El Citroën C1 es un coche pensado para los desplazamientos por la ciudad. Su longitud es de solo 3,46 metros y es capaz de realizar un cambio de sentido en solo 9,6 metros de ancho, ambas buenas medidas para un coche de este tipo. Por ejemplo un Citroën C4 necesita para esa misma maniobra 1,1 metros más de espacio que el C1. La dirección del coche está asistida eléctricamente, tiene 2,6 vueltas entre topes tiene un tacto agradable durante su uso por ciudad.
Está disponible en versiones de tres o cinco puertas. También habrá la posibilidad de optar por una variante descapotable con techo de lona corredizo –de accionamiento eléctrico– que deja en el techo una abertura de 80 por 76 centímetros.
Cuando aparezca en el mercado español –donde se ha decidido posponer su inicio de venta hasta el arranque del otoño, frente a sus ”primos hermanos” Peugeot 108 y Toyota Aygo, que lo harán en verano– habrá dos motores a elegir, ambos alimentados por gasolina. El más pequeño de ellos, llamado e-VTi (3 cilindros y 998 cm3), rinde 68 CV y puede adquirirse bien con caja de cambios manual de 5 velocidades o pilotada con el mismo número de relaciones. Como tope de gama está el nuevo motor tricilíndrico de 1,2 litros y 82 CV de potencia disponible solo con cambio manual de cinco marchas.
Exteriormente el Citroën C1 cambia por completo respecto a su antecesor aunque utiliza la misma plataforma. En el frontal nuevos faros distribuidos en dos filas, para equipararse a los nuevos diseños de la marca ya vistos en C4 Picasso y C4 Cactus. Las luces diurnas son por led y continúan siendo verticales como en el modelo que aún se vende o en el DS3. La trasera está presidida por dos grandes grupos ópticos de formas cuadrangulares. El maletero tiene, según las medidas facilitadas por la marca, 196 litros frente a los 139 que declara para el que todavía se vende. La marca no explica cómo se han ganado esos 57 litros extras aunque probablemente sean fruto de la eliminación de la bandeja cubre equipajes fija del actual modelo y la incorporación de otra solidaria al portón lo que, además, facilita la maniobra de carga y descarga del portaequipajes.
Nuevos equipamientos
Entre las novedades de equipamiento que se pueden montar en este renovado Citroën C1 la marca destaca especialmente el llamado Mirror Screen. Una opción con la que, a través de la pantalla táctil de siete pulgadas situada en el centro del salpicadero, se puede usar nuestro smartphone con los mandos del coche. Hay que comprobar la compatibilidad del teléfono, descargar una aplicación y conectarlo al puerto USB del vehículo. Es un sistema similar al Mylink de Chevrolet o al Sync de Ford.
Además, también está disponible una cámara de ayuda al aparcamiento marcha atrás, que muestra en la pantalla central lo que hay tras el coche. También está disponible un sistema de acceso y arranque por botón sin llave. Asimismo la ayuda al arranque en pendiente, “Hill Assist”, que retiene el coche durante dos segundos está presente, aunque, al contrario que las anteriores, es de serie y no tiene sobrecoste.
En marcha
Nuestra toma de contacto se limitó a unos pocos kilómetros por las calles de Amsterdam, la mayoría de ellas estrechas, de un solo carril. Nos gustó la suavidad general del coche y el manejo de la dirección y el cambio manual. Respecto a la insonorización del coche, nada podemos decir: era un cinco puertas en variante descapotable y circulamos a cielo abierto.
Me gustó el interior, muy colorido y personalizable, que dispone de unas plazas delanteras cómodas si lo que vamos a realizar son pequeños desplazamientos urbanos. El cuadro de relojes está presidido por el velocímetro. Éste tiene fácil lectura aunque no tanto la información que se muestra en la pantalla central, con números pequeños y una combinación de colores (negro con fondo ámbar) que no facilita la lectura.
El maletero, de 196 litros de capacidad según la marca, es suficiente para un coche de este tamaño y en él caben dos maletas tipo “trolley”. Se puede ampliar su capacidad abatiendo cualquiera de los dos respaldos de los asientos traseros.
