Mitsubishi Eclipse Cross 150T: probamos un nuevo SUV sorprendente

El nuevo Mitsubishi Eclipse Cross no es un Mitsubishi más. Es ya el primer modelo que lanza la marca dentro de la Alianza Renault-Nissan, pero su anterior desarrollo hace a la vez que sea el último modelo producido de modo independiente por la firma. Además, que en el nombre de este SUV aparezca Eclipse tampoco resulta un hecho casual. Mitsubishi evoca así al coche que vendió desde los años 90, entonces un coupé que es a lo que, en cierto modo, se podría asemejar la línea ahora del nuevo SUV: esencialmente, por la inclinación del mayor cristal del portón.

Que el techo descienda también un poco en la zona posterior no reduce gravemente el espacio vertical detrás del nuevo Mitsubishi Eclipse Cross, correcto por otro lado, pero sí tiene un mínimo condicionante: el acceso, que exige a cualquier talla media ya agacharse no poco para evitar el marco. Este SUV aprovecha eso sí bien el espacio longitudinal, resultado que se ve acompañado de otras cotas de habitabilidad más corrientes, aunque, en general, en él domina siempre la sensación de espacio.

Mitsubishi Eclipse Cross: un SUV funcional

Además, el Mitsubishi Eclipse Cross resulta un modelo de lo más práctico. Las dos partes asimétricas de la banqueta trasera se desplazan hasta 20 centímetros —hay 17 pasos intermedios—; pero también el respaldo puede inclinarse en seis ángulos: entre 90 (muy erguido) y 111º. Estas facultades hacen que su habitáculo sea adaptable a un gran número de situaciones. Un aspecto curioso de este respaldo es que su reposacabezas central está más desplazado hacia el izquierdo. Un hipotético quinto pasajero, si alinea su cuerpo con él, difícilmente podrá poner cómodamente sus pies a horcajadas del discreto túnel central.

Vienen bien estas regulaciones, además, porque el maletero de este SUV no es demasiado grande (395 litros reales ha cubicado nuestro Centro Técnico), incluso cuando se busca su mayor amplitud. Al menos, bajo su suelo contamos eso sí con un cajón compartimentado con 11 cm de alto, pero tan ancho y profundo como el propio suelo.

Entrando a valorar ya su acabado, el Mitsubishi Eclipse Cross nos ha parecido sólido como siempre lo hace la marca; pero ahora, incluso, con un toque de sofisticación en su diseño y con plásticos de tacto agradable que se encuentran en la zona alta de las puertas y salpicadero. Los mandos se distribuyen, por lo general, también con juicio. No es el caso de las tres teclas del ordenador de viaje, en la base de la capilla de la instrumentación. A la izquierda del volante se agrupan, sobre todo, los de las ayudas a la conducción como el aviso de colisión o el de salida del carril.

En cuanto a información, el Mitsubishi Eclipse Cross refuerza la información de la instrumentación con un Head Up Display que muestra la velocidad y los avisos de emergencia. También la conexión de limitador y control de velocidad. La pantalla central táctil, accesible y fácil de ver por su posición, da soporte al equipo de sonido (radio digital incluida) o teléfono por Bluetooth y, si se conecta a ella por USB, replica al teléfono. Como Mitsubishi no ha dotado a ningún acabado de navegador, de serie o en opción, utilizará el del teléfono. Por eso, atención quienes tengan limitado el acceso a datos o si viajan al extranjero, pues guiarse así puede suponer pequeños inconvenientes.

Por su parte, la conexión por USB al smartphone es instantánea y permite, además, disfrutar de Spotify. También permite tener el siempre útil apoyo de los asistentes de voz de Apple y Android, junto con el del propio sistema de info-entretenimiento.

Mitsubishi Eclipse Cross: más motor que chasis

Mecánicamente, el Mitsubishi Eclipse Cross se ofrece con una única versión de gasolina 150T, tanto en tracción delantera como con tracción total. Este nuevo motor de 1,5 litros de cilindrada y 163 CV de potencia no suena mucho y origina pocas vibraciones, empujando con decisión una vez que se superan las 1.500 rpm: un patadón en las marchas cortas.

Paradójicamente, la arrancada exige no confiarse con el embrague. Eso sí, el cambio manual resulta una delicia por rápido incluso cuando se le exige, y es suave. El andar de este Mitsubishi Eclipse Cross, con todo, se sitúa en la zona media de la comparación con los Nissan Qashqai, Seat Ateca, Peugeot 3008 o Renault Kadjar de motores parecidos. Y otro tanto ocurre con el consumo según nuestros test. Eso sí, a ritmo a salvo de radares en vías rápidas, el gasto comprobado es de 8,6 l/100 km.

El nuevo Mitsubishi Eclipse Cross tiene una suspensión de ajustes más blandos que firmes, aunque sin balanceos acusados. Ocurre, sin embargo, que su confort de bacheo no es el esperable cuando surgen, por ejemplo, reductores de velocidad en el asfalto o baches. Quizá con menos rueda...

Tampoco se siente este Mitsubishi Eclipse Cross rápido en los cambios de dirección; pero incluso así su tendencia a abrir la trayectoria en curva no es tampoco exagerada. Por lo demás, frena con eficacia, con un pedal de respuesta rápida.

En definitiva, aunque de tamaño próximo, el nuevo Mitsubishi Eclipse Cross tiene un planteamiento más ambicioso que el ASX desde todo punto de vista. El precio es además competitivo: en su clase, sólo el Ford Kuga, también con un motor 1.5, cuesta menos. Y es que su versión de acceso, con el descuento de la marca, arranca en 23.800 €. No está nada mal.

También te puede interesar:

Mitsubishi Eclipse Cross, Skoda Karoq y Subaru XV, ¿cuál es mejor?

Así es el Mitsubishi Outlander PHEV 2019