Mitsubishi está de estreno en Europa con su modelo Outlander PHEV, un coche con tracción a las cuatro ruedas y que incorpora la novedosa tecnología híbrida enchufable PHEV que la marca lleva años desarrollando y que vende junto al Outlander en Japón desde principios de 2013. El ‘plug-in’ japonés puede presumir de ofrecer 824 km de autonomía gracias a la combinación del trabajo de sus tres motores.
Propulsión híbrida
La mecánica del Outlander PHEV está compuesta por dos motores eléctricos –uno en el eje delantero y otro en el trasero- que desarrollan 82 CV cada uno y un propulsor de gasolina 2.0 L MIVEC que rinde 121 CV –en el eje delantero-. Todo unido a una caja de cambios automática con posición de frenada regenerativa ‘B’ de energía con seis niveles -según queramos retener menos o más-. La peculiaridad del modelo japonés es la capacidad de gestión automática que tiene sobre el trabajo de cada uno de los motores, dando lugar a tres modos de conducción: EV –eléctrico-, híbrido en serie e híbrido en paralelo.
En el caso del modo EV estamos hablando de una conducción con cero emisiones –hasta una velocidad máxima aproximada de 100 km/h- y con los motores eléctricos trabajando sin ayuda del propulsor térmico. La autonomía en este modo se puede extender hasta 52 kilómetros con carga máxima, que se consigue tras 5 horas enchufado a una toma normal de 10 A o de 30 minutos en las tomas de carga rápida. En la parte central del suelo del modelo encontraremos la batería de ión litio de 300 V con una capacidad de 12 kWh.
Cuando entremos en zonas de autopista y superemos la franja de los 100 km/h, se pondrá en marcha el motor de gasolina, que tendrá como labor el apoyo –tracción a las ruedas delanteras- a los propulsores eléctricos. Es lo que conocemos como modo híbrido en serie, situación que se dará también cuando la batería baje del 25 por ciento de su carga y siempre y cuando circulemos a no más de 65 km/h.
El modo híbrido paralelo entrará en funcionamiento siempre a velocidades superiores a los 120 km/h o cuando la batería esté por debajo de su 25 por ciento de carga y queramos circular a más de 65 km/h. En estos dos casos, el propulsor térmico es el encargado del empuje del coche, mientras que los motores eléctricos servirán de apoyo en las aceleraciones rápidas, aunque nunca encontraremos un empuje de importancia ya que todo trabaja por el mínimo consumo.
Además, encontramos una manera ‘manual’ de forzar el uso del motor de gasolina con los botones ‘Charge’ y ‘Save’. En el primer caso, obligaremos al propulsor térmico a recargar la batería incluso cuando el coche está arrancado y lo dejamos a ralentí, mientras que la opción ‘Save’ mantendrá la carga eléctrica que nos quede para poder usarla en otro momento.
¿Cómo es con respecto al resto de la gama?
Gracias al sistema híbrido enchufable conseguimos una autonomía sin consumo alguno de combustible de 52 km, mientras que para el modo híbrido en serie se homologan 1,9 litros a los 100/km y para la conducción en la opción híbrido en paralelo la marca estima unos 5,9 l/km.
El depósito de combustible baja de los 63 a los 45 litros, ya que es un modelo pensando más para una conducción eficiente y controlada que para alcanzar altas velocidades o hacer un uso a modo de todoterreno. Lo que también se reduce respecto al resto de la gama Outlander es la capacidad del maletero, que baja de 477 litros a los 463 litros. Además, por temas de incompatibilidad técnica, no se puede optar por las siete plazas.
El equipamiento único al que tenemos acceso en Europa es el Kaiteki, precisamente el tope de gama del Outlander. Desde el punto de vista económico es lo más rentable para la marca.
Si optamos por el Mitsubishi Outlander convencional más potente y con este mismo equipamiento optamos a un coche con motor Diesel 2.2 de 150 CV con un precio sin ayudas de 41.390 euros.
En el caso de esta versión ecológica, el precio es de 50.000 euros sin ayudas, bajando hasta los 46.500 euros en el caso de acogernos al Plan Movele pendiente de aprobación –en este caso son 3.500 euros menos por su autonomía en modo eléctrico-. El Plan PIVE también puede bajarnos el precio inicial algo menos que el Movele.
Nuestra opinión
Una interesante tecnología para aquellos que más que hacer kilómetros quieran hacer un recorrido, normalmente habitual, con el mínimo consumo. Imaginemos que vamos al trabajo que está a menos de 50 kilómetros de casa y allí volvemos a cargar el coche. Haremos un trayecto de unos 100 kilómetros sin haber consumido combustible. Sus rivales directos son difíciles de encontrar, ya que en su segmento el único en hacerle un claro frente por su condición de enchufable sería el Volvo V60 Plug-in, con un precio de 60.900 euros. Además, la apuesta por la tecnología PHEV seguirá evolucionado con los conceptos de Mitsubishi XR-PHEV y GC-PHEV.