Que el nuevo SUV de Suzuki se llame SX4 (con el apellido S-Cross, eso es verdad) puede llamar a equívoco a los aficionados a las cuatro ruedas. Poco tiene que ver con el SX4 que se vende hasta la fecha y que surgió del trabajo conjunto con Fiat (que, a su vez, comercializa el gemelo Sedici).
No coincide ni por tamaño (gana 15 cm de longitud, ligeramente en anchura y pierde 2,5 centímetros en altura) ni por segmento ni por diseño con el 'viejo' SX4 (aunque se venderán simultáneamente), aunque sí que se verá las caras en el segmento con su 'hermano' el Gran Vitara, aunque este último tiene un enfoque 'off road' más puro.
El diseño nos convence, con un frontal muy al gusto europeo, muy agradable a la vista, con personalidad pero captando los elementos claves que han hecho triunfar a otros –Nissan, Hyundai, Ford…-.
Sobriedad buscada
Si el diseño es agradable, en el interior nos encontramos una elogiable sobriedad en estos tiempos que corren donde todo lo queremos mullido en el salpicadero. Mullido, el justo, sólo en la plancha que se sitúa bajo la guantera-. El resto, plásticos de los de toda la vida, de los que dan buen resultado, intentando buscar formar parte de un diseño limpio donde la consola central hexagonal agrupando salidas de ventilación y equipo de sonido, marca la línea.
Confort para los asientos delanteros con buenos mullidos y más centímetros en la zona trasera con una buena cuota para rodillas y algo más justa para la cabeza –nuestra unidad de pruebas, con techo eléctrico, penalizaba esta cifra-. Túnel de transmisión menos intrusivo de lo que esperábamos. Por detrás un buen maletero con doble fondo que nos permite alcanzar los 430 litros
Un gasolina y un Diesel
Cogemos primero la versión de gasolina asociada a la tracción total y cambio manual de cinco relaciones. No nos convence esa dirección que transmite poco, demasiado asistida cuando nos movemos por autopista haciéndonos corregir en exceso. Luego, en carretera convencional, será que nos hacemos a ella, pero nos vamos sintiendo más a gusto. Incluso cuando más tarde cogemos el Diesel a un ritmo más vivo todavía nos parece más correcta.
Esta va a ser la tónica general del nuevo SX4: corrección absoluta buscando dar satisfacción al mayor número de posibles clientes. Y así nos encontraremos con unas suspensiones que digieren bien el bache o un cambio que sin ser un dechado de funcionamiento es también correcto, sin pegas, pero sin emocionar.
Coincidencia en los 120 CV para las mecánicas de gasolina y Diesel. La primera, muy silenciosa –uno de los puntos más destacables del coche-, agradable, que se mueve con alegría siempre que tú le muevas por encima de las 3.500 vueltas con buena acústica. El Diesel, nuevo, más ruidoso, más tosco en cuanto a sonido pero con mayor alegría en la entrega de empuje desde muy abajo. Va bien, y te vas haciendo al coche según lo conduces, sintiéndote con más confianza para irle pidiendo más. Nos gusta más el gasolina atmosférico.
Lo que pasa es que el SX4 S-Cross no lo tendrá nada fácil en el segmento. La lista de potenciales rivales que se encontrará en septiembre, cuando inicia su comercialización, es más que elevada. Tenemos, entre otros, al Nissan Qashqai, auténtico dominador del segmento por ventas, o recién llegados como el Opel Mokka, el Chevrolet Trax y el Renault Scénic X-Mod. Un precio de salida bastante contenido, desde 17.495 euros (descuento de lanzamiento incluido), puede ser una de sus bazas principales.