Porsche Boxster Spyder

Puede que no deje muy atrás en eficacia al ya gran Boxster S, pero Porsche tira de nostalgia para destapar el tarro de las esencias. Sobre su deportivo biplaza, la denominación Spyder regresa para soñar siempre al aire libre con un roadster de fantasía, gran ligereza e impacto visual. Un regalo para todos los sentidos.

Porsche Boxster Spyder
Porsche Boxster Spyder

Han pasado ya casi 60 años, pero el sello Spyder sigue muy vivo en Porsche. Imposible olvidar todavía la estela de su mítico 550 Spyder, que en 1953 inauguró un nuevo tipo biplaza descapotable basado en el recortado tamaño y en una espectacular ligereza, gracias a su carrocería de aluminio y a la disposición, por primera vez en un modelo de venta al público, de motor central. Le siguieron maravillosas secuelas, desde el 718 RS de los 60 a, ya en 2008, la edición especial Boxster RS60 Spyder. Hoy, sin embargo, aquel legendario deportivo puede empezar a descansar.

Desarrollado como pleno automóvil de producción, y como tercer integrante de la gama Boxster (de hecho parte de su más radical versión S), Porsche saca de la manga el más digno heredero Spyder. Hoy amoldado a nuevos tiempos, y sin chasis de aluminio, ni sus apenas 3,60 m e ínfimos 580 kg; pero plagado de soluciones de aligeramiento, y con una impresionante imagen con guiños al 911 Carrera 2.7 RS en su grafismo lateral y en un capó posterior tipo GT, para configurar un deportivo con una relación peso potencia de sólo 4 kg/CV que ya quisieran sus históricos predecesores.

Y es que a partir del motor Boxer de seis cilindros opuestos con eficiente inyección directa, sofisticada distribución variable y deportiva lubricación por cárter seco (pero en versión Cayman S de 320 CV), Porsche ha trabajado sobre su cabrio de motor central para desarrollar un auténtico peso pluma, el modelo más ligero de toda su gama. Lo primero que modifica es su techo. En lugar del más pesado plegable de apertura y cierre eléctrico, el Spyder monta ahora, más que una cubierta de lona, un toldo de dos piezas que hay que retirar manualmente por completo en una acción algo engorrosa. Sin embargo, concebido como ésta para disfrutar siempre al aire libre (posible por comodidad y ausencia de turbulencias hasta casi 150 km/h), permite recortar hasta 21 kg de peso.

El resto de elementos de aligeramiento en el Porsche Boxster Spyder, puertas de aluminio tipo 911 Turbo (-15 kg), nuevo diseño de llantas ya de serie de 19 pulgadas (-5 kg), batería más pequeña de 60 Ah (-3 kg) o baquets deportivosmás delgados (-12 kg) que no generan incordio y sujetan a la perfección. Más sentimos la pérdida de 10 litros de capacidad del depósito de combustible (apenas 54 litros para recortar 7 kg), ya que, puestos a disfrutar de todo su rendimiento, sólo contamos con autonomía real para 300 km. Inconveniente que hay que pagar, como la ausencia de serie de aire acondicionado o equipo de sonido (por ahí homologa también hasta 16 kg menos de peso), para vibrar en un deportivo casi de colección.

Pero, aún sumando todos esos imprescindibles extras, nuestra báscula no engaña: casi 75 kg menos pesa este Spyder que el Porsche Boxster S, también con el rapidísimo cambio automático PDK de doble embrague y 7 relaciones, ahora con levas tradicionales de cambio como el 911 Turbo a diferencia de sus poco ergonómicos pulsadores anteriores.

Al volante, cualquier incordio derivado del ahorro de peso, cae inmediatamente en el olvido. Porque sobre el ya difícilmente mejorable Boxster S, Porsche retoca bastidor con puesta punto de suspensiones, mayor ancho de vías, carrocería rebajada 20 mm (ojo al pasar sobre un badén) y, por tanto, menor centro de gravedad.

El resultado, a un palmo del suelo, es un roadster de control total. Conreacciones instantáneas, el tren delantero es muy incisivo y el trasero, con diferencial de deslizamiento limitado (con efecto autoblocante del 22% en tracción y 27% en retención), acompaña siempre todo movimiento de carrocería.Parece que nunca pierda adherencia, capaz de aguantar incluso en pleno apoyo la aceleración sin perder la más mínima trayectoria. Y todo ello, girando con el motor sin apenas desfallecer hasta prácticamente 7.500 rpm de corte (una gozada el sonido de escape), genera emociones sin límite... aunque prestaciones prácticamente calcadas al Boxster S.

Este Spyder es sólo entre 1 y 4 décimas de segundo más rápido en aceleración que su hermano de gama, con empate técnico en adelantamientos, consumo y magnífica frenada. ¿El motivo? Siempre medimos rendimientos con capota para extraer el máximo potencial dinámico, ya que descapotados la mayor resistencia al aire pasa evidente factura. Y, aquí, el "toldo" del Spyder sufre por su débil material aislante y ausencia de ajuste hermético. Abiertos los dos, ganaría por la mano. ¿Pero quién necesita bajar de 4,6 segundos el 0 a 100 km/h o adelantar en menos de 3 segundos? Aunque cuesta casi 8.000 € más que el Boxster S, puestos a gastar dinero este Spyder, en sensaciones, llega también con el viento de cara.

  • Poderío visual
  • Agilidad y comportamiento
  • Motor/prestaciones
  • Equipamiento de serie
  • Capota testimonial y compleja
  • Precio ante Boxster S