Puedes comprar un utilitario práctico como todo el mundo. Si te quieres salir de lo tradicional puedes elevarlo y sumarte a la moda SUV o, incluso, para distinguirte todavía más, puedes añadir picante a tu vida y optar por una versión GTI que te dé alguna alegría de vez en cuando. Esto entraría dentro lo que se entiende por normal y razonable para un coche de uso diario, pero hoy no he venido a hablarte de la música que le gusta a todo el mundo sino de una que se sale de lo común y que no todo el mundo entiende: el rock duro.
Versiones especiales
Afortunadamente, todavía hay marcas que creen en la deportividad pura y que la dan respuesta con versiones tan radicalmente efectivas como las dos que aquí comparo. Opel Corsa OPC y Peugeot 208 GTI 30th aportan en los utilitarios algo diferente al resto en su forma de entregar la potencia al suelo, con sus respectivos diferenciales autoblocantes, opcional en el Opel, de serie en el Peugeot. Esto lo acompañan con reglajes de chasis más radicales y frenos más potentes, por lo que no podíamos dejar pasar la oportunidad de averiguar cuál es más rápido. Casco, mono, circuito y a correr.
El Corsa OPC retoma su filosofía y se convierte de nuevo en un modelo muy interesante dada su relación entre precio, prestaciones y deportividad. Cuenta con un motor 1.6 turbo de 207 caballos. Afortunadamente en estas versiones -el 208 también tiene un 1.6- no se ha recurrido al eficiente downsizing, ni se han vuelto locos con un enorme motor, manteniendo lo que yo denomino -vale, es un término que le he robado a Audi- "Rightsizing", ideal para lo que se espera de un modelo de este tamaño y pretensiones, ni más ni menos. Opel te da dos opciones en esta nueva generación: una con un OPC rápido y agradable de conducir a precio interesante (unos 20.900 € con descuentos aplicados que todavía puede bajar más si aplicas PIVE y financiación), y otra añadiendo (unos 2.300 €) un paquete de opciones muy interesante denominado Performance. Incluye un diferencial autoblocante mecánico de la firma Drexler, llantas de 18 pulgadas con unos Michelin Pilot Super Sport en medida 225/35, pinzas Brembo con discos delanteros de 330 mm de diámetro -308 mm el normal-, y muelles más duros acompañando a los nuevos amortiguadores con tecnología FSD de Koni; varían la dureza mecánicamente en función de la frecuencia de compresión y extensión. Todo esto lo complementa con una estética deportiva, tanto por fuera como por dentro, un bonito sonido de escapes y unos geniales asientos Recaro.
Peugeot creó una edición limitada sobre la base de su 208 GTI denominada 30th para celebrar los 30 años del 205 GTI. Este coche en teoría ya no se vende, puesto que se agotaron todas las unidades. Lo mantenemos en la comparativa por dos motivos, el primero porque es el utilitario más efectivo que ha pasado por nuestras manos y era el único de su categoría, junto al OPC, que no se había sometido al test del crono. La segunda razón es que ha dado paso a una versión denominada By Peugeot Sport, con estas mismas características de motor, estética y chasis. Emplea el mismo 1.6 Turbo que va en el en el GTI pero con 208 CV y modificado para cumplir la EuroVI. Incluye sistema Stop/Start -el Corsa no lleva- y se le han acoplado tanto la caja de cambios como el autoblocante Torsen del Peugeot RCZ R. También lleva frenos más gordos, suspensiones más duras y un reglaje de chasis más radical que el GTI, además de decoración específica y la firma de Peugeot Sport por todas partes.
Comportamiento
En la calle tienes dos deportivos muy serios, a pesar de su tamaño. Los dos son duros y castigan el cuerpo al mismo nivel entre ellos y un poco más de lo normal en un GTI; no es algo extremo y seguro que no te importará. Algo así como el magnífico chasis Cup de un Clio RS, ligeramente más cómodo en el Corsa. En los dos sientes lo mucho que corren, si bien el 208 GTI 30th siempre saca ventaja en cualquier situación porque corre más; es una cuestión de motor, que es más rápido. Los puedes usar a diario perfectamente y su consumo, más bajo en el 208, no me parece nada descabellado para lo mucho que pueden llegar a correr. Los autoblocantes mecánicos no molestan al maniobrar ni en pequeñas aceleraciones, aunque en aceleraciones conviene siempre tener el volante bien sujeto con las dos manos porque hacen bien su trabajo a pesar de su bajo tarado y si aplicas mucho par tienden a ir buscando de morro ligeramente.
Los controles de estabilidad funcionan bien y con seguridad, pero como es lógico chocan con el trabajo del diferencial si intentas ir rápido con ellos. Si entras en un circuito los podrás desactivar por completo en los dos casos, o poner en un modo intermedio más permisivo, que te harán ser mucho más rápido. De bastidor el GTI es más radical y su trasera siempre tiende a colocarse donde tú quieras, o descolocarse si no estás muy pendiente; aquí se parece mucho al Clio RS. En cambio el OPC es todo lo contrario, con una zaga muy asentada. Si eres un conductor experimentado le sacarás más partido al 208; si no te quieres meter en líos pero también quieres ir rápido, el Corsa es para ti, siempre teniendo en cuenta que ante zonas reviradas es más lento que su rival.
La diferencia está un poco en cada apartado. El 208 corre más, frena un poco mejor, o al menos su tacto de pedal gusta más, y el chasis es más ágil de atrás. Si vemos la aceleración de 20 a 30 km/h y 20 a 50 km/h en segunda te das cuenta que van a la par a la hora de traccionar; la diferencia a la salida de la curva la marca el motor, no el diferencial, que es bueno en ambos. Pero claro, el Peugeot ha entrado en la curva con la trasera mejor colocada y logra una velocidad de paso por curva más alta y, al final, sale más rápido.
Para batir al 208 el Corsa en circuito necesitaría "soltar" un poco su tren trasero. Esto que parece tan fácil y obvio está pensado para poder compaginarlo con el uso diario, por lo que tampoco es tiene un mal reglaje; al final el 30th no deja de ser una edición especial. Los dos tienen un buen tren delantero y excelente capacidad de tracción. El pedal del freno del Corsa es algo esponjoso en conducción deportiva, pero el resultado en frenada es similar al su rival. El tacto general del GTI 30th me recuerda mucho al del Clio RS con chasis Cup en todas sus reacciones, si bien este último pierde ante estos dos por cuestiones de diferencial y cambio, es decir, en velocidad.
GTI o coche de carreras
Con el Corsa tienes sensación de estar conduciendo un buen GTI, mientras que con el 208 te acercas más al tacto de un coche de carreras. Puedes frenar recto, meter dirección con brusquedad y la trasera tenderá a redondear. En ese momento puedes acelerar a fondo casi sin piedad y saldrás de la curva como un obús. En el Corsa hay que tener en cuenta lo sujeto que está de atrás, por lo que es mejor soltar el freno más tarde y empezar a girar antes, para así provocar el acompañamiento de la trasera y tratar de redondear la curva para poder acelerar lo antes posible. Es una conducción más fácil y menos exigente con el conductor. En ningún momento siento las diferencias de trabajo del variable sistema FSD de sus amortiguadores, sólo sientes que trabajan siempre bien. Lo único que no me gusta del 208 es que no veo el cuentavueltas y tengo que cambiar de oído siempre. A algunos compañeros no les pasa, pero para mi llega a ser un inconveniente; cuestión de cada uno.
Me quedo con el Peugeot sin dudarlo aunque me ha gustado el Opel más de lo que te imaginas, si comparas datos con el resto de sus rivales te das cuenta de que es de los mejores GTI del segmento. Su cruz es tener enfrente al 208, que si le quitas lo que sobra y le pones barras es prácticamente un coche de carreras.