Toyota Urban Cruiser

Con el Urban Cruiser Toyota aborda un segmento en el que aún no había entrado, el de los monovolúmenes pequeños. En él se enfrentará a rivales como el Suzuki SX4, el Opel Meriva, el Ford Fusión o el recién llegado Kia Soul con tres armas: imagen robusta, espacio y versatilidad y bajas emisiones. Llega a España el 1 de junio.

Toyota Urban Cruiser
Toyota Urban Cruiser

La oferta mecánica de Toyota para el Urban Cruiser se compone de dos motores –gasolina y Diesel- que, combinados con dos acabados y niveles de equipamiento diferentes, configura una propuesta sencilla hacia los compradores.

El motor de gasolina es un 1.3 VVT-i Dual de 101 CV y 132 Nm de par que consume de media 5,5 litros a los 100 km y emite 129 g de CO2/km (pagará el 4,75 por ciento de impuesto de matriculación). Además de con una caja manual de 6 velocidades, este motor va combinado con un sistema Stop&Start que apaga automáticamente el motor cuando el Urban Cruiser se detiene, la palanca de cambios está en punto muerto y se levanta el pie del embrague, para volver a ponerlo en marcha, al pisar el embrague y meter primera. Especialmente ideado para ahorrar combustible y disminuir emisiones en conducción urbana (hasta un 4 por ciento), el Stop&Start de Toyota es además muy silencioso y rápido, ya que el engranaje del motor de arranque permanece siempre embragado.

A lo largo de los algo más de 200 kilómetros que recorrimos con esta versión mecánica en la jornada de pruebas, la vivacidad del motor resultó satisfactoria, estira bien y de forma sostenida, aunque la escala entre la segunda y tercera marchas se nos antojó algo desproporcionada para las subidas largas, donde la segunda se revoluciona demasiado y la tercera no llega a dar el empuje que a uno le parece necesario. En tramos de autopista, nada que objetar: la sexta marcha cumple a la perfección y permite una conducción dinámica y confortable sin excesivo ruido en el interior del habitáculo. Destacable el buen funcionamiento del navegador (una opción que cuesta 950 euros).

Las suspensiones del Urban Cruiser (McPherson delante y eje torsional detrás) proporcionan un buen confort de rodadura y sensación de control en los trazados de curva, donde el vehículo se muestra fácil de conducir, sin inquietantes balanceos ni desplazamientos laterales, gracias también a la inclusión de control de estabilidad y de tracción de serie en todas las versiones.

Por lo que respecta al motor Diesel, se trata de un 1.4 D4-D revisado con una potencia de 90 CV, 205 Nm de par, consumo medio de 4,5 l/100 km y 118 g de CO2 por kilómetro recorrido. Este motor es el único que se puede combinar con la tracción 4x4, disponible en el pack Off-Road por un precio adicional de 2.300 euros y que además incluye una serie de elementos estéticos para aproximarlo a la imagen de todo terreno. Con tracción total, los consumos suben hasta 4,9 l/100km y las emisiones de CO2, hasta 130 g/km.

La seguridad pasiva es otro de los aspectos más cuidados, con siete airbags de serie, que incluyen airbag de rodilla para el conductor.

La versión 4x4 del Urban Cruiser sólo está disponible para las versiones D4-D y presenta una serie de cambios con relación al dos ruedas motrices que, aunque significativos, apenas afectan de manera negativa en la práctica a su comportamiento. Tiene un mayor recorrido de suspensión, a pesar de que la posición del diferencial posterior reduce la altura libre al suelo con relación al 4x4. Pero, sobre todo, su peso es superior en 65 kg, de los cuales la mayor parte se carga sobre el eje trasero. El tacto de suspensiones es más firme y el sistema de tracción, con reparto variable, hace que la motricidad sea excepcional sobre todo tipo de terrenos, lo que unido al mayor equilibrio de peso entre ambos ejes no tiene efectos parásitos en el comportamiento, como podría pensarse por su mayor inercia. Sigue manteniendo una actitud subviradora, pero en general es bastante ágil en los cambios de apoyo, resultando muy predecible de reacciones y facilitando una conducción muy intuitiva.
Jose Mª Quesada, redactor jefe de Autoverde4x4

Diseño y espacio
La oferta mecánica de Toyota para el Urban Cruiser se compone de dos motores –gasolina y Diesel- que, combinados con dos acabados y niveles de equipamiento diferentes, configura una propuesta sencilla hacia los compradores.

El motor de gasolina es un 1.3 VVT-i Dual de 101 CV y 132 Nm de par que consume de media 5,5 litros a los 100 km y emite 129 g de CO2/km (pagará el 4,75 por ciento de impuesto de matriculación). Además de con una caja manual de 6 velocidades, este motor va combinado con un sistema Stop&Start que apaga automáticamente el motor cuando el Urban Cruiser se detiene, la palanca de cambios está en punto muerto y se levanta el pie del embrague, para volver a ponerlo en marcha, al pisar el embrague y meter primera. Especialmente ideado para ahorrar combustible y disminuir emisiones en conducción urbana (hasta un 4 por ciento), el Stop&Start de Toyota es además muy silencioso y rápido, ya que el engranaje del motor de arranque permanece siempre embragado.

A lo largo de los algo más de 200 kilómetros que recorrimos con esta versión mecánica en la jornada de pruebas, la vivacidad del motor resultó satisfactoria, estira bien y de forma sostenida, aunque la escala entre la segunda y tercera marchas se nos antojó algo desproporcionada para las subidas largas, donde la segunda se revoluciona demasiado y la tercera no llega a dar el empuje que a uno le parece necesario. En tramos de autopista, nada que objetar: la sexta marcha cumple a la perfección y permite una conducción dinámica y confortable sin excesivo ruido en el interior del habitáculo. Destacable el buen funcionamiento del navegador (una opción que cuesta 950 euros).

Las suspensiones del Urban Cruiser (McPherson delante y eje torsional detrás) proporcionan un buen confort de rodadura y sensación de control en los trazados de curva, donde el vehículo se muestra fácil de conducir, sin inquietantes balanceos ni desplazamientos laterales, gracias también a la inclusión de control de estabilidad y de tracción de serie en todas las versiones.

Por lo que respecta al motor Diesel, se trata de un 1.4 D4-D revisado con una potencia de 90 CV, 205 Nm de par, consumo medio de 4,5 l/100 km y 118 g de CO2 por kilómetro recorrido. Este motor es el único que se puede combinar con la tracción 4x4, disponible en el pack Off-Road por un precio adicional de 2.300 euros y que además incluye una serie de elementos estéticos para aproximarlo a la imagen de todo terreno. Con tracción total, los consumos suben hasta 4,9 l/100km y las emisiones de CO2, hasta 130 g/km.

La seguridad pasiva es otro de los aspectos más cuidados, con siete airbags de serie, que incluyen airbag de rodilla para el conductor.

La versión 4x4 del Urban Cruiser sólo está disponible para las versiones D4-D y presenta una serie de cambios con relación al dos ruedas motrices que, aunque significativos, apenas afectan de manera negativa en la práctica a su comportamiento. Tiene un mayor recorrido de suspensión, a pesar de que la posición del diferencial posterior reduce la altura libre al suelo con relación al 4x4. Pero, sobre todo, su peso es superior en 65 kg, de los cuales la mayor parte se carga sobre el eje trasero. El tacto de suspensiones es más firme y el sistema de tracción, con reparto variable, hace que la motricidad sea excepcional sobre todo tipo de terrenos, lo que unido al mayor equilibrio de peso entre ambos ejes no tiene efectos parásitos en el comportamiento, como podría pensarse por su mayor inercia. Sigue manteniendo una actitud subviradora, pero en general es bastante ágil en los cambios de apoyo, resultando muy predecible de reacciones y facilitando una conducción muy intuitiva.
Jose Mª Quesada, redactor jefe de Autoverde4x4

Diseño y espacio
La oferta mecánica de Toyota para el Urban Cruiser se compone de dos motores –gasolina y Diesel- que, combinados con dos acabados y niveles de equipamiento diferentes, configura una propuesta sencilla hacia los compradores.

El motor de gasolina es un 1.3 VVT-i Dual de 101 CV y 132 Nm de par que consume de media 5,5 litros a los 100 km y emite 129 g de CO2/km (pagará el 4,75 por ciento de impuesto de matriculación). Además de con una caja manual de 6 velocidades, este motor va combinado con un sistema Stop&Start que apaga automáticamente el motor cuando el Urban Cruiser se detiene, la palanca de cambios está en punto muerto y se levanta el pie del embrague, para volver a ponerlo en marcha, al pisar el embrague y meter primera. Especialmente ideado para ahorrar combustible y disminuir emisiones en conducción urbana (hasta un 4 por ciento), el Stop&Start de Toyota es además muy silencioso y rápido, ya que el engranaje del motor de arranque permanece siempre embragado.

A lo largo de los algo más de 200 kilómetros que recorrimos con esta versión mecánica en la jornada de pruebas, la vivacidad del motor resultó satisfactoria, estira bien y de forma sostenida, aunque la escala entre la segunda y tercera marchas se nos antojó algo desproporcionada para las subidas largas, donde la segunda se revoluciona demasiado y la tercera no llega a dar el empuje que a uno le parece necesario. En tramos de autopista, nada que objetar: la sexta marcha cumple a la perfección y permite una conducción dinámica y confortable sin excesivo ruido en el interior del habitáculo. Destacable el buen funcionamiento del navegador (una opción que cuesta 950 euros).

Las suspensiones del Urban Cruiser (McPherson delante y eje torsional detrás) proporcionan un buen confort de rodadura y sensación de control en los trazados de curva, donde el vehículo se muestra fácil de conducir, sin inquietantes balanceos ni desplazamientos laterales, gracias también a la inclusión de control de estabilidad y de tracción de serie en todas las versiones.

Por lo que respecta al motor Diesel, se trata de un 1.4 D4-D revisado con una potencia de 90 CV, 205 Nm de par, consumo medio de 4,5 l/100 km y 118 g de CO2 por kilómetro recorrido. Este motor es el único que se puede combinar con la tracción 4x4, disponible en el pack Off-Road por un precio adicional de 2.300 euros y que además incluye una serie de elementos estéticos para aproximarlo a la imagen de todo terreno. Con tracción total, los consumos suben hasta 4,9 l/100km y las emisiones de CO2, hasta 130 g/km.

La seguridad pasiva es otro de los aspectos más cuidados, con siete airbags de serie, que incluyen airbag de rodilla para el conductor.

La versión 4x4 del Urban Cruiser sólo está disponible para las versiones D4-D y presenta una serie de cambios con relación al dos ruedas motrices que, aunque significativos, apenas afectan de manera negativa en la práctica a su comportamiento. Tiene un mayor recorrido de suspensión, a pesar de que la posición del diferencial posterior reduce la altura libre al suelo con relación al 4x4. Pero, sobre todo, su peso es superior en 65 kg, de los cuales la mayor parte se carga sobre el eje trasero. El tacto de suspensiones es más firme y el sistema de tracción, con reparto variable, hace que la motricidad sea excepcional sobre todo tipo de terrenos, lo que unido al mayor equilibrio de peso entre ambos ejes no tiene efectos parásitos en el comportamiento, como podría pensarse por su mayor inercia. Sigue manteniendo una actitud subviradora, pero en general es bastante ágil en los cambios de apoyo, resultando muy predecible de reacciones y facilitando una conducción muy intuitiva.
Jose Mª Quesada, redactor jefe de Autoverde4x4

Diseño y espacio
La oferta mecánica de Toyota para el Urban Cruiser se compone de dos motores –gasolina y Diesel- que, combinados con dos acabados y niveles de equipamiento diferentes, configura una propuesta sencilla hacia los compradores.

El motor de gasolina es un 1.3 VVT-i Dual de 101 CV y 132 Nm de par que consume de media 5,5 litros a los 100 km y emite 129 g de CO2/km (pagará el 4,75 por ciento de impuesto de matriculación). Además de con una caja manual de 6 velocidades, este motor va combinado con un sistema Stop&Start que apaga automáticamente el motor cuando el Urban Cruiser se detiene, la palanca de cambios está en punto muerto y se levanta el pie del embrague, para volver a ponerlo en marcha, al pisar el embrague y meter primera. Especialmente ideado para ahorrar combustible y disminuir emisiones en conducción urbana (hasta un 4 por ciento), el Stop&Start de Toyota es además muy silencioso y rápido, ya que el engranaje del motor de arranque permanece siempre embragado.

A lo largo de los algo más de 200 kilómetros que recorrimos con esta versión mecánica en la jornada de pruebas, la vivacidad del motor resultó satisfactoria, estira bien y de forma sostenida, aunque la escala entre la segunda y tercera marchas se nos antojó algo desproporcionada para las subidas largas, donde la segunda se revoluciona demasiado y la tercera no llega a dar el empuje que a uno le parece necesario. En tramos de autopista, nada que objetar: la sexta marcha cumple a la perfección y permite una conducción dinámica y confortable sin excesivo ruido en el interior del habitáculo. Destacable el buen funcionamiento del navegador (una opción que cuesta 950 euros).

Las suspensiones del Urban Cruiser (McPherson delante y eje torsional detrás) proporcionan un buen confort de rodadura y sensación de control en los trazados de curva, donde el vehículo se muestra fácil de conducir, sin inquietantes balanceos ni desplazamientos laterales, gracias también a la inclusión de control de estabilidad y de tracción de serie en todas las versiones.

Por lo que respecta al motor Diesel, se trata de un 1.4 D4-D revisado con una potencia de 90 CV, 205 Nm de par, consumo medio de 4,5 l/100 km y 118 g de CO2 por kilómetro recorrido. Este motor es el único que se puede combinar con la tracción 4x4, disponible en el pack Off-Road por un precio adicional de 2.300 euros y que además incluye una serie de elementos estéticos para aproximarlo a la imagen de todo terreno. Con tracción total, los consumos suben hasta 4,9 l/100km y las emisiones de CO2, hasta 130 g/km.

La seguridad pasiva es otro de los aspectos más cuidados, con siete airbags de serie, que incluyen airbag de rodilla para el conductor.

La versión 4x4 del Urban Cruiser sólo está disponible para las versiones D4-D y presenta una serie de cambios con relación al dos ruedas motrices que, aunque significativos, apenas afectan de manera negativa en la práctica a su comportamiento. Tiene un mayor recorrido de suspensión, a pesar de que la posición del diferencial posterior reduce la altura libre al suelo con relación al 4x4. Pero, sobre todo, su peso es superior en 65 kg, de los cuales la mayor parte se carga sobre el eje trasero. El tacto de suspensiones es más firme y el sistema de tracción, con reparto variable, hace que la motricidad sea excepcional sobre todo tipo de terrenos, lo que unido al mayor equilibrio de peso entre ambos ejes no tiene efectos parásitos en el comportamiento, como podría pensarse por su mayor inercia. Sigue manteniendo una actitud subviradora, pero en general es bastante ágil en los cambios de apoyo, resultando muy predecible de reacciones y facilitando una conducción muy intuitiva.
Jose Mª Quesada, redactor jefe de Autoverde4x4

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