Existen dos tipos de SUV en función de su sistema de tracción: 4x2 y 4x4. Los primeros, sobre un turismo convencional, no aportan más que la estética y ciertas libertades, como la de poder subirse a un bordillo con mayor facilidad cuando, por ejemplo, se va a recoger a los niños al colegio. Sí, son más baratos y consumen algo menos que los 4x4, pero no aportan una ventaja de espacio o comportamiento que un monovolumen o una buena berlina, ya sea compacta o sedán, no tengan. En cambio, si estos mismos SUV disponen de tracción total, la cosa cambia. Su mayor altura libre al suelo, unida a un buen sistema de tracción total les hace ser mucho más prácticos y polivalentes que una berlina o un monovolumen, ya que se pueden permitir el lujo de afrontar situaciones de mala adherencia con mayor seguridad y eficacia.
Este es el caso de los dos modelos que te proponemos en esta comparativa, dos buenas opciones para disfrutar de un medio de transporte que te lleve muy lejos, acercándote a tu ocio preferido. Tanto el recién llegado Opel Mokka como el Skoda Yeti disponen en su gama de versiones con los dos tipos de tracción y motores gasolina y o Diesel. Aquí se enfrentan con tracción total y sus motores Diesel rivales; el Opel sólo dispone del 1.7 CDTi de 130 CV, por lo que en el Skoda Yeti hemos optado por el 2.0 TDI de 140 CV. Ambos casos vienen equipados con su nivel más alto, si bien disponen de variantes más básicas y económicas; ya sabes, para "la foto" las marcas siempre nos dejan su mejor cara.
Cada uno interpreta este concepto a su manera. Opel te ofrece un Mokka con interior de berlina de techo elevado, en el que los respaldos de las plazas traseras sólo se pueden abatir, mientras que el Yeti emplea soluciones de monovolumen en su banqueta trasera deslizante que, además, permite retirar los asientos, además de abatirlos, para ganar espacio. Sobre esto, aunque el Skoda a priori ofrece más posibilidades de configuración, no todo el mundo al final utiliza tanta modularidad. Personalmente prefiero tener la opción de colocar los asientos traseros como necesite, tal y como permite el Yeti, pero no veo como defecto la simplicidad del Mokka, ya que muchas veces sólo se demanda abatir el respaldo.
Los dos están bien terminados. El Opel aporta un diseño interior con mayor personalidad, ya que el Yeti por dentro tiene la característica sobriedad de la casa. No es feo pero tampoco precioso, simplemente ergonómico y funcional. En cuestiones de confort no sabría con cuál quedarme. En las plazas delanteras el Mokka te envuelve algo mejor, con unos asientos que incluso permiten alargar la banqueta, pero detrás el Yeti tiene algo más de espacio, sobre todo en anchura. A pesar de las diferencias, los dos transmiten una buena sensación de amplitud, debido a la generosa altura que tienen. La capacidad de maletero es mejor en el Skoda. Con los asientos atrás del todo ya dispone de 30 litros más que el Opel, diferencia que aumenta en 115 litros si se desplaza la fila trasera hasta el tope delantero. Lo bueno que tiene el espacio de carga del Mokka es que tanto sus paredes como los respaldos una vez abatidos dejan formas planas; en el Yeti, si no quitas los asientos, queda un escalón intermedio al abatir. Para los amantes del ciclismo Opel ofrece el sistema FlexFix, que consta de un porta bicis -de una, dos o tres plazas- escamoteable en el paragolpes trasero, que no requiere un complicado montaje, no estropea la estética del vehículo y afecta menos a la visibilidad que los sistemas tradicionales; muy recomendable.
Objetivo: ser más agradables
Los dos coches disponen de motores Diesel, un 2 litros el Skoda y un 1.7 litros en el Mokka, con 140 y 130 caballos, respectivamente. Ambos resultan ásperos y ruidosos, no mucho más que los de marcas rivales pero infinitamente menos agradables que los de los propios motores de gasolina que tanto Opel como Skoda tienen. Eso sí, a cambio de pagar el peaje Diesel, tenemos unos consumos muy buenos. Por nivel prestacional cualquiera de los dos cumplirá tus expectativas de sobra. A la hora de conducirlos en una utilización normal, alejada del laboratorio que suponen los datos de nuestro Centro Técnico, resulta más agradable el TDI del Yeti. La diferencia radica en la forma de entregar la potencia, más lineal e inmediata en el checo. A esto se le suma unos desarrollos mejor elegidos, ya que las dos últimas marchas del Opel son más largas y con mayor salto entre 3ª y 4ª. El Mokka a cambio te ofrecerá un consumo más bajo; la combinación del largos desarrollos con el sistema Stop/Start que lleva de serie hace que, según nuestras mediciones, llegue a consumir casi un litro menos. No es malo el consumo del Skoda pero, indudablemente, el del Mokka es mejor.
El comportamiento dinámico de ambos en condiciones normales es más que aceptable. El Yeti ofrece algo más de confort, mientras que el Mokka es más firme. Hay un buen nivel en ambos, que se multiplica si con frío se montan neumáticos de invierno, algo que recomiendo si se quiere sacar partido a la seguridad y eficacia que ambos sistemas de tracción total ofrecen. Cuando busqué las cosquillas a los bastidores para ver dónde flojeaban pude apreciar cierta tendencia sobreviradora en el Mokka cuando el firme no es del todo perfecto. No veo problema de seguridad; el ESP está ahí para resolverlo. Seguro que como a mi, te habrá gustado uno más que otro. Sin desmerecer a su rival, el Yeti me ha parecido más completo, aunque claro, llega el momento de pagarlos y el Skoda se contagia de las marcas premium de su grupo, desmarcándose con un precio de partida más alto. Y es aquí cuando el Opel puede disimular sus defectos, que por 2.000 € -precio con descuentos oficiales sin financiación- no son tantos.