Seat León Cupra R

Bajo el capó del nuevo Seat León Cupra R se esconde el excelente motor del Audi S3; se convierte así en el Seat de calle más rápido, a la vez que uno de los compactos más salvajes del momento.

Seat León Cupra R
Seat León Cupra R
No hay vehículo, ya sea coche o moto, que al añadirle una “R" a su nombre no aumente el carácter deportivo. El caso del Seat León Cupra R no iba a ser menos. Si ya la palabra Cupra -Cup Racing- es toda una declaración de intenciones, la “R" no hace más que confirmar la máxima deportividad que se espera para un coche de calle. Hasta ahora Seat ofrecía su tope de gama deportiva con un buen chasis, un magnífico motor de 240 CV y una apariencia a la altura de las circunstancias. Ahora suma un motor con 25 CV más, que es el mismo que llevan tanto el Audi S3 como los próximos Volkswagen Golf y Scirocco R, le añade el apellido “R" y adapta el bastidor.La imagen apenas cambia con respecto al Cupra convencional. En el exterior las diferencias se reducen a una discreta R en color plateado que lleva tanto en la parrilla como en el portón trasero, y a las llantas de 19 pulgadas que lleva de serie, con neumáticos en medida 235/35, que pueden ir pintadas en color blanco en opción. En el interior, los detalles de diseño se centran en el volante y pomo del cambio específicos para esta versión. Sí mejora el equipamiento de serie, que complementa al del Cupra con una tapicería de asientos en mezcla de tela y alcántara, con la posibilidad de pedir en opción la tapicería de piel con las costuras en blanco. El cuadro de relojes va personalizado con la iluminación por Led y la “R" en el velocímetro. Por lo demás mantiene detalles como los pedales de aluminio o los mismos asientos deportivos con el reposacabezas integrado del Cupra.Su corazón ahora hace gala de uno de los mejores propulsores de cuatro cilindros y dos litros del mercado. Se trata del mismo 2.0 que lleva el Cupra pero con ciertos retoques que lo hacen ganar en potencia y par sin estropear la curva de potencia en su parte baja, con idéntica configuración que le Audi S3 pero sin la tracción total. En esta ocasión el turbo sopla 0,4 bares más, algo que se complementa con una gestión electrónica del motor diferente. También cuenta con un intercooler más eficiente y un sistema de escape mejorado, con el segundo tramo del escape adaptado al León. Obtiene así 265 CV con un par máximo de 35,7 mkg disponible desde 2.500 rpm.El nivel prestacional aumenta con una mayor velocidad máxima, que ahora está autolimitada a 250 km/h, aceleraciones ligeramente mejores que en el Cupra y, sobre todo, una mejor capacidad para recuperar. Todo ello viene acompañado con idénticos consumos, ya que cuando no se le exige potencia, el motor apenas difiere en su comportamiento la versión de 240 CV. Sus emisiones de CO2 se establecen en 190 g/km, siendo el GTI radical con emisiones más bajas del mercado, menos incluso que las de los coches del grupo que llevan este mismo motor, ya que ellos lo complementan con la tracción total que el León no llegará a tener. La caja de cambios se mantiene pero con un guiado con menos recorrido -6 mm menos-.El bastidor adopta nuevos amortiguadores y muelles un 35 por ciento más rígidos delante y un 30 por ciento más detrás. También cuenta con los tacos de rebote que marcan el tope de la suspensión más largos y mayor caída en las ruedas traseras. El comportamiento resulta brutal. El motor no solo corre mucho sino que además transmite una sensación de poderío muy estimulante. Como en el resto de la gama León, el ESP cuenta con el módulo de autoblocante electrónico que en el Grupo VW denominan XDS. Este último funciona haciendo las veces de un autoblocante mecánico –se desconecta a los 90 km/h- y logra transmitir con cierta docilidad la potencia al suelo. Incluso en situaciones de firme mojado, el XDS hace la conducción más fácil; no es tan efectivo como un autoblocante mecánico pero se queda muy cerca y es más confortable. En definitiva se trata de un excelente GTI. No es más radical que un Cupra pero corre mucho más y viene mejor equipado, costando 2.000 euros más.