Por primera vez BMW utiliza la tracción total en un coche concebido para ser tracción delantera y con el motor montado transversalmente. Se trata del Serie 2 Active Tourer, que compartirá elementos de la plataforma del próximo Mini Countryman. Por ahora, serán las versiones 220d y 225i las encargadas de estrenar este sistema xDrive, que irá asociado de serie a una caja de cambios automática de 8 marchas fabricada por Aisin. El primero, con 190 CV, homologa un consumo medio de entre 4,6 y 4,8 l/100 km; el 225i, por su parte, rinde 231 CV y declara un consumo medio oficial de entre 6,4 y 6,5 l/100 km. Este último es el que hemos tenido oportunidad de conducir en las inmediaciones de las pistas de pruebas de BMW en Francia, ubicadas cerca de Marsella, en la localidad de Miramas.
La tracción total xDrive supone un incremento de peso de 61 kg. Funciona mediante un acoplamiento de discos accionados por un mecanismo electrohidráulico, que reparte la tracción entre ambos ejes de forma variable y hasta un 50% en función de las necesidades. En caso de no producirse pérdidas de tracción, únicamente el tren delantero recibe potencia para minimizar rozamientos y mejorar la eficiencia, pero si es necesario se podría enviar puntualmente hasta un 100% del par motor al tren trasero, por ejemplo si las ruedas delanteras están arrancando sobre una placa de hielo.
La unidad de gestión del sistema xDrive depende directamente del control electrónico de estabilidad DSC, por lo es posible repartir la tracción entre ambos ejes de forma preventiva, incluso antes de que se produzcan pérdidas de motricidad o estabilidad, para lograr un comportamiento muy neutro. Nuestra toma de contacto con el BMW 225i xDrive Active Tourer incluía tramos de asfalto seco y zonas con lluvia, con muy distintos tipos de asfaltos y trazados, así como una pequeña prueba por barro no demasiado complicada —esta última con el BMW 220d xDrive Active Tourer—. A su vez, el coche incorporaba un altísimo nivel de equipamiento, incluida suspensión activa y nada menos que unos adherentes neumáticos Pirelli P Zero que, unidos a la tracción total, convertían en una auténtica lapa a este Serie 2 Active Tourer.
En modo Sport apenas tienes sensación de ir en un monovolumen, pues prácticamente desaparecen las leves oscilaciones de la carrocería que se producen en los modos normal y Eco Pro, que te recuerdan que estás sentado a una mayor altura incluso en línea recta cuando el asfalto no está completamente liso. La dirección, muy directa, la contundente respuesta del motor y el elaborado bastidor brindan la deportividad que BMW imprime a todos sus modelos, por lo que se puede disfrutar al volante de su gran dinamismo y equilibrio, pese a un aspecto exterior que puede llevar a engaño. Ante una conducción exigente se muestra preciso y ágil, ya que resulta difícil poner en apuros su altísimo nivel de agarre. Al mismo tiempo, es cómodo y refinado, y todo ello se combina con un interior muy bien ejecutado en líneas generales, si bien es cierto que esta unidad, además de ser el tope de gama, iba "hasta arriba" de extras. Todo un "juguete" disfrazado de monovolumen, incluso con un evocador sonido del motor que se torna más deportivo al pulsar la tecla Sport.
El BMW 225i xDrive Active Tourer partirá de 40.800 euros, mientras que el precio del 220d xDrive Active Tourer será de 38.300 euros.