No es una generación nueva, sino que se trata una puesta al día estética y de equipamiento llevada a cabo a principios de 2013 de la generación estrenada en 2010. Después de la renovación del frontal y de algunos de los elementos de equipamiento que se incluyen en esta versión Tekna Premium, tienes ante ti un utilitario del segmento B con cierta distinción.
En este caso, su encanto estético aumenta con la presencia de una serie de detalles con el sello de Agatha Ruiz de la Prada, la diseñadora española que se ha hecho popular por su peculiar combinación de los colores vivos y llamativos. Precisamente esta combinación está presente en el exterior con unos simpáticos corazones en la puerta del conductor, en el portón del maletero y en las alfombrillas del interior. Aparte de estos detalles, el Micra sigue siendo un coche ágil, cómodo y práctico para el día a día, cuyo rendimiento general del motor 1.2 DIG-S de 98 CV es uno de sus principales puntos fuertes.
Interior: acogedor y luminoso
La gran superficie acristalada del Micra permite la entrada de mucha luz al interior, lo que permite crear un ambiente muy luminoso, un punto a su favor cuando nos ponemos a sus mandos (nuestra unidad de prueba, incluso montaba techo panorámico de cristal fijo). En cuanto a espacio disponible para los ocupantes de las plazas delanteras, no es de los mejores entre sus competidores, con aspectos a mejorar en cuanto a capacidad de sujeción y en cuanto a tamaño de las banquetas, ya que pueden resultar algo cortas para ciertas personas. La posición de conducción es algo sobreelevada, un punto que nos da seguridad a la hora de maniobrar en ciudad. Respecto a este puesto de conducción, debemos restar puntos en un elemento: la imposibilidad de regular en profundidad el volante. Este hecho, junto a las posiciones demasiado escalonadas de las posibilidades de regulación del asiento del conductor, dificultan el que encontremos con facilidad nuestra posición idónea de conducción.
El espacio disponible para los asientos posteriores es suficiente para dos adultos de hasta 1,80 m de altura aproximadamente, lo que permite que puedan viajar con relativa comodidad. Seguimos nuestro recorrido por el interior del Micra y nos encontramos con la presencia de materiales plásticos sin muchos lujos, con plásticos de cierto acolchado pero bastante bien sujetos y anclados entre sí. La instrumentación y mandos principales son claramente identificables. En el caso de nuestra unidad de pruebas en nivel de acabado Tekna Premium, el sistema multimedia Nissan Connect cuenta a nuestro parecer con un funcionamiento intuitivo y con unas gráficos sencillos pero muy legibles.
Rendimiento del motor
El propulsor que impulsa a este Micra es un gasolina 1.2 tricilíndrico de inyección directa y sobrealimentado con compresor volumétrico que rinde 98 CV de potencia (la versión atmosférica anuncia 80 CV) y 15 mkg de par motor. Su entrega de fuerza nos pareció suave en todo momento, mostrando lo mejor de sí mismo en ámbitos urbanos ante la rápida respuesta del acelerador.
En carretera, apreciamos que por debajo de las 4.000 rpm su rendimiento podría mejorar. En tramos con sucesión de subidas de diverso porcentaje, tenemos que jugar con el cambio manual de cinco velocidades e ir reduciendo marchas para ir ganando fuerza. En términos globales, el nivel de sonoridad del propulsor nos sorprendió gratamente, desapareciendo casi en la totalidad las típicas vibraciones y el ruido molesto que distinguían antaño a los motores de tres cilindros.
Después de rodar con él casi 1.000 km y después de las mediciones de nuestro centro técnico, en carretera obtuvimos medias de consumo de combustible de 6,2 l/100 km, mientras en ciudad era muy complicado bajar de los 7,1 l/100 km. La media de nuestra prueba se situó en los 6,65 l/100 km, frente a los 4,3 l/100 km que se declaran de forma oficial.
En el comportamiento mecánico hay ciertos aspectos a mejorar, como es el caso del sistema de arranque y parada automático del motor Start&Stop. Respecto a éste, debemos decir que en algunas ocasiones le falta efectividad, rapidez y suavidad en su puesta en marcha después de una parada, encontrándonos con más de una ocasión de tener que levantar el pie del embrague y volver a pisarlo para que el sistema nos obedezca correctamente.
Comportamiento: un animal de ciudad
Su gran visibilidad, su puesto de conducción elevado, la rápida respuesta del acelerador a bajas velocidad y el radio de giro reducido de su volante (se necesitan 9,3 m entre bordillos) convierten a este Micra en un auténtico 'animal' urbano. Cuando salimos de las grandes urbes, su respuesta y rendimiento general siguen siendo buenos, pero con ciertos aspectos a mejorar.
Si antes te indicábamos que el nivel de sonoridad transmitido por el motor era bastante bueno, no sucede lo mismo con otro tipo de ruidos, en este caso, el aerodinámico y el da rodadura, que se perciben con cierta facilidad en el interior. En cuanto a las suspensiones, el tarado de muelles y amortiguadores está en un nivel medio de firmeza, ante lo cual, a poco que incrementemos el ritmo en zona de curvas, apreciaremos un balanceo de la carrocería. En el lado contrario, en tramos bacheados y en badenes, las irregularidades del terreno no se transmiten al interior de forma muy violenta.
Nuestra opinión
Puede que no tenga un diseño arrebatador, pero tiene cierto encanto estético que no podemos negar. El rendimiento general del motor respecto a otros tricilíndricos tanto atmosféricos como sobrealimentados es uno de sus puntos fuertes, así como el más que notable equipamiento incluido en esta versión Tekna Premium. Se muestra superior en calificación general respecto a coches algo más pequeños como el Ford Ka, el Renault Twingo, el Suzuki Alto y el Hyundai i10; respecto a coches algo más grandes como el Ford Fiesta, el Toyota Yaris y el Renault Clio les planta cara en ciertos aspectos, aunque en niveles generales consideramos que está un escalón por debajo.
