Desde su puesta en escena, el León Cupra se ha mantenido como la referencia entre los GTI de altos vuelos por su equilibrio perfecto entre prestaciones, capacidad rutera y polivalencia. El coche no ha parado de evolucionar desde que en el año 2014 viera la luz y en esta ocasión aprovechando la experiencia adquirida por la marca tanto en las versiones de competición, como en la multitud de test que se realizaron en su día para la obtención del récord en el circuito de Nürburgring. Jordi Gené ha sido el piloto encargado del desarrollo y puesta a punto del Cupra R y el objetivo ha sido alcanzar la máxima eficacia, sin que el coche pierda su polivalencia y agrado de conducción cuando se conduce relajadamente.
El nuevo Seat Cupra R se distingue por su nueva gama de colores Negro Midnight, Gris Pirineos y el opcional Gris Pirineos Mate que tiene un sobrecoste de 2.580 €. La fibra de carbono cobra un especial protagonismo en el nuevo Cupra R, material que se emplea en el splitter delantero, el spoiler trasero del techo, los faldones laterales y el difusor posterior. No es un simple capricho estético, ya que según los técnicos de la marca se mejora la carga aerodinámica un 12,5 %. En palabras de Jordi Gené, "en carretera estas modificaciones apenas se notan, pero rodando al límite en el «infierno verde», te das cuenta que el coche va mucho más sujeto".
El Seat León Cupra R también se distingue por unas llantas de nuevo diseño y la combinación del color cobre con el negro en multitud de detalles. En el interior también son muchos los elementos de personalización y el equipamiento es al máximo nivel, incluyendo entre otros los asientos semi-baket.
Seat León Cupra R: una joya para 799 privilegiados
El Cupra R se construye en serie limitada de 799 unidades y serán dos las versiones disponibles. La más deportiva cuenta con cambio manual de seis velocidades y el motor 2.0 TSi desarrolla en este caso 310 CV gracias a ligeros retoques en la gestión electrónica y a un nuevo escape. La potencia se limita a 300 CV en el caso de la variante con cambio DSG para no comprometer la fiabilidad de esta transmisión. En este sentido conviene apuntar, no obstante, que con la caja automática se obtiene una aceleración de 0 a 100 km/h en 5,7 segundos, una décima más con la caja manual.
Pero al margen de las mejoras en el motor, el trabajo más importante se ha realizado a nivel de bastidor. Como te puedes imaginar, el Cupra R incorpora los frenos Brembo y los especialísimos Michelin Pilot Sport Cup 2 que se ofrecía hasta la fecha con el Performance Pack. El Cupra R también recibe soportes de motor más robustos, nuevas manguetas en el tren delantero que aumentan la caída negativa de las ruedas de 1,3 a 2 grados. En el tren trasero la caída también aumenta de 1 a 2 grados, mientras que la anchura de vías crece en torno a 3 centímetros gracias a la adopción de unas llantas con mayor bombeo, lo que ha obligado a ensanchar los pasos de rueda.
Para adaptarse a las nuevas exigencias y sacar el máximo partido a estas mejoras, se ha trabajado profundamente en el software que controla tanto las ayudas a la conducción, como la dirección o el diferencial autoblocante.
De las 799 unidades que se van a fabricar, tan sólo 40 están destinadas al mercado nacional, la mitad serán con cambio DSG y el resto con caja manual. La variante manual la pudimos conducir durante bastantes kilómetros por carrera, para comprobar que afortunadamente el Cupra R no ha perdido su legendaria polivalencia y agrado de manejo cuando se emplea el modo Confort. Pero el plato fuerte del día llegaba un poco más tarde; Seat había cortado un tramo de carretera al tráfico para probar el Cupra R en condiciones similares a las de un Rallye. Y es precisamente en este trazado donde de verdad pudimos apreciar las diferencias con respecto a los demás Cupra.
Seat Leoón Cupra R: en movimiento
Gracias a los nuevos reglajes, cuando se emplea el modo Cupra se consigue un tren delantero mucho más rápido a las insinuaciones con el volante y también mucho más radical en su forma de transmitir todo lo que ocurre entre las ruedas y el asfalto. El autoblocante de control electrónico trabaja de una forma mucho más agresiva en las curvas más lentas, también la mayor anchura de vías obliga a sujetar el volante con más fuerza, pero la sensación a los mandos es que el coche es capaz de negociar los virajes a una velocidad superior, con unas sensaciones son muy parecidas a las de un coche de carreras. Ni que decir tiene que la eficacia es superlativa; tal y como está, simplemente incorporando las medidas de seguridad que se exigen en competición, en cualquier rallye se podría hacer un papel más que digno. Pero el coche no solo mejora notablemente su rapidez en los tramos de carretera más sinuosos, las sensaciones que se obtienen a los mandos son mucho más gratificantes.
La única pena es que el precio es bastante elevado, en torno a 8.000 € más a igualdad de equipamiento con el Cupra Performance Pack, para alcanzar los 44.585 € en la versión con caja manual y 46.375 € con caja DSG. De todas formas los interesados no tendrán mucho tiempo para pensar, ya que las 40 unidades disponibles no tardarán mucho en conseguir dueño...
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