Que una marca te presente un GTI en una buena carretera ya es un síntoma de confianza en su producto. Que para su presentación te lleven a los tramos del Montecarlo, te cierren al tráfico en una parte para que puedas ir a fondo sin problemas de seguridad y que, para colmo, te pongan en el punto de salida para darte unos consejos de pilotaje al expiloto Gilles Panizzi (sí, ese que conquistó el corazón de muchos aficionados, entre los que me encuentro, al hacer un 360º sólo para deleite del público en medio del tramo de Viladrau, justo antes de ganar el Rallye de Cataluña en 2002), es tener muy claro lo que vendes. Peugeot ha decidido volver a confiar en las siglas GTI –en el fondo nunca dejó de hacerlo, aunque en algunos casos las sustituyeron por RC-, y para ello nada mejor que tocarnos la fibra sensible acudiendo al mítico 205 GTI como reclamo. Veamos si está a su altura.
Deseable
El 208 GTI se presenta con ciertas cualidades que, sobre el papel, lo hacen muy deseable. Precio competitivo, un atractivo diseño, al menos a mí me lo parece, peso por debajo de los 1.200 kg y 200 CV. Es 7 cm más corto que el anterior 207 RC -sólo por fuera-, pesa 90 kg menos y tiene 25 CV más, por lo que la evolución está asegurada. Se fabrica tan sólo en carrocería de tres puertas, lo que supone un plus de imagen deportiva de cara a luchar con su eterno rival, el Clio RS, que ya sólo está en cinco puertas. No aporta al segmento ninguna virguería que lo haga diferente al resto, ni tan siquiera trae una electrónica de conducción que te haga ser mejor conductor de lo que eres. En Peugeot han optado por mejorar el bastidor del 208 convencional y adaptarlo a los 200 CV sin que se aumente el peso ni los costes. Según uno de sus ingenieros, se ha enfocado todo el trabajo y recursos en que tuviese un buen balance entre ambos trenes, con la eficacia bien ligada a la utilización diaria. No querían algo radical sino un deportivo para todos los días; cada vez que un ingeniero me dice eso y todavía no me he subido al coche, me echo a temblar de miedo... "Chic Sport Car" lo denominaron ¿Se lo habrán cargado? Veamos.
Emplea el mismo esquema de suspensiones que el 208 convencional. El trabajo en el tren delantero ha consistido en modificar la dureza y tensión de los 'silentblocks' de todos los apoyos, en especial los del amortiguador y el brazo inferior. Cuenta con una estabilizadora 1 mm más gruesa y mayor dureza de muelles y amortiguadores. Esos últimos disponen además de un vástago de mayor diámetro; el objetivo principal, además de endurecer y reducir balanceo ha sido el de mejorar la resistencia a las fuerzas laterales cuando el neumático está trabajando en apoyos fuertes en curva. Detrás, mantiene la barra de torsión, si bien esta es específica con mayor rigidez, de nuevo, tanto en torsión como, sobre todo, en fuerza lateral –con esto se logra mantener la geometría de la suspensión–. Han optado por acompañarlo con un buen neumático (lleva los Michelin Pilot Exalto) y decidieron invertir más en él que en una llanta extremadamente grande que radicalizase el uso diario. Han modificado los parámetros de la dirección para, en conjunto con los nuevos ajustes, ofrecer un tacto más firme, han aumentado el tamaño de los discos delanteros y han cambiado las pinzas de frenos, que pasan de ser unas Bosch a otras de mayores prestaciones de Continental. Y para terminar, la magia; el ESP es totalmente desconectable, algo poco habitual en los modelos de Peugeot. Cuenta con el motor 1.6 turboalimentado de origen BMW, el mismo del Mini, pero con 200 CV, tal y como sucede en el Citroën DS3 Racing o el Peugeot RCZ.
Como todos los 208, cuenta con su particular puesto de conducción. Asientos muy deportivos y bonitos que sujetan bien el cuerpo, pedales agradablemente duros y el volante pequeño; sobre esto, que cada uno opine. Con mi postura de conducción no veo ni el cuadro ni los mandos de detrás del volante. Se lo comuniqué a la encargada del diseño y me dijo que el problema es que hay que acostumbrarse; lo intenté a mitad del tramo y tardé cinco curvas, a la sexta volví a mi postura habitual de asiento bajo y volante alto. Aquí que cada uno lo valore. A mi no me gusta pero puede que a ti sí, tienes que probarlo, en el propio concesionario sabrás si se adapta a ti o tu a él. El volante pequeño sí me gusta y mucho, no saber a qué velocidad voy no tanto, es el único coche con el que me pasa.
Comportamiento
Y llega el momento de conducirlo. Es cierto lo que me dijeron. No es excesivamente duro y puedes usarlo como coche único sin problemas. Si lo metes en circuito es posible que se quede corto de suspensiones pero para disfrutar en un tramo del Montecarlo como hice yo, van de sobra. Tiene un buen compromiso entre ambos trenes, siendo muy estable de atrás en curvas rápidas, que las enlaza sin que la zaga te de sustos con precisión y mucha velocidad. En curva lenta, de las de freno de mano, se defiende bien si no te quieres complicar la vida con la mano derecha. Me gustó su capacidad de tracción, ya que permite abrir gas muy pronto, y lo bien que aguantaron los frenos, que muestran calidad. Eso para ir de tramo. En condiciones legales tendrás un coche pequeño, con buen aplomo, motor divertido no muy gastón y fácil de conducir. No suena metálico como lo hacía el 205 GTI, este es más discreto, aunque cuando levantas el pie del acelerador de golpe puedes oírle petardear. Los más fieles seguidores de Panizzi probablemente demanden algo más de carácter en el sonido de escape, pero te aseguro que con lo que tiene te puedes hacer un largo viaje sin llegar machacado a tu destino.
No creo que llegue a ser tan mítico como aquel 205 al que el tiempo, como el buen vino, incluso ha hecho mejorar, pero es un buen GTI. En el mercado ahora tienes mucha oferta en este tipo de coches; tranquilo que en cuanto llegue el Clio ya tenemos la comparativa prevista con el resto de los rivales. Este se vende a partir de abril por 22.900 euros, con todo el equipamiento que ves en las imágenes, que incluye el equipo de audio con conexión bluetooth, y al que sólo querrás poner el extra del techo solar, por si quieres ver las estrellas, disfrutar de un día soleado o tener al nuevo radar Pegasus controlado, no por las multas, sino para que no se te caiga encima.