Renault Laguna 2.0 dCi Eco2 Energy

Avanzar hoy día obliga a mejorar considerablemente la eficiencia energética. Y en este sentido, el Laguna estrena en esta variante mecánica 2.0 dCi 130 CV un dispositivo Stop-Start y otro de recuperación de energía.

Renault Laguna 2.0 dCi Eco2 Energy
Renault Laguna 2.0 dCi Eco2 Energy

Desaparece el anterior 2.0 dCi 130 CV por esta nueva variante que, homologando sólo 118 g/km (antes 126), pasa a engrosar la lista de coches que no pagan impuesto de matriculación. Y esto en tiempos de crisis, en una berlina de 4,7 metros de longitud y con un poderoso motor de 130 CV, es de agradecer. 

Siempre hemos defendido la enorme validez del Laguna 1.5 dCi 110 CV (hasta este momento el único Laguna sub 120 g/km que le excluía de pagar el famoso impuesto) que, aunque sospechosa de sentirla submotorizada por la combinación de sus números, comprobabas de inmediato como su agradable motor 1.5 te servía para desenvolverte en la vida real como pez en el agua. Pero aunque vaya contra la tendencia "downsizing" actual (la propia Renault tiene un novedoso 1.6 dCi 130 en la gama Mégane/Scénic que posiblemente no vea esta generación Laguna), la gracia de esta nueva versión 2.0 dCi es que te aporta un plus de confianza, de credibilidad en toda situación en carretera que se salga de lo común y, según nuestras mediciones, consumiendo menos combustible que el "pequeño" 1.5.

El Laguna hace gala de un motor muy equilibrado, con la entrega de potencia y par muy bien repartida en todo su rango de giro, y además progresiva como siempre en los dCi de Renault. Se mueve con soltura,
Superando en nuestro banco el número de CV y mkg de par que anuncia oficialmente. Dos litros de cilindrada en un turbodiesel es garantía de muy buen empuje. Poco importa que los haya más rápidos. Buenas cifras de adelantamiento en cualquier velocidad, siempre entre los mejores. Mueve con solvencia la 6ª. En cuanto a consumo, mucho ha mejorado esta versión, que pasa a ser de los mejores del segmento.

En ciudad, gracias, en parte, a un dispositivo Stop-Start que se ha mostrado eficaz parando el motor prácticamente tantas veces como nos hemos detenido y rearrancándolo con rapidez, aunque no como lo hacen los alternadores reversibles de PSA (Renault utiliza el propio motor de arranque). Y en carretera, porque dispone de una 6ª generosa que, frente al corto desarrollo que exige el 1.5 dCi, hace girar al motor a menos revoluciones conservando una buena respuesta de reaceleración. Digamos que resulta más agradable, más convincente y consume menos... por 1.100 € que cuesta de más.

Hacía mucho tiempo que no me subía a un Laguna y había olvidado que esta generación había cambiado el
"confort francés" por un tacto que, no por agradable y cómodo, enseguida te transmite una firmeza de pisada quizá más propia de otra nacionalidad. Si frecuentas impolutas autopistas, puede que le exijas un mejor filtrado. Pero si frecuentas carreteras de doble sentido y curvas, no le exigirás nada. Su tren delantero es muy reactivo y direccional; luego apoya muy firme, la amortiguación sujeta progresivamente los movimientos de la carrocería y todo esto te lleva a sentirlo muy fácil conduciéndolo rápido. Pero no es una berlina deportiva (si hablamos de la versión GT 4Control con dirección integral y suspensión específica no te lo negaría), sino una cómoda y agradable berlina que se adapta sin aparatosidades a ser conducida con "otras ganas".

Eso sí, respecto a la competencia, esta versión, no está a la última en materia de seguridad, donde se empiezan a generalizar los asistentes de carril, sensores de puntos ciegos o de precolisión pero, por 2.300 €, disponemos de la exclusiva dirección a las 4 ruedas que aporta una maniobrabilidad urbana y un comportamiento rutero por eficacia y seguridad que te sorprenderían si lo probaras...

El Laguna es uno de los modelos veteranos de un segmento con tantos rivales y variedad que no destacar por algo te puede pasar factura. Datos en mano me parece un producto redondo, una berlina familiar "perfecta", pero no me emociona por nada. Un magnífico equilibrio supone esta versión 130 CV. Posee una habitabilidad razonable, buen confort de suspensión, reacciones nobles... Es de esos coches a los que no es fácil encontrarle pegas, excepto, quizás, un maletero algo pequeño respecto a la competencia.