Son sólo pequeños cambios cosméticos, con profusión de embellecedores cromados, pero desde un primer vistazo este actualizado Ford EcoSport entra mejor por los ojos. Sobre todo si, como en nuestra unidad de pruebas, monta el Paquete Titanium S; que por 850 € entre otras cosas incluye el techo, las carcasas de los retrovisores y las llantas de 17” pintados en negro, amortiguación deportiva, asistente de emergencia, conexiones Aux y USB y radio Sony con display de 4,2”.
En el interior del Ford EcoSport, la zona inferior del salpicadero ahora es de color negro en lugar de gris, lo que mejora en cierto grado la calidad visual de sus componentes. Pese a ello, todo está forrado con plástico duro, aunque podría mejorar algún ajuste. También hay algún detalle de funcionalidad que podría estar mejor resuelto, como la pantalla del sistema de infoentretenimiento, que con el navegador es de 5”. Ésta, resulta pequeña y queda algo alejada de la vista. Lo asientos delanteros no procuran gran confort en largos desplazamientos, con pronta aparición de fatiga, algo que no sucede en sus geniales plazas traseras, con buen espacio para las piernas y unos prácticos respaldos reclinables.
Convence su maletero por capacidad, si bien sus formas resultan peculiares mientras se echa en falta que la bandeja se eleve sola al abrir el portón. La característica rueda de repuesto sobre el portón, que a nuestro juicio aporta gran personalidad al Ford EcoSport, ahora se ofrece como opción por 200 €. Sin ella la longitud del coche pierde unos 25 cm mientras se incluye en su lugar un kit de reparación de pinchazos.
Ford Ecosport, con pequeños grandes retoques
Pero lo más importante es lo que no se ve, esos cambios que, principalmente, afectan a su dinamismo. Continúa con la plataforma del Fiesta, y aunque sigue sin sentirse tan ágil, con una pisada tan rotunda, ahora aporta mayor diversión. Se siente aplomado, transmite seguridad y se nota mucho mejor amortiguado —cambian amortiguadores al tiempo que se ha revisado su eje torsional trasero— incluso con la amortiguación deportiva; con reglajes más firmes, que rebaja la altura de la carrocería al suelo en 10 mm y que, para un uso familiar, no es la más acertada, pues ante firmes rotos reacciona con algo de sequedad atrás. Pero lo mejor es la nueva puesta a punto de su ESP, ya no solo no para el coche en pleno vértice de la curva, sino que permite una conducción decididamente deportiva sin llegar a entrar en concurso siempre que tracemos con finura.
Entre sus propulsores, la única novedad la conforma nuestro protagonista, con el 1.0 EcoBoost de 140 CV, si bien se mantiene la versión de 125 CV ya conocida de este sorprendente tricilíndrico. Es un motor que se ajusta a la perfección a este coche, con buenas prestaciones y gran sensación de fuerza, incluso con carga, siempre que estemos dispuestos a estirar bien sus marchas. Comparado con su antecesor de 125 CV, en nuestra pista de pruebas ha marcado prácticamente los mismos registros.
El banco de rodillos nos aclara más las cosas, con un rendimiento de 140,4 CV y 21,7 mkg para el de «125» oficiales y 137,8 CV y 20,1 mkg para el de «140», que podría llegar a las cifras del primero con algo más de rodaje. ¿Entonces, qué pasa, es que se han equivocado de referencia en Ford al montar el motor? No, la realidad es que desde que se instauró la normativa de emisiones Euro 6 hemos notado un bajón de rendimiento considerable en muchas mecánicas. Pero, al menos en este caso, el fabricante cumple lo que promete, mientras que antes simplemente daba más. Lo que sí calca es el consumo, con 6,5 l/100 km en carretera y 7,2 en ciudad, cifra que podría mejorar en ciudad si tuviese Stop & Start y que cotiza exponencialmente al alza si aprovechamos todas sus posibilidades.
Además de este 1.0 EcoBoost de 140 CV, hay una versión de 125 y un 1.5 Ti-VCT atmosférico de 112, que es el único de toda la gama que permite elegir entre cambio manual o automático. Por otro lado, la oferta en Diesel se sustenta en el 1.5 TDCI de 95 CV. En todos los casos con tracción delantera, sin versiones 4x4 ni siquiera en opción. Su gama de acabados se sustenta en dos posibles: Trend y Titanium, que añade tapicería mixta, climatizador, llave manos libres y raíles de techo entre otros. También convence las opciones disponibles, ofertadas a muy buen precio incluso en paquete, lo que permite un buen ahorro si nos decantamos por ciertas combinaciones. Todo ello con una buena relación precio/equipamiento, con los que ha de luchar en uno de los segmentos que más crece y donde la lucha comercial es más feroz. Con rivales de la talla del Peugeot 2008, Nissan Juke, Renault Captur, Honda HR-V, Fiat 500-X…
En suma, son cambios muy ligeros, pero los suficientes para configurar un Ford EcoSport más competitivo y con mayores posibilidades de luchar con rivales muy bien preparados. Convence, aunque por el mismo precio encontramos un excelente Ford Focus… Y es que entre un SUV de segmento B y un compacto del C siempre encontramos un producto más redondo en el segundo grupo. Cuestión de gustos, pero también de necesidades.
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