Contacto: Rolls-Royce Wraith, lujo y exceso

Con 632 CV bajo su capó, es el Rolls de mayor rendimiento mecánico hasta la fecha, un enorme coupé de evocadora estética, muy rápido y todo lo cómodo que te imaginas. Pero no creas que es un deportivo, pese a su buen comportamiento, sino un refinadísimo automóvil para pasear con majestuosidad sumido en el lujo más absoluto.

Pablo Mallo. Twitter: @p__mallo

Contacto: Rolls-Royce Wraith, lujo y exceso
Contacto: Rolls-Royce Wraith, lujo y exceso

Hablar del Rolls más deportivo no quiere decir que estemos ante un coche de talante "racing". Lo es sobre todo por diseño, comparado con sus hermanos de gama, pero que sea un coupé no quita para que siga siendo un coche enorme, lujoso y pesado. Aunque tenga raudales de potencia, la filosofía de la marca a la hora de disfrutar de la conducción no es explorar los límites de adherencia del bastidor y "pelearte" con el volante, sino viajar de forma sosegada, sin esfuerzo.

 

Motor y comportamiento

Rolls Royce WraithBajo el largo capó hay un V12 biturbo de inyección directa de gasolina derivado del empleado en el BMW 760i. Son nada menos que 632 CV y 81,6 mkg de par entre 1.500 y 5.000 rpm, todo un despliegue de fuerza que mueve los 2.360 kgdel modelo como si nada, con suavidad total y una respuesta muy inmediata y contundente. Siempre hay empuje disponible, gestionado a través de una caja de cambios automática de 8 velocidades que envía la potencia a las ruedas traseras. No hay posibilidad de equipar levas tras el volante —no va con la filosofía de la marca—, aunque hay un modo "Low", equivalente a la habitual posición Sport, con el que se pueden endurecer las suspensiones neumáticas, la dirección y llevar el motor ligeramente más revolucionado empleando generalmente una o dos marchas menos. Para accionarlo hay que pulsar un botón que hay en el propio selector del cambio, que se encuentra en la columna de la dirección. Con el fin de evitar cambios de marcha innecesarios, la caja automática ZF está en comunicación con el sistema de navegación y, si se aproxima una zona de curvas, mantiene la velocidad insertada sin pasar a la siguiente.

 

Sus cifras de prestaciones son rotundas: alcanza 250 km/h (autolimitado electrónicamente) y acelera de 0 a 100 km/h en 4,6 segundos. Hablar del consumo, en cambio, sería una vulgaridad para sus clientes, pero a nosotros nos ha gastado entre 15 y 17 l/100 km a ritmo normal tirando a alto durante nuestro recorrido, compuesto por una parte urbana hasta llegar a la autopista, y a continuación carreteras alpinas en las que poder poner a prueba su bastidor.

El silencio dentro del habitáculo es notable. Parece como si las gruesas "alfombrillas" —ya quisiera yo unas así para mi salón—, con una mullida y suave lana en la que apetece descalzarse, absorbieran ruido y vibraciones. Los responsables de Rolls-Royce denominan "magic carpet" la sensación de ir en sus coches, aunque se debe más al buen trabajo de la suspensión neumática y al techo con 1.340 finos puntos de luz que simulan un cielo estrellado.

 

Rolls Royce WraithSu comportamiento es mejor de lo que cabría esperar dado su tamaño, pues resulta equilibrado hasta el punto de incitarte a buscarle las cosquillas con total confianza. El volante es enorme, la dirección es muy precisa y el coche balancea muy poco, con movimientos muy controlados de la carrocería gracias a la suspensión activa. Casi te olvidas de su peso, salvo en frenadas previas a una curva cerrada si antes has exprimido los 632 CV de su V12. La electrónica ayuda a transmitir toda la potencia al suelo sin sobresaltos, incluso en agua. Si haces una conducción deportiva, el coche responde, aunque no se trata de eso. Para ello hay otros automóviles mejores con los que seguramente el Wraith adquirido por su rico propietario comparta garaje. Como buen Rolls-Royce, en cambio, permite desplazarse de un sitio a otro de manera que ningún otro modelo puede igualar, y no me refiero al confort, que no dista mucho del de cualquier berlina de lujo con suspensión neumática, sino a la sensación que produce llevar la estatuilla del Espíritu del Éxtasis en el frontal y todo lo que ello representa. Es como evocar otro tiempo, otro estilo de vida donde el lujo y el exceso cobran sentido pleno.

 

Consumo y ecología

No gasta poco, lógicamente, pero mucho menos que los Rolls de antaño. Homologa 14 l/100 km de media, 21,2 l/100 km en ciudad y 9,8 l/100 km en carretera. Sus emisiones de CO2 son de 327 g/km. Las 8 marchas le ayudan a contener el consumo al llanear.

 

Vida interior

El habitáculo está configurado para cuatro plazas, sin demasiada sofisticación a la vista ni exceso de botones —su cliente busca facilidad de uso—, y con unas puertas de apertura inversa (las bisagras están en la parte trasera) que se pueden cerrar a golpe de botón. Cuero, madera, aluminio, lacados... todo tiene aspecto y tacto exquisitos, con personalidad propia, perfectamente terminado y posibilidades de personalización casi ilimitadas, incluso con laboriosos trabajos de marquetería. De hecho, la relación vendedor/cliente es muy directa y el coche prácticamente se configura a medida en lo que a colores y acabados se refiere. Si alguien quiere algo muy especial, hacen todo lo posible por conseguirlo, y si los materiales propuestos cumplen con los requisitos de calidad necesarios, se fabrica.

Rolls Royce WraithComo no podía ser de otra manera, hay mucha sensación de amplitud, sobre todo delante. Las plazas traseras son más que decentes, pero no se corresponden con los casi 5,3 metros que mide el Wraith. Maletero gigante, eso sí, enmoquetado hasta arriba y de formas muy regulares.

Al compartir tecnología con BMW (tiene mucho de Serie 7, asistentes de conducción, seguridad...), hay sistemas que recuerdan a los del fabricante bávaro, como el completo Head-Up Display en color y los menús de la pantalla central, pese a que se han personalizado estéticamente y añadido una opción para replegar el Espíritu del Éxtasis. Otros son propios, como los peculiares controles del climatizador cuatrizona, en el que cada pasajero puede elegir la temperatura para los pies y la zona superior independientemente. Mires donde mires la apariencia es impecable, arropada por elegancia y buen gusto.

Precios
Precio base aprox. 281.880 €
Precio unidad probada 351.360 €

 

Su carrocería de tipo "fastback" y la estatuilla en el frontal le aportan una presencia con la que no pueden competir otros automóviles modernos.