CV 3P

El proyecto nace, desde luego, con hambre. Mucha hambre. En el grupo VW olvidaron el segmento más pequeño de mercado durante 6 años, y ha terminado por descubrirse como una gran porción en crecimiento. Tarde, pero debían por tanto entrar ahora con fuerza. Así que bajo un mismo proyecto (como el programa que en 2005 vio nacer a los clónicos Citroën C1, Peugeot 107 y Toyota Aygo) ha desarrollado los nuevos trillizos VW Up!, Skoda Ciitgo y, sobre todo, el Seat Mii, el primero de ellos que pisó las calles.

Atrás quedan hoy el Seat Arosa (y el correspondiente VW Lupo), y en el grupo han buscado esta vez la optimización de recursos. Nada, por tanto, de sofisticadas versiones (como aquel pionero 3L), aunque para 2013 ya se anuncien variantes eléctricas. De momento, realismo y practicidad. De hecho, el Seat Mii no es hoy un urbano de motor trasero como anticipó en un primer momento el prototipo mostrado por VW. Desechado: primero, por costes; y, segundo, por utilidad. Limitaba mucho el espacio. Así que, aun sin ser extraordinario, el pequeño Seat nace esta vez como un urbano de lo más completo. Y razonado.

Simpático de diseño, al verlo ya nos da una idea de su espacio. Concebido como un cuadrado casi perfecto, no hay voladizos… motivo por el que con sus mínimos 3,56 metros de longitud (como un pequeño Fiat 500) cuenta con una gran batalla de 2,42 metros, más próxima a grandes utilitarios (el Ibiza, por ejemplo, cuenta con 2,47 m) que a sus rivales ciudadanos a los que mejora en hasta 12 centímetros. Imagina así ya su gran habitabilidad, anunciada antes por unas puertas delanteras enormes. Tanto que, eso sí, dificultan su apertura en aparcamientos ajustados. Necesitan mucho ángulo.

Con 4 a bordo
Una vez dentro, prima la comodidad. Del Seat Mii nos gustan sus amplios asientos, la buena agrupación de mandos, mucho hueco para objetos y excelentes ajustes. Incluso su estética, aunque sobria como todo modelo del grupo. Ni siquiera sus plásticos rígidos, la ausencia de asideros o de regulación de volante en profundidad (y de banqueta de acompañante en altura), nos generan incordio en la actividad diaria: en un segmento de precio tan ajustado hay que medir mucho el derroche. Sí, en cambio, el acceso atrás, pues la banqueta delantera no tiene memoria para recuperar posición y hay que adaptarse una y otra vez. Problema que a partir de verano quedará corregido con la variante de 5 puertas.

Y es que, realmente, las 4 plazas del Seat Mii son plenamente utilizables, y eso que, a diferencia también del primer prototipo, los asientos traseros no se pliegan o extraen, y tampoco hay modularidad como banqueta corredera, sí disponible en un Renault Twingo. Claro que tampoco se echa en falta. Hay mucho espacio: tiene la altura interior (93 cm), no ya de un superior utilitario, sino incluso de un compacto como Seat León; y el espacio para piernas trasero (68 cm) de un largo Ford Fiesta. Globalmente, el mejor de la categoría, también por un correcto maletero (225 litros) con piso variable en dos alturas y posibilidad de montar rueda de repuesto sin pérdida de espacio… previo pago, eso sí, de 50 euros.

Con un correcto equipamiento de serie en su acabado superior Style (6 airbags, aire acondiconado, ESP, anclajes Isofix y radio CD MP3), el Seat Mii añade en opción (225 euros), y como primicia en el segmento, un recomendable asistente de frenada automática hasta 30 km/h, muy útil para evitar colisiones por alcance en ciudad.

Urbano de lujo
Esa misma sensación, la de ir en un coche más grande, se reproduce también en todos sus movimientos. Si nos pusieran al volante del Seat Mii cerrándonos los ojos, no nos lo creeríamos. Empezando por su motor de sólo 1 litro de cilindrada y nuevo desarrollo. Extremadamente compacto, de reducidas fricciones y muy adelantado en beneficio del espacio (el sistema de refrigeración se instala a su lado y no delante), suena y vibra muy poco para sus nunca armónicos 3 cilindros. En su segmento no hay nada igual, y sólo el nuevo 1.2 DIG del más grande Nissan Micra cuestionaría su suavidad.

Muy fino y hasta con un deportivo sonido a alto régimen (corta a 6.300 rpm), este Seat Mii no es eso sí el más rápido, ni siquiera en esta versión superior de 75 CV con diferente gestión electrónica que la pequeña variante de 60 CV. Para enérgicos, el 1.0 del Suzuki Alto o el increíble bicilíndrico 0.9 TwinAir del Fiat 500… pero también para toscos. El del Seat Mii, en cambio, gana en agrado, con lo mejor de sí desde 3.000 rpm, pero sin pérdida dramática de empuje por debajo para callejear. Soluciona muy bien el día a día y gasta poco, aunque no sea el más eficiente frente a más ligeros Toyota Aygo o Nissan Pixo, por ahora… porque ya llegan pronto versiones Ecomotive con Stop/Start y frenada regenerativa.

Será así el salto tecnológico para un, ya, mal llamado ciudadano. Y es que acotar hoy el radio de acción del Seat Mii a la urbe es limitar demasiado sus opciones de uso. Cierto que es ahí donde se hace fuerte: gira en un pañuelo, ofrece gran visibilidad, es muy directo de reacciones y, sobre todo, se aparca en casi cualquier rincón. Sólo recomendamos elegirlo de base, ya que con suspensión deportiva opcional (implica carrocería rebajada 15 milímetros) se vuelve demasiado seco al badén, y en las calles hoy hay unos cuantos. Más aún teniendo en cuenta que, como todo urbano, sus reducidas dimensiones y corto conjunto muelle-amortiguador ya generan cierto efecto rebote ante el bache de alta frecuencia. Así que, aunque sea notablemente más cómodo que, por ejemplo, un Ford Ka, no conviene tampoco endurecer más la respuesta. Porque, además, no lo necesita.

Por anchura y batalla, el Seat Mii tiene aplomo y pisada casi de Ibiza, olvidándose en vías rápidas y a alta velocidad del comportamiento pendular de muchos de sus rivales, el Citroën C1 sin ir más lejos. Además, con los cortos desarrollos de su cambio manual de 5 velocidades, los adelantamientos son seguros, mientras que, entre curvas, la dirección responde con muy buen guiado y precisión; tan bien como lo hace en frenadas, maniobra crítica habitualmente en modelos tan pequeños y ligeros, y donde el Seat Mii consigue el sobresaliente por contundencia y estabilidad en el apoyo. Sin olvidar tampoco que cuando se alcanza el límite de adherencia emerge el control de estabilidad como salvavidas, elemento siempre de serie. Lo que ni siquiera ofrece un nuevo Renault Twingo.

Más valor añadido para un pequeño gigante que, frente a sus muchos rivales ciudadanos, antepone calidad, espacio y comportamiento, a costa, claro, también de un ligero mayor precio, aun así competitivo. No hay duda: el Seat Mii llega con muy buen pie. El mismo de sus clónicos VW Up! o el futuro Skoda Citigo, que muy pronto veremos también por las calles.

Los dos primeros urbanos del grupo VW en llegar, Seat Mii y VW Up!, son casi gotas de agua, pero con pequeños rasgos que los diferencian. Ligeramente más trabajado en diseño, el Up! impone portón completo de vidrio y perfil lateral con superficie acristalada en forma de cuña para romper la simetría que sí muestra el Mii. También son distintas las ópticas, parrillas, llantas… y el precio. ¿Cuál compensa si en marcha son iguales? Pues dependerá de la necesidad del cliente. Porque es verdad que el Mii cuesta entre 670 y 860 € menos por versión, pero también lo es que el Up! añade más dotación de serie. De base, el VW (acabado Move Up!) añade frente al Seat (acabado Reference) acceso “Easy Entry", asiento de conductor regulable en altura, cierre centralizado, elevalunas eléctricos o asiento trasero abatible. Si lo sumáramos, costarían ambos coches prácticamente igual. Así que dependerá de si lo consideras prioritario. Lo mismo ocurre en acabados superiores, donde el High Up! del VW suma faros antiniebla, asientos delanteros térmicos o retrovisores eléctricos ante el Style del Seat. Busca, analiza y, ya sabes, compara.