Prueba: Honda CR-V 1.6 i-DTEC 4x2, ¿el SUV más completo?

El actual Honda CR-V ya era un gran coche… quizás el mejor SUV familiar. Claro que ahora, una vez estrenado en su gama el nuevo motor 1.6 Diesel de 120 CV de la marca japonesa, es un gran coche… con mucho menor consumo y precio de adquisición, al comercializase en exclusiva en versión 4x2. ¿Una compra maestra?

Jordi Moral. Twitter: @jordimoralp

Prueba: Honda CR-V 1.6 i-DTEC 4x2, ¿el SUV más completo?
Prueba: Honda CR-V 1.6 i-DTEC 4x2, ¿el SUV más completo?

Honda tenía reservado para su nuevo CR-V un as en la manga. Y la verdad es que no nos ha pillado por sorpresa: ni la gran elaboración de este SUV, ya alta aun cuando el CR-V fue en su 1ª generación (en 1996) un rudo 4x4 con portón articulado y rueda exterior de repuesto; ni tampoco la asociación del avanzado motor 1.6 l-DTEC Diesel, estrenado antes en el Honda Civic con gran rendimiento, y hoy aquí como única y nueva variante de sólo dos ruedas motrices. Se anunció ya desde su lanzamiento. Sin embargo, no deja de asombrarnos cómo este nuevo CR-V más «civilizado» que propone Honda (con una plataforma más ligera y también dimensiones más compactas) consigue convertirse poco a poco en uno de los productos más completos y redondos del mercado. ¿Crees que es una exageración? Úsalo y te darás cuenta de que fisuras, tiene muy pocas. Y más cuando hoy su última novedad toca, directamente, al bolsillo.

                                

Menos es más

Lo último, ya lo hemos dicho, es un motor más económico en todo sentido. Diseñado incluso para quitar uno de sus hoy 4 cilindros y convertirse en un posible futuro 1.2 (si habrá un Ford Mondeo 1.0 Ecoboost, ¿por qué no ese Honda CR-V 1.2?), el 1.6 i-DTEC es un propulsor de novísima factura. Abandona las siempre altas cilindradas japonesas para competir directamente en rendimiento con los buenos 1.6 Diesel europeos: tanto con el TDi del grupo VW como con el dCi de Renault/Nissan. Y, respecto al actual y superior 2.2 i-DTEC que también monta el CR-V, este 1.6 i-DTEC progresa en todo: 40% menos de fricciones, nuevo cigüeñal, pistones, inyectores… y hasta nuevo turbo, hoy Garrett de 4ª generación.

 

Prueba Honda CR-V 1.6 i-DTEC 4x2El resultado en el nuevo Honda CR-V es un motor que se siente muy fino desde que arrancas. Olvídate ya de tener que esperar a que coja temperatura para subir la rampa del garaje, como ocurre con el 1.6 dCi o pasaba también con los primeros 1.6 TDI de VW, esos que aún no tenían evoluciones. A ralentí suena además muy poco (como un Honda CR-V 2.2 i-DTEC y bastante menos que un Nissan Qashqai) y en marcha nunca sientes vacíos de potencia que podrías augurar por su baja cilindrada, ni tampoco vibraciones. Con 120 CV lo siento de inicio más instantáneo y lleno que el 1.6 dCi de 130 CV del Nissan, y compruebo luego cómo a 1.500 rpm ofrece ya hasta un 95 por ciento de su par máximo, más incluso que el 2.0 TDi del VW Tiguan o el 2.0 D del Toyota RAV 4. Eso sí, no lo estires mucho porque también carece por arriba de la pegada de sus rivales, aunque con sus 3.000 primeras vueltas tendrás ya respuesta como para moverte con mucha solvencia.

 

No esperes por tanto de este nuevo Honda CR-V de acceso a la gama una versión de acceso descafeinada. A su favor cuenta también con desarrollos de cambio que Honda sigue ajustando mucho (hasta un 10 por ciento más cortos que los de sus principales rivales), para extraer mejor la potencia y dar mayor agrado de uso. Si pensabas por ello que subirían a la par sus consumos, olvídate también: este Honda CR-V te permite moverte en medias de apenas 5,0-5,3 l/100 km, lo que nadie en el segmento consigue. Tan poco sorprendentemente como registran los pequeños Peugeot 208, VW Polo o Seat Ibiza en sus versiones 1.6 Diesel de entre 90-115 CV. ¿Quién habría imaginado hace sólo 3 años que un SUV de 4,6 metros hoy no pagaría impuesto de matriculación por sus bajas emisiones?

 

Prueba Honda CR-V 1.6 i-DTEC 4x2Todo un familiar

Claro que en este gran rendimiento del nuevo Honda CR-V 1.6 i-DTEC también influye su menor peso. Los más de 80 kg recortados en motor ante el superior 2.2 i-DTEC, sumados a la ausencia de árbol de transmisión y diferencial como versión 4x2 que es, generan un SUV hasta 140 kg más ligero. Algo que, a la vez, redunda en muy buen comportamiento en carretera. Más incisivo en la trazada (el tren delantero pierde nada menos que 80 kg), con una excelente amortiguación en su compromiso entre confort y agilidad, y un tacto, como siempre, muy bueno y preciso de mandos, el Honda CR-V resulta un coche de lo más agradable.

 

Además, esta nueva versión 4x2 no acusa en el Honda CR-V grandes pérdidas de motricidad, a diferencia de muchos otros SUV de dos ruedas motrices que pagan con dificultades de tracción su mayor altura y flexibilidad de suspensión. Por movimientos algo más amplios de carrocería, cierto que este Honda CR-V no llega a ser tan directo y dinámico como, por ejemplo, un Ford Kuga, pero nunca se muestra aparatoso, ni en el desplazamiento urbano. Lástima, eso sí, que en su buena respuesta no podamos añadir aquí hoy la frenada. Y es que, aunque su mejor reparto de peso ante el 2.2 i-DTEC debería favorecerle en detención, paga claramente sus específicos neumáticos mixtos M S frente a unos Michelin Latitude Sport (de referencia en los Porsche Cayenne) que montaba antes. Cuestión esta vez de compensar posiblemente la ausencia de transmisión 4x4 por si puntualmente decides meterte en pista con este Honda CR-V 4x2. Recuerda, eso sí, que tampoco tienes demasiada altura libre: sólo 165 mm, menos que un «urbano» Nissan Juke.

 

Sin embargo, si el nuevo Honda CR-V gusta de conducir en ciudad y carretera, lo que termina de convertirle en extraordinario SUV es también su espacio y gran funcionalidad. El mayor maletero de la categoría (con un plano de carga además bajísimo para facilitar las tareas de carga/descarga) sumado a una amplia fila trasera de impecable acceso (las puertas abren 90º), con piso plano y mucho hueco de almacenamiento, genera un familiar ideal si viaja con bebés, niños, tíos o incluso abuelos. No tiene fila trasera deslizante, pero por el espacio que ofrece en piernas y maletero, tampoco la necesita. Y, más que asientos, tiene butacones.

 

Y no hay que olvidar que el nuevo Honda CR-V suma también detalles tan inteligentes como espumado en la consola central para la rodilla del conductor, reposacabezas traseros escamoteables o asientos posteriores que basculan y se pliegan automáticamente por tirador. Vamos, lo que sí sabíamos aquí ya, pero ahora encima por entre 4.200 y 6.700 euros menos que la versión superior 2.2 i-DTEC. Y es que desde 24.400 € te puedes comprar hoy un Honda CR-V de 120 CV Diesel muy completo hasta en equipamiento: de lo que no presumen Toyota RAV 4, Mazda CX-5, Nissan Qashqai 2…