Ni downsizing ni nuevas tecnologías, la variante más deportiva del Swift sigue la receta de siempre pero cocinada de tal forma que no le impide sacar más potencia mientras reduce los consumos. Todo ello en un peso pluma que disfruta de un gran equipamiento.
Pese a los tiempos que corren, donde lo políticamente correcto es apostar por la eficiencia, casi siempre en detrimento de la deportividad, la variante Sport del utilitario Swift aporta aire fresco a la categoría. Así, en un modelo que siempre ha sobresalido por su toque picante, no podía faltar en su cuarta generación la pertinente versión deportiva. Como en la anterior entrega, ésta se denomina Sport. Ahora, más potente, más rápida, más eficaz… pero también mucho más equipada, más refinada y, sobre todo, con un consumo inferior y más respetuosa con el medio ambiente gracias a sus 147 g/km de CO2. Pero no adelantemos acontecimientos y desgranemos, parte por parte, todo lo nuevo.
Lo primero: su imagen exterior. Basta un fugaz vistazo para advertir que se trata de una versión especial. Su parrilla más grande, las llantas multiradio de
Ahora, para acceder a su interior y arrancar el coche, por botón, no es necesario sacar la llave. Confort y rapidez, ya que nos olvidamos de buscar en los bolsillos, mochila o bolso. Su aspecto sigue la tendencia del exterior, con muchos detalles «racing». Los pespuntes de los asientos, el fuelle en piel de la palanca de cambios y el deportivo volante de tres radios se resaltan mediante hilo rojo, mientras que los gruesos biseles plateados de los relojes, la parte central del volante, las toberas de aireación centrales y los embellecedores en salpicadero y guarnecidos de puertas ponen el toque de elegancia. Unos atractivos pedales en aluminio, con un efectivo estriado de goma para que no se escurran cuando accedemos al habitáculo con los pies mojados, rematan el conjunto.
Un buen ambiente
La postura de conducción convence, tanto por la posibilidad de regular su volante en altura y en profundidad ¾aunque no sea en un rango muy amplio¾ como por el confort y sujeción que aportan sus asientos deportivos. Éstos, son específicos para esta versión y sujetan el cuerpo mucho mejor de lo que nos sugieren sus formas. Tanto, que casi parecen bacquets, mientras ofrecen un gran confort. El del conductor además de la banqueta en longitud y el respaldo en inclinación se mueve en altura; aunque en su posición más baja queda algo alto. No ofrece reglaje lumbar, aunque sinceramente tampoco lo hemos echado tan en falta como en otros modelos.
Disponible sólo con carrocería de tres puertas, acceder atrás resulta más cómodo por el lado derecho que por el del conductor, ya que en el de éste la banqueta no desliza hacia delante. Una vez acomodados, cuatro adultos ¾para los que está homologado, mientras curiosamente los Swift de 5 puertas lo están para cinco¾ pueden viajar con comodidad. No sucede lo mismo con su equipaje, tanto por los escasos
Pero lo que más nos sorprende del nuevo Swift Sport desde un punto de vista funcional es su extensísimo equipamiento de serie. Con 7 airbags, control de estabilidad, faros de xenón, control de crucero e incluso Bluetooth, que nos permite manejar el teléfono desde el volante multifunción. Así, salvo por el navegador y el sensor de lluvia, nada se echa en falta en un equipamiento que salvo por la opción de pintura metalizada es completamente cerrado. La pantalla del ordenador de a bordo, en el centro de la instrumentación, entre el cuentarrevoluciones y el velocímetro, es algo pequeña, aunque tiene buena legibilidad, lo que no convence en absoluto es su incómodo manejo desde el propio cuadro; un mal endémico de muchos coches japoneses y de difícil comprensión, pues no aporta mucha seguridad meter la mano por el volante para cambiar de función. Con este equipamiento y esta potencia, por algo menos de 16.000 euros con la oferta actual ya aplicada, la relación precio/producto del Swift Sport es excelente.
Aspirado
El propulsor que emplea el Swift Sport es el mismo 1.6 atmosférico de la anterior versión aunque bastante optimizado. Así, pasa de
No obstante, esto no plantea mayor problema, pues el cambio goza de gran precisión y rapidez, con un tacto bastante metálico. Desde un prisma deportivo se desaprovecha la nueva caja de seis velocidades, pues pese a tener una marcha más que en la anterior generación la 4ª y
Acelera, acelera
Las prestaciones también marcan claramente el carácter del conjunto motor/transmisión. Con un peso total muy bajo, apenas supera la tonelada pese a su completo equipamiento, en las aceleraciones cortas resulta rapidísimo, en las largas bueno y en las recuperaciones malo. Lo que hablábamos, para movernos con soltura se debe recurrir continuamente al cambio.