Toyota Land Cruiser 2018, no sólo un lavado de cara: ¡Lo probamos!

El todoterreno puro de Toyota, el Land Cruiser, se actualiza con nueva imagen exterior, un interior más refinado y multitud de detalles prácticos que intentarán agrandar su leyenda. Ya lo hemos probado.

Toyota Land Cruiser 2018, no sólo un lavado de cara: ¡Lo probamos!
Toyota Land Cruiser 2018, no sólo un lavado de cara: ¡Lo probamos!

Cuando las ideas son buenas perduran en el tiempo y, por ello, hay que ir evolucionándolas, pero sin perder su filosofía. Algo que Toyota ha sabido salvaguardar con su inmortal todoterreno Land Cruiser, uno de los pocos que no ha sucumbido a la moda SUV. Nació en 1951, como Toyota Jeep BJ Series, para adoptar el nombre Land Cruiser a partir de 1954, cuando Willys registra el nombre Jeep. Hoy, es uno de los productos globales más importantes para Toyota, presente en más de 190 países ya sea bajo el nombre Land Cruiser o Prado.

La versión del Toyota Land Cruiser 2018 que aquí nos ocupa, la destinada al mercado europeo, no estrena generación sino que es una actualización del modelo alumbrado en 2009 y que anteriormente ha recibido mejoras en 2013, 2015 —con la sustitución del motor 3.0 Diesel de 190 CV por el actual 2.8 de 177 CV— y 2016. Exteriormente muestra unos rasgos más estilizados. Son nuevos sus paragolpes, con puntas hacia arriba para salvaguardar su integridad en las rutas off-road, faros antinieblas integrados de menores proporciones. Formas que aumenta en 6 cm la longitud de su carrocería, con 4,84 m para la versión de 5 puertas y 4,56 para la de tres. Sobresale el nuevo capó, con su zona central modelada hacia abajo, y sus pasos de rueda elevados, lo que en la práctica mejora la visibilidad al definir mejor para el conductor dónde se encuentran los límites de la carrocería. También cambia el diseño de faros, parrilla —con grandes aberturas entre lamas para mejorar la refrigeración—, los pilotos, el marco y embellecedor de la matrícula trasera y las llantas, que pueden ser de 17 o 19”.

Toyota Land Cruiser 2018

Toyota Land Cruiser 2018, más ambicioso

En el interior Toyota Land Cruiser 2018, que se puede escoger en negro o beige, llama la atención la zona superior de la consola central más baja, así como la distribución separada para las funciones de infoentretenimiento —con una pantalla táctil de 8”—, climatización y selección de funciones off-road. Estrena instrumentación, con pantalla multifunción de color de 4,2”, volante, palanca de cambios así como materiales con apariencia mejorada. Además, ahora puede equipar asientos ventilados tanto en las plazas delanteras como en las traseras, que también pueden estar calefactadas.

Las cotas todoterreno no varían, con una distancia libre al suelo de 215 mm —205 mm en los tres puertas— que en ocasiones se muestra escasa frente a sus grandes aptitudes todoterreno y unos competentes ángulos de ataque, salida y ventral con 31º, 25º y 22º respectivamente. Al igual que su chasis, que frente a la imposición de las estructuras monocasco, cree firmemente en la de largueros y travesaños con carrocería montada encima que hoy también vemos en el Clase G de Mercedes, Jeep Wrangler y la mayoría de pick-up. Con ello se consigue aislar mejor los impactos de la suspensión, con lo que el coche es más confortable por campo, al tiempo que cuenta con mayor durabilidad y resistencia.

Toyota Land Cruiser 2018La suspensión continúa encomendada a un doble triángulo en el tren delantero y cuatro brazos con barra lateral detrás. Opcionalmente puede tener una amortiguación adaptativa kinética (KDSS) capaz de desconectar casi por completo las barras estabilizadoras al circular fuera de carretera, lo que le permite copiar el terreno con una eficacia sorprendente al tiempo que guarda las formas en carretera con contenidos balanceos de su carrocería. No consigue la precisión o rapidez de reacciones de un SUV equivalente, pero sí se siente confortable por carretera a un ritmo rápido por muy retorcido que sea el trazado. La amortiguación adaptativa se puede complementar con el sistema AVS, que permite seleccionar tres modos de uso (Normal, Comfort y Sport), y con el sistema neumático para el tren trasero, que permite variar la altura de la carrocería al suelo en 5 cm o mantener su posición con independencia de la carga.

Toyota Land Cruiser 2018, la electrónica al servicio del conductor

La tracción siempre es a las cuatro ruedas, con un reparto inicial 40:60, y la posibilidad de seleccionar desde una ruleta en la zona inferior de la consola central entre marcha larga o reductora. Dispone de un diferencial central de tipo Torsen, que opcionalmente se complementa con un LSD de deslizamiento limitado bloqueable, mientras que para el trasero se ofrecen tres opciones; libre —como el delantero—, totalmente mecánico con bloqueo o un mecánico junto a un LSD de nueva factura. El reparto del par puede variar de un 50:50 a un 30:70. A lo que se suma el control de tracción activo. Además, en opción, puede tener el sistema de selección multiterreno (MTS) y el de avance automático (Crawl Control). EL MTS ofrece cinco modos de uso: barro y arena, piedras sueltas o grava, baches, piedras y tierra y piedra, que varían en función de la superficie la respuesta del acelerador, el control de tracción y los frenos. Estos sistemas permiten salir airosos de grandes obstáculos a conductores con poca experiencia todoterreno si bien los nuevos mandos en la consola central para manejar estos sistemas pueden resultar confusos. Con la reductora insertada el Crawl Control permite seleccionar automáticamente una velocidad muy reducida entre cinco posibles para que el coche avance por sí solo, o salga de un sitio donde nos hemos quedado atascados, mientras el conductor únicamente se ocupa de la dirección. Todo ello se complementa con el control de descenso de pendientes, tanto hacia delante como marcha atrás (entre 3 y 7 km/h), así como con el asistente de arranque en cuesta. Como novedad, el MTS ofrece una función «Auto» en conjunción con el Crawl Control.

Ya hemos comentado que el nuevo capó y pasos de ruedas permiten dominar mejor los límites de la carrocería, pero además el Land Cruiser 2018 se estrena el modo «Visión Bajo el Vehículo» que con la cámara de la parrilla delantera capta las imágenes que tres metros antes estaban por delante del coche para saber a través de la pantalla qué hay bajo el coche en ese instante y por dónde pisan las ruedas.

Toyota Land Cruiser 2018

Toyota Land Cruiser 2018, sólo con un motor

El motor Diesel 2.8 D-4D, que rinde 177 CV a 3.400 rpm, no exhibe novedades; con un consumo medio de 7,4 l/100 km, una velocidad punta de 175 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 12,7 s —12,1 s con cambio manual—. Sobresale por progresividad y suavidad, si bien se siente justo para mover esta carrocería a ritmo vivo con sus inmensas posibilidades de carga. Se puede escoger con cambio manual de 6 velocidades o automático por convertidor de par con el mismo número de marchas. Una caja que también sobresale por confort, pero en la que se echa en falta unas levas tras el volante para su manejo manual. Con los botones situados tras la palanca el conductor puede escoger entre cinco modos de conducción: Eco, Comfort, Normal, Sport y Sport , que actúan sobre la apertura de la mariposa, climatización, dirección y amortiguación.

Como en su antecesor, los modelos altos de gama con cambio automático cuentan con el Toyota Safety Sense, que gracias a una cámara y un radar de ondas milimétricas engloba el sistema de seguridad precolisión con función de detección de peatones, control de crucero adaptativo, avisador de cambio de carril involuntario, cambio automático entre luz de cruce y carretera y reconocimiento de señales de tráfico. La novedad se central en una renovada plataforma eléctrica en cuanto a ECU y cableado. Además puede tener detector de ángulo muerto con aviso de tráfico cruzado en maniobras marcha atrás o de alerta de baja presión de los neumáticos que incluso monitoriza la rueda de repuesto. Los precios del Land Cruiser parten de los 35.850 hasta los 66.400 euros.