La factura del Lexus LC en cualquiera de sus dos versiones LC 500 o LC 500h tendrá seis cifras (140.000 y 120.000 euros, respectivamente), pero los vale. Combina potencia, llamativa estética, una construcción depurada, confort y un cuidado en la presentación digna... de Lexus. Sin embargo, lo más importante del Lexus LC es que ha nacido para ser la base de los Lexus de propulsión trasera que vengan en el futuro y por eso en el LC han echado el resto: lo llaman GA-L, acrónimo de Arquitectura Global de Lujo.
Lexus LC: reinventando el coche híbrido
¿Puede ser un deportivo un híbrido? Por supuesto, los F-1 y los coches de Le Mans lo son. Los mejores coches de Porsche o McLaren también son híbridos. Así que a Lexus, la marca de lujo de Toyota, la marca de referencia en coches híbridos, le correspondía subir un peldaño. Su respuesta se llama Multi Stage Hybrid System y es una caja de cambios muy especial, que emula una transmisión de diez marchas. ¿Emula? Cualquiera que se haya subido a un Toyota Prius habrá notado que es un automático sin marchas, como si fuese un cambio de tipo variador, a base de combinar las velocidades del motor de gasolina y el eléctrico. Para un deportivo puede tener poco gancho un cambio continuo y el híbrido Multi Stage funciona como si hubiera un desmultiplicación fija, una primera, una segunda y una tercera. Su funcionamiento engaña perfectamente al oído mientras que pises el acelerador buscando dinamismo. Y tiene tanta fuerza en la arrancada que es la primera vez que un híbrido de Lexus puede llegar a patinar al pisar a fondo durante la arrancada. Hemos contado hasta tres marchas, pero ¿no decíamos que emula 10 marchas? A continuación de sus clásicos dos motores eléctricos y el "divisor de potencia" tomados del Lexus GS 450h han colocado una pequeña caja de cambios automática convencional de cuatro velocidades. Las tres primeras, combinadas con las mencionadas emulaciones de tres marchas, consiguen las nueve primeras marchas. La 4ª de la caja automática está directamente ligada al motor y consigue la máxima eficiencia, para unos consumos mínimos cuando se llanea, y haría lucir en el cuadro de instrumentos el dígito 10 del cambio. La realidad es que solo cuando pisas bastante sientes el cadencioso y musical cambio de marchas en cascada, como de una moto, rapidísimo, que parece inacabable. En cuanto levantas el pie o lo dejas ir aparece el ralentí, incluso la parada de motor. Sí, el LC 500h puede ser rápido, con sus 299 caballos de gasolina del motor del actual Lexus RX 450h (359 CV sumados al eléctrico), pero es un híbrido con todas las de la ley y su estrategia "normal" hace lo que sea por la economía. Solo en el modo de conducción "Sport ", de los seis posibles, se olvida de ese híbrido que es, gracias a lo cual tras un recorrido que combinaba uso exigente y vueltas a fondo en un circuito, el consumo se nos quedó rondando los 12 l/100km. Impresionante, porque hablamos de que el LC 500h pasa de 1.900 kilos.
Lexus LC 500, también con un V8
Casi todos los coches dejan ver las personas que están detrás de ellos y sus circunstancias: si su responsable solo piensa en números, o si hizo su vida entre maquinaria o si siente el aliento en su nuca de los accionistas o de los políticos. En 2016 un tal Akio Toyoda se subió a un escenario para mostrar el nuevo LC y reconocer que en 2011 tomó las riendas de Lexus (ya era presidente de Toyota) para cambiar Lexus de arriba abajo. Los periodistas le habían dicho a la cara (los americanos, sin el miedo-respeto del empleado japonés), que hacían muy buenos coches, pero aburridos de conducir. A él, nieto del fundador de Toyota, que de pequeño quería ser taxista para no parar de conducir, piloto de pruebas con categoría de maestro... Akio Toyoda reconoció que le llegó al alma, recogió el guante para convertir Lexus en una marca de coches con los que disfrutar de conducir y escogió a dos jóvenes (para lo que es costumbre en Japón), uno para diseñar el deportivo del futuro, y el otro para conseguir fabricarlo.
Perdón por el ladrillo, pero así puedes entender que el motor V8 de cinco litros del LC 500 suene como la gloria. Lleva unas válvulas en el escape y un resonador bajo el capó para conseguir que el motor derivado de las versiones F de Lexus, los deportivos equivalentes a los AMG de Mercedes, M de BMW... con aptitudes incluso dentro de un circuito. Así podrás entender que hayan desarrollado un chasis con unas suspensiones delanteras inéditas en la industria, sofisticadas para conseguir tacto deportivo, eficacia y confort a partes iguales. Además, ocupando ese espacio mínimo que había salido de los lápices y los sueños del diseñador. El motor V8 de 477 caballos, que ofrece por encima de las 7.000 rpm, resulta tan impresionante como la propia caja de cambios automática de diez marchas " Direct Shift". Esta sí, es de verdad, un automático convencional sin las emulaciones del híbrido, que aprende de su usuario para determinar la marcha y el momento más apropiado del cambio. Dispone de tantas marchas, que han intercalado una entre 2ª y 3ª para obtener un buen "ritmo" acústico en los saltos de marchas durante las aceleraciones a fondo, como en el híbrido. Y las hace rápido, porque baja de los 4,5 segundos en hacer el 0-100 km/h, bajando en tres décimas el registro del LC 500 h.
Para ser un supercoche no hace falta tener una potencia desmesurada, materiales sofisticados porque sí o los componentes más caros que ofrezcan los suministradores. Con el Lexus LFA se demostraron que podían hacerlo, pero el Lexus LC es otra cosa: pretende ser un gran turismo deportivo relativamente asequible. Toyota (Lexus) ha reaprovechado todo lo posible de aquello que ya tenía, pero sin miedo a innovar cuando se trataba de mejorar los fundamentos del coche, como rebajar peso y centro de gravedad. Por eso encuentras en el Lexus LC puertas con su estructura en fibra de carbono, y paneles exteriores en aluminio. Por un maletero digno (unos 50 litros por plaza), emplean por primera vez en Lexus una batería de litio. Habrá dos grados de equipamiento, Luxury y Sport (a España no vendrá el Sport "a secas"), con 10.000 euros de diferencia entre ellos. El acabado Sport traerá un techo de carbono, asientos algo más deportivos, pero sobre todo el paquete denominado "Lexus Dynamic Handling", con alerón trasero retráctil a partir de 80 km/h, llantas de 21 pulgadas en lugar de 20 y dirección en las ruedas traseras. Con el acabado Sport se siente al LC algo más ágil en el momento de frenar y apuntar en las curvas, menos pesado en los cambios de apoyo, dentro de una proverbial estabilidad tanto en línea recta como en curva. Todo ello con una magistral suspensión -la amortiguación es variable-, que aporta un gran confort de marcha y absorbe con la tranquilidad esperable de un Lexus las irregularidades del pavimento. Por supuesto que se siente el peso, pero los coupés Gran Turismo tienen en el Lexus LC un duro rival en lo que a chasis se refiere. Como hemos dicho al principio, el esfuerzo de Toyota-Lexus en desarrollarlo hasta rozar la perfección tiene truco: de este LC se derivará el futuro Lexus LS que debutará el próximo año, y los futuros modelos GS, IS, etc, valía la pena no reparar en costes.
En este nivel de precio la presentación interior tiene que ser de primer nivel y en el Lexus LC era soberbia. Tanto en ajustes, como en materiales y revestimientos. Incluso la disposición de los mandos de conducción puede presumir de ser fácil, directa e intuitiva. Las manetas del cambio son grandes, en magnesio para un tacto cálido. El pomo del cambio es una delicia por su sencillez y adaptación a la mano, como el volante, simplemente redondo (aunque te explicará un técnico que, de sencillo, nada). Para hacerse una idea, han reubicado los mandos giratorios de los modos de conducción y de los controles de tracción/estabilidad en lo alto de instrumentos, para facilitar su manejo y no tener que retirar la vista de la carretera. Caso aparte es la interfase del sofisticado equipo de información y entretenimiento, con su "trackpad" incluso, pero que a pesar de la pantalla en un lugar bien visible, mejor dejárselo al pasajero con tanta riqueza de posibilidades. Las plazas traseras son escuetas, como cuatro plazas, pero muy bueno como 2 2 plazas, pero todas ellas en un cuidado y lujoso envoltorio y las plazas delanteras verdaderamente mimadas. Naturalmente, el Lexus LC incorpora todos los asistentes de seguridad imaginables, detector de cansancio, frenada de emergencia automáitca, control de crucero con stop-go, mantenimiento en el carril, luces largas automáticas, reconocimiento de señales, etc. Ya puedes darte prisa si quieres uno en 2017, porque la mitad de las 25 unidades asignadas a España ya tienen pretendiente, solo viéndolo "sobre plano". Espera a que lo conduzcan...
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