El nuevo Renault Twingo conquista París

Con ciclos de vida actuales que apenas superan los seis años, la longevidad del Twingo merece ser inmortalizada en el libro Guinness de los Records. Aun así, aquella inédita receta de monovolumen urbano ha dado paso a un utilitario más convencional, lo que no quita para que igualmente esté comprometido con la causa… y con los tiempos que corren.

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Vistos los catorce años que el primer Twingo se ha mantenido vigente, habría que pensar que esa fórmula propuesta por Renault de miniaturizar un monovolumen para destinarlo específicamente a la ciudad ha sido un enorme éxito para la marca… que no ha pasado desapercibido para otras firmas. Y de hecho, aunque relativamente, así creemos que ha sido. Por España no dejará mucha huella pero basta darse un corto paseo por París para entender el porqué de su larga vida laboral. Es curioso, pero mientras en España se venden más Porsches Cayman que Twingos (su venta es testimonial), en Francia se venden más Twingos que VW Golf… cerrando la lista “top ten" (en 2006) del país vecino.En cualquier caso no vamos a filosofar sobre el éxito o el fracaso del Twingo. Lo que es evidente es que su formato monovolumen dio lugar a un habitáculo sorprendentemente amplio para su tamaño… a costa de un diseño que creemos no ha convencido en España. Visto así, la evolución del Twingo para nuestro mercado ha seguido la lógica. El habitáculo de la nueva generación es también sorprendentemente amplio y funcional para su tamaño (no obstante ha crecido 17 centímetros) pero ahora lo cubre una carrocería “bivolumen", en la que el vano motor se separa de la línea marcada por el parabrisas. Y sus proporciones (es 2 centímetros más ancho y 5 más alto) dibujan una silueta tradicional que recuerda a la del exitoso Citroën C2.También parece que se ha pretendido experimentar menos, porque el nuevo Twingo quizás tenga un papel más definido ahora mismo. Con el Clio actual en la barrera de los cuatro metros de longitud, el nuevo Twingo de 3,6 metros parece representar al utilitario titular de la marca. Es una herramienta ciudadana mucho más lógica que un Clio cuando además su habitabilidad y ergonomía no exigen compromisos. Bueno, sólo que está homologado para cuatro plazas y tiene dos puertas, si es que esto es un compromiso en este tipo de coches.El acceso es muy cómodo: puertas muy grandes y asientos ligeramente sobreelevados. Y lo mismo vale para las plazas traseras, a las que se accede sin especiales estrecheces y en las que si se dispone del asiento deslizable (según versiones) retrasado (idea del originario Twingo), el espacio para las piernas es increíblemente amplio. Allí dos adultos se acomodan muy bien, lo mismo que delante, donde la sensación de luminosidad y espacio que recibes a base de grandes cristales, buena altura y profundidad, creemos que supera con creces lo que podríamos entender como espacio mínimo vital, lo que ayuda a llevar con dignidad largas horas de atascos, también porque ergonómicamente ha ganado mucho y resulta muy agradecido, como todo Renault de nuestros días.

El volante, ahora con reglaje de altura, está más vertical y el conductor se encuentra mejor integrado. No hemos visto ningún asidero en el Twingo que hemos conducido pero no sabemos si condicionado por el techo panorámico (opcional) que montaba. La calidad visual es buena aun con todas las superficies rígidas (seguro que más resistente al trato duro del coche urbano) y la presentación vistosa, con el cuadro (fiel a la grafía digital) desplazado al centro y la superficie del salpicadero habilitada con huecos para dejar los pequeños objetos cotidianos. En total pueden aparecer (según versiones) hasta 11 compartimentos, los de las puertas habilitados para guardar botellas estándar de 1,5 litros.

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Vistos los catorce años que el primer Twingo se ha mantenido vigente, habría que pensar que esa fórmula propuesta por Renault de miniaturizar un monovolumen para destinarlo específicamente a la ciudad ha sido un enorme éxito para la marca… que no ha pasado desapercibido para otras firmas. Y de hecho, aunque relativamente, así creemos que ha sido. Por España no dejará mucha huella pero basta darse un corto paseo por París para entender el porqué de su larga vida laboral. Es curioso, pero mientras en España se venden más Porsches Cayman que Twingos (su venta es testimonial), en Francia se venden más Twingos que VW Golf… cerrando la lista “top ten" (en 2006) del país vecino.En cualquier caso no vamos a filosofar sobre el éxito o el fracaso del Twingo. Lo que es evidente es que su formato monovolumen dio lugar a un habitáculo sorprendentemente amplio para su tamaño… a costa de un diseño que creemos no ha convencido en España. Visto así, la evolución del Twingo para nuestro mercado ha seguido la lógica. El habitáculo de la nueva generación es también sorprendentemente amplio y funcional para su tamaño (no obstante ha crecido 17 centímetros) pero ahora lo cubre una carrocería “bivolumen", en la que el vano motor se separa de la línea marcada por el parabrisas. Y sus proporciones (es 2 centímetros más ancho y 5 más alto) dibujan una silueta tradicional que recuerda a la del exitoso Citroën C2.También parece que se ha pretendido experimentar menos, porque el nuevo Twingo quizás tenga un papel más definido ahora mismo. Con el Clio actual en la barrera de los cuatro metros de longitud, el nuevo Twingo de 3,6 metros parece representar al utilitario titular de la marca. Es una herramienta ciudadana mucho más lógica que un Clio cuando además su habitabilidad y ergonomía no exigen compromisos. Bueno, sólo que está homologado para cuatro plazas y tiene dos puertas, si es que esto es un compromiso en este tipo de coches.El acceso es muy cómodo: puertas muy grandes y asientos ligeramente sobreelevados. Y lo mismo vale para las plazas traseras, a las que se accede sin especiales estrecheces y en las que si se dispone del asiento deslizable (según versiones) retrasado (idea del originario Twingo), el espacio para las piernas es increíblemente amplio. Allí dos adultos se acomodan muy bien, lo mismo que delante, donde la sensación de luminosidad y espacio que recibes a base de grandes cristales, buena altura y profundidad, creemos que supera con creces lo que podríamos entender como espacio mínimo vital, lo que ayuda a llevar con dignidad largas horas de atascos, también porque ergonómicamente ha ganado mucho y resulta muy agradecido, como todo Renault de nuestros días.

El volante, ahora con reglaje de altura, está más vertical y el conductor se encuentra mejor integrado. No hemos visto ningún asidero en el Twingo que hemos conducido pero no sabemos si condicionado por el techo panorámico (opcional) que montaba. La calidad visual es buena aun con todas las superficies rígidas (seguro que más resistente al trato duro del coche urbano) y la presentación vistosa, con el cuadro (fiel a la grafía digital) desplazado al centro y la superficie del salpicadero habilitada con huecos para dejar los pequeños objetos cotidianos. En total pueden aparecer (según versiones) hasta 11 compartimentos, los de las puertas habilitados para guardar botellas estándar de 1,5 litros.

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Vistos los catorce años que el primer Twingo se ha mantenido vigente, habría que pensar que esa fórmula propuesta por Renault de miniaturizar un monovolumen para destinarlo específicamente a la ciudad ha sido un enorme éxito para la marca… que no ha pasado desapercibido para otras firmas. Y de hecho, aunque relativamente, así creemos que ha sido. Por España no dejará mucha huella pero basta darse un corto paseo por París para entender el porqué de su larga vida laboral. Es curioso, pero mientras en España se venden más Porsches Cayman que Twingos (su venta es testimonial), en Francia se venden más Twingos que VW Golf… cerrando la lista “top ten" (en 2006) del país vecino.En cualquier caso no vamos a filosofar sobre el éxito o el fracaso del Twingo. Lo que es evidente es que su formato monovolumen dio lugar a un habitáculo sorprendentemente amplio para su tamaño… a costa de un diseño que creemos no ha convencido en España. Visto así, la evolución del Twingo para nuestro mercado ha seguido la lógica. El habitáculo de la nueva generación es también sorprendentemente amplio y funcional para su tamaño (no obstante ha crecido 17 centímetros) pero ahora lo cubre una carrocería “bivolumen", en la que el vano motor se separa de la línea marcada por el parabrisas. Y sus proporciones (es 2 centímetros más ancho y 5 más alto) dibujan una silueta tradicional que recuerda a la del exitoso Citroën C2.También parece que se ha pretendido experimentar menos, porque el nuevo Twingo quizás tenga un papel más definido ahora mismo. Con el Clio actual en la barrera de los cuatro metros de longitud, el nuevo Twingo de 3,6 metros parece representar al utilitario titular de la marca. Es una herramienta ciudadana mucho más lógica que un Clio cuando además su habitabilidad y ergonomía no exigen compromisos. Bueno, sólo que está homologado para cuatro plazas y tiene dos puertas, si es que esto es un compromiso en este tipo de coches.El acceso es muy cómodo: puertas muy grandes y asientos ligeramente sobreelevados. Y lo mismo vale para las plazas traseras, a las que se accede sin especiales estrecheces y en las que si se dispone del asiento deslizable (según versiones) retrasado (idea del originario Twingo), el espacio para las piernas es increíblemente amplio. Allí dos adultos se acomodan muy bien, lo mismo que delante, donde la sensación de luminosidad y espacio que recibes a base de grandes cristales, buena altura y profundidad, creemos que supera con creces lo que podríamos entender como espacio mínimo vital, lo que ayuda a llevar con dignidad largas horas de atascos, también porque ergonómicamente ha ganado mucho y resulta muy agradecido, como todo Renault de nuestros días.

El volante, ahora con reglaje de altura, está más vertical y el conductor se encuentra mejor integrado. No hemos visto ningún asidero en el Twingo que hemos conducido pero no sabemos si condicionado por el techo panorámico (opcional) que montaba. La calidad visual es buena aun con todas las superficies rígidas (seguro que más resistente al trato duro del coche urbano) y la presentación vistosa, con el cuadro (fiel a la grafía digital) desplazado al centro y la superficie del salpicadero habilitada con huecos para dejar los pequeños objetos cotidianos. En total pueden aparecer (según versiones) hasta 11 compartimentos, los de las puertas habilitados para guardar botellas estándar de 1,5 litros.

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Vistos los catorce años que el primer Twingo se ha mantenido vigente, habría que pensar que esa fórmula propuesta por Renault de miniaturizar un monovolumen para destinarlo específicamente a la ciudad ha sido un enorme éxito para la marca… que no ha pasado desapercibido para otras firmas. Y de hecho, aunque relativamente, así creemos que ha sido. Por España no dejará mucha huella pero basta darse un corto paseo por París para entender el porqué de su larga vida laboral. Es curioso, pero mientras en España se venden más Porsches Cayman que Twingos (su venta es testimonial), en Francia se venden más Twingos que VW Golf… cerrando la lista “top ten" (en 2006) del país vecino.En cualquier caso no vamos a filosofar sobre el éxito o el fracaso del Twingo. Lo que es evidente es que su formato monovolumen dio lugar a un habitáculo sorprendentemente amplio para su tamaño… a costa de un diseño que creemos no ha convencido en España. Visto así, la evolución del Twingo para nuestro mercado ha seguido la lógica. El habitáculo de la nueva generación es también sorprendentemente amplio y funcional para su tamaño (no obstante ha crecido 17 centímetros) pero ahora lo cubre una carrocería “bivolumen", en la que el vano motor se separa de la línea marcada por el parabrisas. Y sus proporciones (es 2 centímetros más ancho y 5 más alto) dibujan una silueta tradicional que recuerda a la del exitoso Citroën C2.También parece que se ha pretendido experimentar menos, porque el nuevo Twingo quizás tenga un papel más definido ahora mismo. Con el Clio actual en la barrera de los cuatro metros de longitud, el nuevo Twingo de 3,6 metros parece representar al utilitario titular de la marca. Es una herramienta ciudadana mucho más lógica que un Clio cuando además su habitabilidad y ergonomía no exigen compromisos. Bueno, sólo que está homologado para cuatro plazas y tiene dos puertas, si es que esto es un compromiso en este tipo de coches.El acceso es muy cómodo: puertas muy grandes y asientos ligeramente sobreelevados. Y lo mismo vale para las plazas traseras, a las que se accede sin especiales estrecheces y en las que si se dispone del asiento deslizable (según versiones) retrasado (idea del originario Twingo), el espacio para las piernas es increíblemente amplio. Allí dos adultos se acomodan muy bien, lo mismo que delante, donde la sensación de luminosidad y espacio que recibes a base de grandes cristales, buena altura y profundidad, creemos que supera con creces lo que podríamos entender como espacio mínimo vital, lo que ayuda a llevar con dignidad largas horas de atascos, también porque ergonómicamente ha ganado mucho y resulta muy agradecido, como todo Renault de nuestros días.

El volante, ahora con reglaje de altura, está más vertical y el conductor se encuentra mejor integrado. No hemos visto ningún asidero en el Twingo que hemos conducido pero no sabemos si condicionado por el techo panorámico (opcional) que montaba. La calidad visual es buena aun con todas las superficies rígidas (seguro que más resistente al trato duro del coche urbano) y la presentación vistosa, con el cuadro (fiel a la grafía digital) desplazado al centro y la superficie del salpicadero habilitada con huecos para dejar los pequeños objetos cotidianos. En total pueden aparecer (según versiones) hasta 11 compartimentos, los de las puertas habilitados para guardar botellas estándar de 1,5 litros.

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Vistos los catorce años que el primer Twingo se ha mantenido vigente, habría que pensar que esa fórmula propuesta por Renault de miniaturizar un monovolumen para destinarlo específicamente a la ciudad ha sido un enorme éxito para la marca… que no ha pasado desapercibido para otras firmas. Y de hecho, aunque relativamente, así creemos que ha sido. Por España no dejará mucha huella pero basta darse un corto paseo por París para entender el porqué de su larga vida laboral. Es curioso, pero mientras en España se venden más Porsches Cayman que Twingos (su venta es testimonial), en Francia se venden más Twingos que VW Golf… cerrando la lista “top ten" (en 2006) del país vecino.En cualquier caso no vamos a filosofar sobre el éxito o el fracaso del Twingo. Lo que es evidente es que su formato monovolumen dio lugar a un habitáculo sorprendentemente amplio para su tamaño… a costa de un diseño que creemos no ha convencido en España. Visto así, la evolución del Twingo para nuestro mercado ha seguido la lógica. El habitáculo de la nueva generación es también sorprendentemente amplio y funcional para su tamaño (no obstante ha crecido 17 centímetros) pero ahora lo cubre una carrocería “bivolumen", en la que el vano motor se separa de la línea marcada por el parabrisas. Y sus proporciones (es 2 centímetros más ancho y 5 más alto) dibujan una silueta tradicional que recuerda a la del exitoso Citroën C2.También parece que se ha pretendido experimentar menos, porque el nuevo Twingo quizás tenga un papel más definido ahora mismo. Con el Clio actual en la barrera de los cuatro metros de longitud, el nuevo Twingo de 3,6 metros parece representar al utilitario titular de la marca. Es una herramienta ciudadana mucho más lógica que un Clio cuando además su habitabilidad y ergonomía no exigen compromisos. Bueno, sólo que está homologado para cuatro plazas y tiene dos puertas, si es que esto es un compromiso en este tipo de coches.El acceso es muy cómodo: puertas muy grandes y asientos ligeramente sobreelevados. Y lo mismo vale para las plazas traseras, a las que se accede sin especiales estrecheces y en las que si se dispone del asiento deslizable (según versiones) retrasado (idea del originario Twingo), el espacio para las piernas es increíblemente amplio. Allí dos adultos se acomodan muy bien, lo mismo que delante, donde la sensación de luminosidad y espacio que recibes a base de grandes cristales, buena altura y profundidad, creemos que supera con creces lo que podríamos entender como espacio mínimo vital, lo que ayuda a llevar con dignidad largas horas de atascos, también porque ergonómicamente ha ganado mucho y resulta muy agradecido, como todo Renault de nuestros días.

El volante, ahora con reglaje de altura, está más vertical y el conductor se encuentra mejor integrado. No hemos visto ningún asidero en el Twingo que hemos conducido pero no sabemos si condicionado por el techo panorámico (opcional) que montaba. La calidad visual es buena aun con todas las superficies rígidas (seguro que más resistente al trato duro del coche urbano) y la presentación vistosa, con el cuadro (fiel a la grafía digital) desplazado al centro y la superficie del salpicadero habilitada con huecos para dejar los pequeños objetos cotidianos. En total pueden aparecer (según versiones) hasta 11 compartimentos, los de las puertas habilitados para guardar botellas estándar de 1,5 litros.

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El volante, ahora con reglaje de altura, está más vertical y el conductor se encuentra mejor integrado. No hemos visto ningún asidero en el Twingo que hemos conducido pero no sabemos si condicionado por el techo panorámico (opcional) que montaba. La calidad visual es buena aun con todas las superficies rígidas (seguro que más resistente al trato duro del coche urbano) y la presentación vistosa, con el cuadro (fiel a la grafía digital) desplazado al centro y la superficie del salpicadero habilitada con huecos para dejar los pequeños objetos cotidianos. En total pueden aparecer (según versiones) hasta 11 compartimentos, los de las puertas habilitados para guardar botellas estándar de 1,5 litros.

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El volante, ahora con reglaje de altura, está más vertical y el conductor se encuentra mejor integrado. No hemos visto ningún asidero en el Twingo que hemos conducido pero no sabemos si condicionado por el techo panorámico (opcional) que montaba. La calidad visual es buena aun con todas las superficies rígidas (seguro que más resistente al trato duro del coche urbano) y la presentación vistosa, con el cuadro (fiel a la grafía digital) desplazado al centro y la superficie del salpicadero habilitada con huecos para dejar los pequeños objetos cotidianos. En total pueden aparecer (según versiones) hasta 11 compartimentos, los de las puertas habilitados para guardar botellas estándar de 1,5 litros.

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El volante, ahora con reglaje de altura, está más vertical y el conductor se encuentra mejor integrado. No hemos visto ningún asidero en el Twingo que hemos conducido pero no sabemos si condicionado por el techo panorámico (opcional) que montaba. La calidad visual es buena aun con todas las superficies rígidas (seguro que más resistente al trato duro del coche urbano) y la presentación vistosa, con el cuadro (fiel a la grafía digital) desplazado al centro y la superficie del salpicadero habilitada con huecos para dejar los pequeños objetos cotidianos. En total pueden aparecer (según versiones) hasta 11 compartimentos, los de las puertas habilitados para guardar botellas estándar de 1,5 litros.