De un vistazo se aprecia que el 720S es un McLaren, que estas líneas son inequívocamente las ya habituales e inconfundibles de los superdeportivos ingleses de Woking. Y sin embargo el McLaren 720S tiene un 91 por ciento de elementos nuevos con respecto al anterior modelo. Doble acierto de McLaren que ha logrado mantener los códigos estilísticos de la marca realizando una silueta muy parecida pero con un renovado diseño se pone al día cuando ¡está a punto de cumplir un cuarto de siglo!
McLaren F1: el origen
Recordemos que el origen fue el fabuloso McLaren F1 de 1993, uno de los mejores deportivos modernos, así como su sucesor en 2011, el McLaren MP4-12C que inició la saga de deportivos ingleses de producción. Ambos coches como los siguientes, ya fueran Sport Series, Super Series o incluso el superlativo McLaren P1 híbrido de 2013 (Ultimate Series) comparten los rasgos identificativos de una silueta que ha ido evolucionando, no ya sin perder atractivo, sino ganando en finura, equilibrio, belleza y efectividad. El McLaren 720S sigue fiel a la definición original: coupé deportivo con chasis de carbono, motor V8 turbo en posición central, propulsión trasera e inconfundible estampa.
McLaren 720S en la Clase Super Series
Este McLaren 720S Coupé, ultimísimo ejemplar de la Clase Super Series, luce la figura más moderna, incluso futurista. Los trazos se han estilizado, han desaparecido las amplias tomas de aire laterales y ahora la fluidez del perfil es absoluta. Gracias a la nueva estructura de carbono Monocage II que incluye el techo, el habitáculo tiene pilares de reducidas dimensiones, muy discretos e incluso de cristal para el pilar C, estilizando su aspecto y facilitando una luminosidad y visibilidad desconocidas en este tipo de vehículos. El corto morro es puntiagudo y tan aparentemente simple como perfectamente proporcionado, con unas ópticas de agresivo diseño y unas entradas de aire inferiores de un inusitado reducido tamaño que no toman protagonismo y por lo tanto resultan discretas y sin estridencias. En cuanto a la parte trasera parece puro músculo, un conjunto de formas curvas que se imbrican perfectamente en dulce armonía mientras la parte trasera del habitáculo formada por los pilares C de cristal, la luna cubre motor y la apertura de refrigeración, se estrechan formando un triángulo cuyo pico acaba entre los dos escapes, mordiendo ligeramente el alerón móvil trasero.
McLaren 720S: diseño de vanguardia
Magistral reinterpretación de la línea original por Rob Melville, jefe de diseño de las Super Series, que no Frank Stephenson que está a otras labores nos dicen en McLaren… La novedad y gran logro de este diseño es que las tomas de aire para la refrigeración de la mecánica se sitúan horizontalmente en la parte superior de la carrocería a ambos lados del habitáculo. Es lo que denominan la “doble piel”, dos canales esculpidos en las puertas delanteras y aletas traseras que resultan por lo tanto invisibles de perfil y extremadamente discretos desde cualquier otro ángulo, consiguiendo una mejora de 15% en el flujo de aire que llega a los radiadores. Una genialidad en la que reside gran parte de la elegancia y fluidez de esta carrocería. La espectacularidad llega al abrir las puertas con mecanismo de tijera que además integran parte del techo a la manera de un Ford GT40. La marca británica intrínsecamente elegante también se presenta como “fieramente independiente” y no duda en ofrecer una imagen apabullante para sus deportivos con estas llamativas puertas de tijeras y con otro detalle significativo, la iluminación del vano motor que da protagonismo a la mecánica…en parado.
McLaren 720S: entramos dentro
Extremadamente bajo, entrar en el McLaren 720S Coupé es un ejercicio diferente, esquivando la puerta en posición vertical que no llega a los dos metros para caber en garajes subterráneos. Al volante la posición de piernas estiradas revela un parentesco con los monoplazas de carreras y hará falta un tiempo de adaptación para quien no esté acostumbrado. El interior del McLaren 720S Coupé está tapizado de cuero bitono, carbono y aluminio para botones y comandos reducidos a su mínima expresión. Frente al conductor una pantalla digital con función de bloque de instrumentos y en el centro del habitáculo, una fina consola central con una pantalla vertical tipo Tablet, por debajo el botón rojo de arranque, los tres pulsadores del cambio (N, D y R), luces de emergencia y “launch control”. A la izquierda de la pantalla los cuatro botones de control de los sistemas electrónicos de ayuda a la conducción.
McLaren 720S: modos de conducción
Destacan las bondades del McLaren 720S Coupé en el tráfico urbano. La visibilidad lateral y hacia atrás es inaudita en un deportivo de motor central y no quedan resquicios para dudas sobre los vehículos que nos rodean. A ritmo de tráfico urbano el McLaren 720S Coupé es un modelo de suavidad tanto en los cambios de marcha como en el control de la escasa potencia utilizada. Las regulaciones del chasis (H por handling) y de la mecánica (P por powertrain) en posición Confort hacen que el poderoso deportivo cumpla las funciones de utilitario con sorprendente comodidad y docilidad, sin apuros gracias a sus contenidas dimensiones que el conductor percibe y controla con precisión y con total seguridad, incluso a la hora de aparcar gracias a las cámaras de visón a 360º.
McLaren 720S: ¡Qué motor!
Según van enrareciéndose los semáforos y al empedrado sucede una banda de asfalto rodeada de campos, se acaba nuestra impaciencia y damos progresivamente rienda suelta al poderío del nuevo V8 biturbo de 4 litros (41% de elementos nuevos con respecto al antiguo 3,8 litros). Con 720 CV a 7.000 rpm y 78,15 mkg a 5.500 rpm cada aceleración se transforma en una proyección que comprime el espacio y pone en duda el tiempo. El final de las rectas aparece siempre más cercano que previsto y las curvas se estiman a menudo más cerradas de lo que son, por la velocidad de aproximación. Requiere un tiempo que los sentidos confundidos adapten su percepción a las prestaciones del McLaren 720S Coupé y procesen adecuadamente lo que ocurre tan aceleradamente. Al tomar un respiro y volver a un ritmo de circulación habitual se evidencia la discreción sonora del motor y la comodidad del coche, tanto por el trabajo de la suspensión como por la suavidad del cambio de siete marchas con doble embrague. Si además recurrimos al sistema de sonido Bowers & Wilkins de doce altavoces (opcional), el deportivo se turna comodísimo para viajar. Mejor volver a las aceleraciones impactantes y a la aún más contundente capacidad de frenada del McLaren, absolutamente colosal y con un pedal articulado al suelo, duro y exigente a baja velocidad pero simplemente perfecto a la hora de “pilotar”. Con los kilómetros se aprecia la comodidad del McLaren 720S Coupé con una suspensión dura pero que filtra bien las irregularidades del asfalto. Por supuesto siempre con el modo confort conectado porque, un intento de probar la posición Sport (de chasis) nos dejó espantados de los golpes encajados por el coche y nuestras espaldas… No obstante sí que se puede conectar el modo Sport para la mecánica y pasar de una gran suavidad a una absoluta contundencia con marchas que aguantan más revoluciones y cambios más agresivos.
McLaren 720S: cambio de doble embrague
El cambio de siete velocidades con doble embrague tiene un funcionamiento ultra rápido y muy efectivo, ya que interpreta extraordinariamente bien la presión sobre el acelerador y parece adivinar lo que queremos hacer, de modo que su funcionamiento automático convence cuánto más que las levas giratorias desconciertan… En carretera resulta imposible mantener las manos a las “nueve y cuarto” para manipular las levas que además resultan demasiado cortas. Se añade la molestia que supone la parte plana del volante en giros cerrados… La postura perfecta y holgada de conducción merecía un volante perfectamente redondo…
McLaren 720S: en circuito
En el marco de un circuito donde se puede exprimir a fondo las capacidades del 720S, volvemos a experimentar un salto cuántico con respecto a la carretera. En posición Track, chasis y mecánica dan lo mejor de sí y las velocidades se vuelven vertiginosas. Controlar el coche requiere atención pero no virtuosismo gracias a las excelencias del Proactive Chasis Control II, un sistema que conecta las ruedas (un acelerómetro en cada una) al circuito hidráulico de las suspensiones (dos sensores en cada amortiguador) para garantizar la máxima estabilidad ya sea priorizando la comodidad (modo confort) o bien el contacto con el suelo y la adherencia (modos Sport y Track). Eficacia sorprendente tanto en la gestión de las zonas bacheadas del circuito como en caso de una frenada mal ejecutada que sólo hace que el McLaren 720S Coupé se descoloque con suavidad y vuelva a su línea sin acelerar las pulsaciones del torpe piloto. Sobresalientes frenos de tacto inmejorable que a las pocas vueltas permiten frenadas apoteósicas sin que actúe el ABS y con el espectáculo en el retrovisor del alerón móvil que se despliega en 0,5 segundos como aerofreno. Extraerse de las curvas acelerando al máximo es asequible gracias al control del acelerador que se acerca a la perfección, facilitando una ligera deriva que el propio conductor se asombra de experimentar con tanta progresividad, favorecida por los rediseñados triángulos de suspensión y sus optimizados anclajes así como los nuevos bujes de rueda. Tanto las redefiniciones mecánicas como la puesta al día de los sistemas electrónicos explican el extraordinario aplomo general del coche. De hecho la dirección electro hidráulica sigue siendo una referencia, procurando un excelente control y precisas sensaciones además de estar asistida por el “McLaren Brake Steer” una funcionalidad de la electrónica que compensa el subviraje o el sobreviraje. Tras unas diez vueltas uno vacila entre seguir con el éxtasis o rendirse ante el esfuerzo mental que requiere el McLaren 720S. Pero aún falta experimentar el “Drift Control”, una aplicación nueva de los sistemas electrónicos que permite programar en los modos Sport y Track el ángulo de deriva (derrapaje) permitido. Tras activar el sistema aparece en la pantalla de la consola central, una representación del coche en vista trasera en curva y una línea horizontal de regulación. Se desliza el dedo de la izquierda (0% de deriva) hasta la derecha (nivel máximo) mientras la representación del coche muestra el ángulo elegido… Simplicidad y progresividad (quince pasos disponibles) para que los propietarios de un McLaren 720S que vayan a un circuito (son muchos al parecer) aprendan a derrapar progresivamente. Aún queda un paso más que consiste en desconectar la electrónica con lo cual ya no actúa el ESP pero sí se mantienen el ABS y las funciones de “torque vectoring” o sea de control del par entregado así como el “McLaren Brake Steer” que compensa el subviraje o sobreviraje para mejorar la agilidad del coche y ejercer de autoblocante electrónico.
Volviendo a las tandas en pista, el McLaren 720S Coupé puede ser equipado de la última versión del McLaren Track Telemetry, un sistema pensado para grabar las vueltas a un circuito, tanto imágenes (tres cámaras de a bordo) como datos. No solo distancias tiempos y velocidades sino también ángulo de apertura de mariposas de gases, fuerzas G laterales y longitudinales y muchos más datos que pueden ser comparados en vuelta a vuelta o con otras tandas, y por supuesto descargados vía USB..
McLaren 720s: precios y opciones
El McLaren 720S Coupé es el modelo básico comercializado alrededor de 250.000 € mientras las versiones Luxury y Performance rondarán los 265.000€ y solo se diferencian por su presentación interior e aditamentos de fibra de carbono. Luego vienen tres “packs” de piezas exteriores de carbono adaptables a cualquier modelo. Carbono para tomas de aire, extractores y retrovisores por 6.700 €, paragolpes delantero y trasero de fibra de carbono por 10.300 €, tomas de aire delanteras y techo de fibra de carbono por 4.500€. Quizá lo más curioso sea la opción “hacer visible el chasis Monocage II” por 4.700 €… Por supuesto una marca tan exclusiva como McLaren se debe de ofrecer más a sus clientes y ese servicio se llama McLaren Special Operations (MSO), que tiene una lista definida de opciones como una pintura especial por 9.200 € o unas barras de seguridad de titanio con arnés de seis puntos por 7.400 €.
McLaren 720S. Ficha técnica
Motor
Ocho cilindros en V, bloque y culata de aleación, refrigeración líquida. POSICIÓN: central trasero longitudinal. DISTRIBUCIÓN: doble árbol de levas en cabeza por culata, cuatro válvulas por cilindro. ALIMENTACIÓN: inyección indirecta, dos inyectores por cilindro, dos turbos de doble caracola. POTENCIA Y PAR: 720 CV a 7.500 rpm y 78,15 mkga 5.500 rpm.
Transmisión
A las ruedas traseras con control de tracción, función de autoblocante electrónico, diferencial mecánico abierto. CAMBIO: automático SSG de doble embrague con siete velocidades y marcha atrás.
Chasis
Chasis de fibra de carbono Monocage II, carrocería de aluminio. SUSPENSIÓN: cuatro amortiguadores adaptativos independientes con doble triángulo en cada rueda, control hidráulico con sistema Proactive Chasis Control II. FRENOS: discos carbo-cerámicos con pinzas de seis pistones, 390 mm delante, 380 mm detrás. DIRECCIÓN: electro-hidráulica, 2,5 vueltas de tope a tope. RUEDAS: llantas de aleación de 9J x 19 delante y 11J x 20 detrás con neumáticos 245/35 R19 93Y delante y 305/30/R20 detrás.
Carrocería
Coupé dos plazas. PESO EN VACÍO: 1.283 kg. PESO EN ORDEN DE MARCHA: 1.419 kg. Largo x ancho x alto: 4.543mm x 2.261 mm x 1.196 mm. MALETERO: 150 l. ESPACIO INTERIOR: 210 litros.
Prestaciones
VELOCIDAD MÁXIMA: 341 km/h. ACELERACIÓN: 0-100 en 2.9 s, 0-200 en 7,8 s, 0-300 en 21,4 s
CONSUMO CARBURANTE: 10,7 l/100 km en consumo mixto
EMISIONES DE CO2: 249 g/km
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