Uno de cada cuatro coches que se vende en España es un utilitario, la categoría en la que militan Mazda 2 y Volkswagen Polo. Actualmente sólo el Seat Ibiza supera en éxito comercial al Volkswagen Polo, un modelo muy asentado en las preferencias de los conductores gracias a que mantiene su imagen de automóvil de calidad, aspecto en el que el Mazda 2 también tiene algo que decir.
Ya desde el primer contacto visual, la nueva generación del Mazda 2 tiene muy buena pinta. Es evidente que, en todos sus últimos modelos, Mazda viene demostrando que está dando en el clavo con el diseño, cualidad fundamental para despertar el interés en los potenciales compradores. Pero para ver de verdad el alcance de todos los argumentos del Mazda 2, nada mejor que plantear un combate con el mejor termómetro de la categoría fuera de los modelos generalistas: el Volkswagen Polo.
Habitabilidad y maletero de Mazda 2 y VW Polo
El nuevo Mazda 2 mide 4,06 metros de largo, un tamaño que le convierte en uno de los modelos más grandes de su clase —iguala al Renault Clio—, superando en casi 10 cm al Volkswagen, que es de los más compactos por fuera, pero de los mejor aprovechados por dentro. Prueba de ello es el espacio que encuentran los pasajeros en el habitáculo del Polo. En las plazas delanteras el Mazda 2 ofrece unas cotas similares, pero en las traseras no destaca, pues presenta, por ejemplo, ocho centímetros menos en anchura —una diferencia importante si se ocupa el asiento central—, cuatro menos por encima de las cabezas de los pasajeros e incluso dos menos en el hueco para las piernas. Para entendernos, una persona de 1,80 m se acomoda bien en la parte posterior del Volkswagen Polo, pero va a notar la proximidad del techo en el Mazda 2.
Lo mismo sucede con la capacidad del maletero, pues el Volkswagen ofrece 15 litros más para equipaje. Las mediciones de nuestro Centro Técnico otorgan 290 litros al Mazda 2, una cifra comedida, cercana a los 300 litros que, por ejemplo, presenta un Peugeot 208, pero lejos de los 355 litros del Skoda Fabia, el mejor en este apartado.
Calidad percibida en Mazda 2 y VW Polo
Por tanto, ese brillante trabajo a nivel de imagen en el Mazda 2, no tiene continuidad desde un punto de vista práctico a la hora de sacar partido a su carrocería. Otra cosa es el ambiente interior con el que nos sorprende, por la calidad que percibimos, los ajustes cuidados y las sensaciones que transmiten la mayoría de sus materiales. Lo mismo sucede con los mandos principales de su buen puesto de conducción. En nuestra unidad de pruebas del Mazda 2, con acabado Luxury, el cuero llega a vestir zonas importantes de los paneles de las puertas y del salpicadero, presentando éste un planteamiento sencillo y funcional, pero con una imagen más vistosa de la que se percibe en el Volkswagen Polo, gracias especialmente a su pantalla táctil a color de 7 pulgadas, que ayuda a proporcionar un aspecto más moderno y tecnológico.
En el Volkswagen Polo, con acabado Advance, el fabricante alemán mantiene su clásico aspecto sobrio, buscando con ajustes, materiales, situación de los mandos y tacto, transmitir la sensación de coche bien hecho. Y, sin duda, lo logra, pero este eficaz sello típico de Volkswagen flojea con una pantalla central que resulta algo desfasada —por presentación y manejo— frente a los rivales de última hornada. También debería mejorar la posición algo girada del mando de ajuste de los retrovisores, que dificulta su manejo, o el hecho de que las ventanillas traseras no bajen del todo, lo que resta confort. En el Mazda 2 sólo el elevalunas del conductor es de un solo toque, un detalle mejor resuelto en el Volkswagen Polo.
Motores de Mazda 2 y Volkswagen Polo
A nivel mecánico estamos ante fórmulas distintas para llegar a un mismo nivel de potencia. En este caso, además, no se trata de motores tricilíndricos, que se extienden como una plaga entre los coches de personalidad urbana. En concreto, el Mazda 2 1.5 Skyactiv-G monta un cuatro cilindros de mayor cilindrada que su rival, con inyección directa de gasolina y una elevada relación de compresión —14 a 1—. El Volkswagen Polo 1.2 TSI incorpora también un cuatro cilindros, pero con unos 300 cm3 menos, aunque combina en su alimentación la inyección directa con un turbocompresor. En nuestro banco de potencia ambos han superado con notoriedad los datos oficiales: más de 109 CV de rendimiento para el Mazda 2 y por encima de los 102 CV el Volkswagen Polo.
En la práctica destacan por el refinamiento y la suavidad de funcionamiento que ofrecen. La respuesta inicial de los dos es moderada, resultando en nuestras unidades un poco más crítico el embrague del Mazda 2 ante situaciones de cierta exigencia. Del japonés destaca su progresividad y agrado general, aunque sus desarrollos más largos —excesivo el de 5ª— se notan en su poder de recuperación, debiendo recurrir a marchas cortas si buscamos máxima celeridad en un adelantamiento.
En el Volkswagen Polo aparece el efecto turbo a partir de 1.700 rpm, con un empuje más constante hasta las 4.500 rpm; mientras que el Mazda 2 no resulta tan agónico hasta superar las 5.500 rpm. Las cinco marchas están mejor escalonadas en el Volkswagen Polo, lo que se traduce en un reprís mucho más eficaz en las mismas circunstancias.
En consumo, ambos utilitarios sacan partido al Stop&Start en trayectos urbanos, pero globalmente el Volkswagen Polo es más ahorrador, ya que su media real ronda los 5 l/100 km, mientras que el Mazda 2 se acerca más a los 6, a pesar de mostrarse más ligero en la báscula.
Comportamiento de Mazda 2 y Volkswagen Polo
La dirección del Mazda 2 resulta rápida y su tacto es agradable, mientras el cambio, con recorridos cortos y buen manejo, ofrece un sabor ligeramente deportivo. Su comportamiento es fácil de digerir para el conductor, con una buena puesta a punto del bastidor y reacciones sanas en los cambios de apoyo más exigentes.
Contando con una arquitectura de suspensiones similar, los reglajes del Volkswagen Polo nos han resultado menos firmes y más enfocados al confort, permitiendo más balanceo de la carrocería en trazados sinuosos, pero siempre con una elevada sensación de seguridad y buenas impresiones a través de la dirección, el cambio y los frenos.
Con un precio muy similar —apenas un puñado de euros separan a las versiones probadas—, la dotación de serie del Mazda 2 es muy superior a la del Volkswagen Polo, que deja bastantes más elementos entre las opciones. La marca japonesa juega fuerte en el campo del equipamiento e incluso ofrece algunas ayudas a la conducción no disponibles en el Volkswagen Polo, aunque éste también puede incorporar algunos detalles que no se encuentran en el Mazda 2.
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