Prueba: Toyota Verso 115D, con motor Diesel de BMW

Pedía renovar mecánica Diesel para cumplir con las normas de emisiones y de BMW le llega un moderno motor al Verso. Sacrifica cierto brío pero, por eficiencia y agrado, el Toyota Verso sigue siendo ejemplo de equilibrio.

Lorenzo Alcocer. Fotos: Israel Gardyn.

Prueba:  Toyota Verso 115D, con motor Diesel de BMW
Prueba: Toyota Verso 115D, con motor Diesel de BMW

Sorprende dicha combinación y no porque no existan este tipo de colaboraciones, sino por la entidad y el potencial técnico y económico de ambos fabricantes. Pero ya sabíamos que Toyota y BMW habían firmado un amplio acuerdo de colaboración para, entre otras cosas, desarrollar conjuntamente una plataforma para un deportivo medio, que serviría para la puesta en escena de una nueva generación del Z4 de BMW, como quizá para revivir al Supra de Toyota; también trabajarían conjuntamente en el estratégico desarrollo de la pila de combustible como futura fuente de alimentación; en baterías de aire/litio, en técnicas de construcción ligera... y finalmente en la cesión de motores Diesel BMW a Toyota.

Recuerdo hace tiempo leer en la prensa extranjera un artículo en el que se decía que Toyota dejaría de seguir desarrollando motores Diesel, hasta entonces técnicamente mantenidos a la última. El motor Diesel fue un campo obligado de afrontar como marca por la demanda europea, aunque no por sus convicciones como fabricante de automóviles. Pero lo que parece claro es que en Europa sus versiones híbridas nunca serán por ahora alternativa real a los Diesel y renunciar a este tipo de mecánicas sería un suicidio. ¿Solución? La que ya conocemos: contar con BMW como suministrador de motores Diesel, que en un principio, cederá un 1.6 y un 2.0 para ir renovando progresivamente la gama Diesel de Toyota.

Cilindrada media

Toyota VersoEl primer paso ha sido jubilar el "pesado y voluminoso" 2.0 D4-D de "solo" 126 CV, por un nuevo 1.6D de 112 CV, con el que replicar a sus rivales directos con una mecánica similar a la medida de la demanda principal. Solo por sus menores cotas, el 1.6D ajusta consumos y emisiones, pasando a estar exento de pagar impuesto de matriculación (4,75 %), aunque no se refleje en la factura final.

Es en ciudad (6,7 l/100 km) donde más se aprecia el salto de eficiencia energética, según nuestras mediciones, rebajando en más de un litro el consumo (medio litro en carretera -5,1 l/100 km-), también, todo hay que decirlo, por la aportación de un sistema Stop-Start. Obviamente, frente al cronómetro el nuevo Verso 115D cede frente al saliente 120D, pero éste era de los modelos más rápidos de su categoría y ahora la nueva versión presenta similares registros que los 1.6D 110/115 CV de los Grand Picasso, Grand Scénic, Grand C-Max, etc. Y eso, que los desarrollos del cambio se han alargado para intervenir también en la reducción del consumo.

En cualquier caso, al margen del cronómetro, el Verso 115D muestra un andar muy agradable y resolutivo. El bajo régimen del motor 1.6D es muy bueno y se presta a ser utilizadas sus primeras 2.000 vueltas con total despreocupación en todas las marchas, en el tráfico normal y cotidiano.  El motor utilizado por BMW en sus Mini y Serie 1, Toyota lo ha adaptado y entre otras cosas ha cambiado el volante motor. En el Verso, esta mecánica se siente más refinada de giro y aislada de ruidos y vibraciones y, en este sentido, parece que Toyota ha mejorado el producto original.

Buen producto final

Toyota VersoEl producto final asegura un agrado general muy elevado. No por llevar genes de BMW, el Verso pretende transmitir deportividad en su respuesta mecánica o en su bastidor. El Verso ha sido y sigue siendo un coche cómodo de suspensión, de reacciones progresivas y, por todo ello, no transmite la reactividad de otros monovolúmenes, como los citados anteriormente. Siempre parece que su tren delantero es más reacio al apoyo rápido y que su carrocería marca -y balancea- más los tiempos de apoyo en curva. Pero tiene en su control de estabilidad un muy buen aliado, por lo bien y lo disimuladamente que es aportando correcciones a la trazada.

Parece un coche consecuente con su papel familiar, excelente rutero y urbano y, en todo caso, extrañas el dinamismo al que se prestan algunos de sus rivales. Por dentro, el Verso llama la atención por su generosa cota de anchura y resulta el mejor modelo para quien se vea obligado a utilizar tres sillas infantiles en la segunda fila. El asiento central de la segunda fila es prácticamente igual que el de los extremos y por tanto también resulta de los monovolúmenes compactos más cómodos para ser utilizado por un adulto. Según versiones puede contar con una tercera fila de asientos adaptada para tallas pequeñas, que deja improvisar cómodamente el reparto pasajeros/carga.