Hay una pregunta que siempre nos asalta desde hace tiempo. ¿Cuál es el mejor súper deportivo de propulsión trasera del mercado? No es que haya muchos, pero hay que reconocer que casi todos son muy buenos. Porsche, Lamborghini, BMW… Hay marcas que siempre se han disputado este trono. Pero quizás Mercedes-Benz con el AMG GT S, y ahora Jaguar con el F-Type R, han puesto el listón muy alto y se merecen el puesto de disputarse ahora mismo el trono como los mejores tracción trasera del mercado.
El Mercedes AMG GT S nos sorprendió ya hace casi un año con unos registros de aceleración espectaculares. El 0 a 100 km/h en 3,55 segundos eran las mejores cifras que habíamos conseguido nunca con un propulsión trasera. No nos extrañó cuando en nuestro banco de potencia alcanzamos una cifra muy por encima de la oficial homologada, superando incluso los 550 CV. Esta es la misma cifra oficial de la nueva versión del Jaguar F-Type R Coupé, que ha demostrado sus grandes dotes ante el crono gracias al sistema launch control… si bien finalmente no pudo bajar de los 4 segundos: se ha quedado en 4,15 s.
Jaguar F-Type R vs Mercedes AMG GT S: motores sobrealimentados
De todas formas, esta gran variación en tiempos, no se aprecia del todo por parte del conductor, que siempre se verá desbordado por un caudal de potencia descomunal tanto en el Mercedes AMG GT S como en el Jaguar F-Type R Coupé. Así que quizás sea mejor valorar su comportamiento, donde sí se marcan mejor las diferencias. Estos coches hay que conducirlos de una manera muy especial y decidimos aprovechar mucho más la espectacular entrega de los motores V8 sobrealimentados. El par es tan brutal desde bajas vueltas que es mejor llevarlos en marchas largas y bajos de vueltas, para evitar en todo lo posible las pérdidas de motricidad. En el Mercedes AMG GT S criticamos en su día que era difícil equilibrar el subviraje inicial que se producía cuando dabas gas a fondo en plena curva con el motor girando alto de vueltas, con el trallazo que te daba de forma inesperada. Cambiando la estrategia de conducción y subiendo una e incluso dos marchas por encima de lo que suele ser habitual, logramos a cambio un comportamiento más equilibrado.
En el Jaguar F-Type R Coupé utilizamos la misma táctica de llevarlo en marchas largas, pero en este caso el cambio no ayuda tanto. Su caja es una auténtica automática de 8 marchas con las relaciones mucho más largas. Y la gestión no es tan deportiva, en el sentido que tiende a reducir con el kick-down del pedal del gas cuando pisamos más fuerte. Eso provoca que no podamos aprovechar el par del motor V8 de 5 litros con compresor del Jaguar F-Type R Coupé, ya que reduce cuando menos te lo esperas y el motor se revoluciona innecesariamente para nuestro objetivo.
Jaguar F-Type R y Mercedes AMG GT S: cuestión de chasis
El bastidor es en realidad el que marca las diferencias. En este caso el del Mercedes AMG GT S está mejor puesto a punto. La suspensión es más enérgica (siempre hablando en la posición más deportiva) y su carrocería no balancea nada. Y es que su centro de gravedad es más bajo y la anchura de las vías, sobre todo la delantera, es mucho más ancha. La agilidad que demuestra provoca que, en frenadas en fuerte apoyo, la zaga tienda a adelantarnos muy fácilmente, como si de un pequeño GTI se tratara, y hay que estar muy atento para que no nos sorprenda.
Por lo demás, el peso es más favorable en el Mercedes AMG GT S, que marca en nuestra báscula 1.690 kg. En el Jaguar F-Type R Coupé el peso es un hándicap: 1.778 kg. Además de que su reparto recae más en el tren delantero, son más kilos para arrastrar y vencer a la inercia. Por eso provoca más balanceo de la carrocería, con una suspensión menos rígida. Eso sí, para la vida diaria es probablemente más cómodo. Porque, incluso el espectacular sonido del motor, es más llevadero si salimos a carretera. En el Mercedes AMG GT S el sonido también es sobrecogedor, pero en general su habitáculo (quizás mejor rematado y más llamativo) es más rumoroso.
¿Frenos cerámicos o no?
Por frenos, si tuviésemos que dar un ganador, tendría que ser el Jaguar F-Type R Coupé, que ha conseguido detenerse desde 140 km/h en sólo 69,7 metros por los 71,2 metros de su rival. También es verdad que montaba los discos cerámicos opcionales, pero esto a veces no es una virtud a la hora de conseguir mordiente y potencia de frenada en las primeras vueltas. Pero esta ventaja no ha sido suficiente para ganar frente al crono al Mercedes AMG GT S, que se ha adaptado mucho mejor a una conducción en marchas largas, ya que su cambio de doble embrague de 7 marchas lo permitía mejor. En nuestro circuito habitual a vuelta rápida, el Mercedes AMG GT S ha terminado marcando un tiempo de 1’11”58 por los 1’09”36 del Jaguar F-Type R Coupé.
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