A lo mejor piensas que me he vuelto loco, pero ¿y si te digo que me ha gustado más este Paceman que el Mini tradicional? Olvídate de lo que la marca te quiera vender, esto no es un SUV. Si lo comparas con el Mini "de siempre", en efecto, es un coche más alto, cuenta con la posibilidad de la tracción total y viene acompañado de la imagen offroad que vemos en los raids como el Dakar. Pero no es un SUV; ni puede salir del asfalto ni quiere. Hace tiempo que Mini pasó de ser un único modelo a una marca completa, y uno de ellos es este utilitario de tres puertas y corte deportivo denominado Paceman. Por originalidad puedes compararlo con el Nissan Juke, pero no descartes a rivales como el Clio o el Polo, en especial si se trata de las versiones más caras, si bien esta unidad en concreto se sale aún más del guión al incorporar la tracción 4x4, algo poco habitual en los utilitarios.
El interior se asemeja al del Countryman pero con cuatro asientos. Delante comparte virtudes y defectos con él; hay espacio suficiente, todo está a mano y el diseño y la personalización predominan sobre todas las cosas, como buen Mini. Si tienes problemas de espalda, movilidad o simplemente no te gusta entrar y salir de un coche tan bajo como es el Mini, con el Paceman esto ya no es problema. El acceso a las plazas traseras es justo, pero no mucho más que cualquiera de los utilitarios de tres puertas. Una vez sentados atrás hay espacio suficiente para sus dos ocupantes y la altura no es problema siempre y cuando no midas más de 1,80 m de alto.
La calidad de acabado es buena, al nivel habitual en el resto de la marca. Como novedad, los mandos de los elevalunas pasan al tirador de la puerta, en lugar de estar en la consola central, siendo más cómodos de usar. Hay buena ergonomía general, si bien los parasoles no cubren del todo y dejan entrar el sol en su parte lateral; esto también le pasaba al Countryman. Tanto dirección como pedales tienen buen tacto, así como la palanca de cambios que tiene un guiado preciso y deportivo.
Motor reconocido
Esta versión emplea el mismo 1.6 de 184 CV del resto de los Cooper S. Lo combina con el sistema de tracción total All4 y la caja de cambios manual de seis velocidades. Este motor, que me parece de lo mejor del mercado en cuanto a rendimiento, penaliza en el Paceman All4 sus prestaciones. Tanto el peso como las mayores pérdidas por rozamiento hacen que sea el modelo más lento que equipa este 184 CV. Si te fijas, es un coche rápido y conduciéndolo tienes prestaciones de sobra como para divertirte, pero si lo comparas es cuando ves la diferencia. Pero esto no es del todo malo, puesto que si bien es el Cooper S "menos rápido" en aceleraciones, cuando lo conduces puedes llegar a ser más rápido con él, en especial si eres menos hábil a la hora de ir rápido. Con un Cooper S tracción delantera siempre tienes que dosificar con el acelerador en conducción deportiva, mientras que con el All4 puedes acelerar a fondo muy pronto sin apenas perder rueda; esto, en zonas muy viradas le hace ser muy efectivo.
En conducción normal, el sistema de tracción funciona también correctamente. Puede que seas de los que no demandes conducir al límite. En ese caso, este Mini te ofrecerá un buen aplomo y la posibilidad de defenderte bien frente a la climatología adversa, en especial si combinas el 4x4 con unos buenos neumáticos de invierno, cuando toque. Hay buen comportamiento general y quizá peque un poco de firme, pero no lo veo incómodo y esta dureza me parece acorde con la potencia y la deportividad de la que presume. El Paceman Cooper S All4 no tiene una gran habitabilidad comparado con el resto de utilitarios. A cambio te ofrece su multitud de posibilidades de personalización y ese carácter y personalidad que Mini ofrece en todos sus productos. Es un coche rápido y agradable de conducir, con un interesante toque deportivo. Como era de esperar, y de nuevo comparado con sus rivales en tamaño, tiene un precio elevado y más si lo configuras a tu gusto, pero es un Mini y esa distinción que tanto intentan imitar otras marcas hay que pagarla; es el precio de ser diferente.