Congelado en la historia, Fiat rescata de sus cenizas uno de sus iconos, otro de esos coches de leyenda, un auténtico roadster que hoy sigue haciendo furor entre aficionados al vehículo clásico. 124 Spider es un gran pedazo de historia para la marca italiana que hoy regresa en el mismo formato y conservando esa misma esencia de antes, aunque en su desarrollo hay ahora sinergias con el fabricante de otro mito: Mazda y su MX-5. No es un clon como tal, sino un trabajo en equipo partiendo de un proyecto común donde el eslabón de enlace es la plataforma y buena parte de la estructura industrial. Hasta Hiroshima, la factoría donde la marca japonesa ensambla su MX-5, llegan todos esos componentes de naturaleza propia, como el motor, la transmisión y elementos específicos de suspensión, siendo ambos coches ensamblados prácticamente en la misma línea y, en el caso de Fiat, devueltos ya completos a Turín.
Además de la plataforma, hay muchos otros recursos compartidos, aunque no el diseño de la carrocería donde no encontrarás un elemento común. Ni tan siquiera las dimensiones, porque Fiat alarga en 13 considerables centímetros la longitud del Mazda MX-5, llevando al Fiat 124 Spider a unos también muy proporcionados 4,05 metros. Hay mucha historia en las líneas maestras de este coche para enlazar pasado y presente, aunque el interior sí es básicamente el del modelo de Mazda, aderezado con algún detalle estético de Fiat. En esencia, respeta igualmente ese roadster de precio asequible sin enormes complejidades y magníficas sensaciones de conducción, aunque con un comportamiento apto para todos los públicos. Todo muy en la línea, por tanto, de la versión básica del coche japonés, con su motor aspirado de 1.5 litros y 131 CV, frente a la de momento única versión disponible para el Fiat 124 Spider, equipado con un 1.4 Turbo con tecnología Multiair de 140 CV. Su versión más deportiva, con un componente mucho más de aficionado por afinación de chasis y capacidad prestacional, obliga de momento a poner la vista en Abarth, un desarrollo que, como es habitual en esta marca, enfatiza la deportividad y las prestaciones mediante un 1.4 Turbo de 170 CV, rival del otro MX-5 de la gama, equipado con otro de esos gloriosos motores de Mazda, un 2.0 de 160 CV que implica ya un nivel prestacional muy serio.
Mejorar un producto como el Mazda MX-5 es difícil, así que pese a la diferente tecnología de sus motores, Fiat sólo aporta su matiz. Aquí no se la juega, equipa bien a su coche y mantiene una práctica capota de lona que accionas a mano para que el viento pueda acariciar la piel de sus dos ocupantes en apenas cinco segundos, una operación sencilla que deja la capota bien plegada y firmemente anclada mediante un pestillo evitando turbulencias o garantizando óptima visibilidad desde el espejo interior. Las diferencias hay que buscarlas, por tanto, en ese rendimiento y puesta a punto de elementos no comunes, donde comparativamente Fiat podría tener mejores ingredientes, aunque Mazda está sobradamente preparada para afrontar este duelo fraticida. Y es que, frente a la mejor capacidad prestacional del italiano respecto al más básico de los Mazda MX-5, el japonés pone en escena una gama a precio imbatible: su 1.5i cuesta 2.990 euros menos que el más barato de los 124 Spider, y el más caro de los Fiat cuesta apenas 190 euros más que el más asequible de los 2.0i/160 de Mazda. Decídete o tira la moneda al aire.
Fiat 124 Spider, equilibrio en estado puro
Las diferencias de motor entre versiones japonesa e italiana implican también un replanteamiento del cambio, donde básicamente sólo es común la carcasa; Fiat aporta piñonería y define relaciones internas adecuadas a su motor turbo, con un 37 por ciento más de par que el 1.5i de 131 CV, aunque en la práctica no hay mucha diferencia en los desarrollos finales. Fiat, por su parte, también monta en esta versión del 124 Spider los mismos frenos que el Mazda más potente, frente a unos más pequeños discos del Miata 1.5i. El mayor tamaño de carrocería y diferente equipamiento suponen 75 kilos adicionales en el caso de un, aún, muy ligero Fiat 124 Spider. Y ese bajo peso unido a ese equilibrio que por sí sólo tiene este roadster de configuración clásica, la brillante elasticidad del motor y los acertados ajustes en dirección y amortiguación hacen que el Fiat 124 Spider sea, limitaciones de habitabilidad al margen —no es apto para tallas XXL—, un excelente cabrio para todos los días, incluso aquellos en los que por obligaciones climáticas tienes que usarlo cerrado. No es la capota más aislante del mundo, pero la calidad parece garantizar buen aislamiento al agua y alta durabilidad.
Las prestaciones no son vertiginosas, pero sí mayor que el citado MX-5 equivalente, y el motor en sí aporta mejor pegada y capacidad de respuesta gracias su elevada cifra de par. Firma una velocidad máxima de 215 km/h, una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,6 segundos y un consumo medio de 6,4 l/100 km, único aspecto donde el más básico de los Mazda MX-5 le mejora gracias a su también muy eficiente motor atmosférico de 131 CV; 6,4 l/100 km es el la cifra de consumo para el coche japonés. Hay que reconocer, eso sí, que el Multiair Turbo de pequeña cilindrada no es un motor de gran carácter aunque sí de buena estirada y gran elasticidad con poco efecto turbo y, por tanto, muy agradable de usar en cualquier situación.
En cuanto al chasis todo son las mismas buenas sensaciones “de siempre” por agilidad pese a una amortiguación que busca, sobre todo, el mejor balance posible entre comodidad y efectividad. Pero sus reacciones muy directas, propias de un coche muy bien balanceado en cuanto a reparto de pesos, con bajo centro de gravead y muy corto de batalla son, por sí solas, de lo más estimulantes, garantizado además un gran aplomo y sensación de control y precisión a alta velocidad.
Fiat de momento sólo lanza una motorización para el 124 Spider y dos niveles de acabados. 25.990 euros es el precio de una muy bien equipada versión de acceso, mientras que el acabado Lusso asciende hasta los 27.990 euros.
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