Para este singular combate hemos elegido dos versiones turbodiésel de las que aglutinan mayor número de ventas tanto en el Range Rover Evoque como en el Mercedes GLA. La única salvedad es que cuentan con tracción total cuando en realidad son las llamadas 4x2 las que suelen acaparar más la atención de los compradores, excepto si entre sus aficiones están el esquí u otra actividad para las que, de forma ocasional, venga especialmente bien el máximo agarre sobre una superficie deslizante.
Ambos optan por un motor de 2,2 litros, que en el Mercedes GLA alcanza un rendimiento de 170 CV frente a los 150 CV del Range Rover Evoque, aunque curiosamente el de éste alcanza un par máximo superior, de 40,8 mkg, frente a los 35,7 mkg de su rival que aparecen a un régimen claramente inferior —1.400 rpm frente a 2.000 rpm—. También llaman la atención sus cajas de cambio automáticas, de 7 relaciones y doble embrague en el caso del alemán, mientras que el SUV británico va equipado con una de convertidor de par que desde hace poco cuenta con ¡¡9 relaciones!!
La corpulencia cuenta
Pero sus prestaciones también van a estar matizadas por su «armazón», ya que en este apartado hay una mayor fractura entre ambos modelos. El Evoque es 5 cm más corto que el GLA, pero en cambio es 17 cm más ancho y 15 cm más alto, una diferencia considerable. La traducción de estas cotas es clara, pues aunque en ambos se han utilizado materiales avanzados en algunos componentes con el fin de aligerar peso, al final el Range Rover es más pesado que el Mercedes, con un salto de 200 kilos según los datos oficiales, que en nuestra báscula ha crecido otros 25 kilos ya por el equipamiento específico de cada unidad.
Es un lastre que obviamente tiene sus consecuencias en las prestaciones —o en la frenada—, por eso a la hora de pasar de 0 a 100 km/h el Evoque se va por encima de los 10 segundos, mientras que el GLA cubre esa aceleración en 8,4; una diferencia que casi alcanza los tres segundos al completar el primer kilómetro desde parado. Y si se trata de afrontar un adelantamiento, más de lo mismo. El nuevo cambio ZF de nueve marchas es suave y eficaz hasta una presión media sobre el acelerador, pero si le exigimos rapidez hay situaciones en las que puede llegar a reducir hasta cinco relaciones, de forma que al final el 7G-DCT del Mercedes actúa más rápido. La prueba del algodón es el paso de 80 a 120 km/h en ambos SUV, con la electrónica buscando la máxima agilidad, y donde el Evoque TD4 150 marca 8,3 segundos, dejando claro el buen empuje del que goza en las situaciones de reprís, pero con un GLA 220 CDI casi fugaz, pues sólo invierte 6 segundos en la misma maniobra, rebasando más fácilmente a otros vehículos.
Más de dos litros
La mayor talla del Evoque también tiene sus consecuencias aerodinámicas, otro factor que acaba sumando y que viene a la mente cuando analizamos el consumo real que ha registrado cada uno. Ambos motores —más refinado y silencioso el del Range, pues la rumorosidad es quizás el punto menos grato del CDI— cuentan con Stop&Start para ahorrar en trayectos urbanos, pero las diferencias tanto en ciudad como en carretera son ostensibles, con un gasto medio ponderado para el Evoque TD4 150 de 8,0 litros, mientras que el GLA 220 CDI supera ligeramente los 5,8 litros, una distancia que también influye en la autonomía de uno y otro a la hora de viajar, a pesar de que el Range cuente con un depósito algo mayor.
Es evidente que el Evoque es un excelente rutero, cómodo para los pasajeros, con una posición de conducción elevada que ayuda a dominar el entorno y que destaca por su rodar refinado, aunque en las zonas de curvas su mayor peso y ese centro de gravedad más alto se traducen en unas inercias superiores. En cualquier caso transmite confianza y cuenta con un ESP muy bien tarado que refuerza la seguridad en todo momento. El puesto de conducción del GLA es mucho más bajo, más parecido al de un turismo y eso, junto a otros factores, también se traduce en un mejor comportamiento en zonas sinuosas, a pesar de que hemos apreciado un tarado de suspensiones menos firme que en los Mercedes Clase A y CLA equivalentes.
Otros aspectos
Donde el Evoque se impone claramente es al abandonar el asfalto. Su mayor distancia al suelo y la respuesta de su sistema Terrain Response le convierten en uno de los SUV con mejor capacidad «off road». El sistema 4Matic del GLA es eficaz, pero los ángulos de su carrocería y la menor altura libre condicionan sus posibilidades fuera de la carretera. Por lo demás, ambos modelos ofrecen gran calidad, un equipamiento de serie correcto —hay detalles que con su precio no deberían ser opcionales—, suficiente espacio interior —más anchura en la parte trasera del Evoque pero con menos hueco para las piernas— y un maletero bastante justo.